lunes, 8 de junio de 2009

La era Maradona desdibuja su alentador comienzo

Mesura en las declaraciones, atención extrema sin perder la compostura durante los partidos y un equipo con auspiciosos nuevos aires habían marcado las pautas del inicio del ciclo de Diego Armando Maradona al frente del conjunto nacional. Pero el crecimiento futbolístico tuvo un brusco freno en la histórica derrota 6 a 1 ante Bolivia, en La Paz, por las Eliminatorias, y una ruptura en la hasta ahora destacable línea de conducta del entrenador se dio en la víspera del choque ante Colombia, también en el camino por llegar al Mundial de Sudáfrica, cuando se refirió con términos inapropiados a sus diferencias con Sergio Batista, DT de la Sub 20.

La importante y a la vez opaca victoria ante el elenco cafetero -inmerecida por lo hecho en cancha por ambos equipos- y la precedente estrepitosa derrota paceña exponen un interrogante y un retroceso tras aquellos destacables éxitos ante Escocia primero, Francia luego y Venezuela más tarde . El sábado en el Monumental, el seleccionado nacional se mostró más como un enjambre de individualidades que como un equipo. No tuvo un norte y careció incluso de una búsqueda determinada por falta de ideas. Lejos de verse intentos frustrados, la impresión era que no había plan claramente pergeñado. Perdido y superado en el primer tiempo, en el complemento mostró una mejora conceptual pero continuó sin conseguir volumen de juego. Si Argentina ganó fue por el karma colombiano de cara al arco rival en estas Eliminatorias: sólo marcó goles en 6 de los 13 partidos que disputó y en los últimos ocho encuentros apenas vulneró al rival en uno.

Las funciones y la idea colectiva deben estar por encima de los talentos individuales. Juntar a los mejores futbolistas, a los de buen pie, no garantiza un juego aceitado. Se impone la necesidad de contar con jugadores de rol aunque esto implique que deban esperar afuera a otros de mayor cartel. En la ofensiva se necesita un jugador que sienta el puesto de centrodelantero, independientemente de su contextura física. Lionel Messi, Sergio Agüero y Carlos Tévez –este último en mejor medida- se sienten mejor y rinden más con un clásico 9 delante de ellos, como lo hacen en sus clubes. Ninguno de los tres tienen las características para ser referente de área, y dejar vacante esa posición es dar ventaja.

A Messi por ser el mejor jugador del mundo se le pide en consecuencia y es cierto que el rosarino no logra con la casaca abiceleste establecer las diferencias que marca en el Barcelona. Pero esto no se ajusta únicamente al número 10. La mayoría de los integrantes del seleccionado no tienen vestidos de celeste y blando las prestaciones que muestran en Europa. Sin dudas esto responde a las metodologías de trabajo necesarias para maximizar el poco tiempo que los jugadores pueden estar juntos en el predio de la AFA en Ezeiza.

En este panorama es valioso resaltar dos buenos gestos de Maradona: la lectura de los errores iniciales para cambiar sobre la marcha y la autocrítica tras el partido. Ambas cosas se vieron en la sustitución de Fernando Gago por Javier Zanetti. Tras los primeros 45 minutos entendió que el hombre del Real Madrid, pese a sus esfuerzos, no encontraba la posición sobre la derecha, hueco que aprovechaba Colombia, y con el ingreso de un jugador mucho más habituado a esa posición compensó ese desequilibrio. Más tarde, en la conferencia de prensa, reconoció su error: "Me equivoqué con Gago; él no siente ese lugar, no se acostumbró. La culpa es mía. Lo solucionamos con Zanetti". Sin dudas, desarticular el doble 5 compuesto por Gago y Javier Mascherano, que hasta aquí había dado excelentes resultados siendo el núcleo del equipo, fue un error del DT, que no ocultó su desilusión por lo hecho en el 1 a 0 ante los colombianos.

Maradona está comprometido con su tarea al frente de la selección, pero a su ascendiente entre los jugadores y su experiencia por haber sido quien mejor jugó jamás al fútbol deberá agregarle una estructura de trabajo que contemple los escollos con los que indefectiblemente tiene que lidiar un seleccionador nacional. Esa falta de ruedo de Diego en su rol de entrenador seguramente implica dificultades al momento de lograr un aprovechamiento integral del trabajo de campo, de las prácticas que se puedan realizar. Ahí es donde deberá aprovechar el camino recorrido por Carlos Salvador Bilardo y dejar de lado la necesidad de demostrar que es él quien manda y quien decide la táctica a emplear y los jugadores para desempeñarla.

Diego se embarra sin necesidad cuando elije la peor figura para referirse a cómo nota el semblante de Batista, cuando no aclara los motivos de la proscripción de Gonzalo Higuaín y cuando no utiliza como sparrings a los chicos de los seleccionados juveniles y lo hace con equipos de Tristán Suárez sólo por su amistad con el presidente de dicho club, Gastón Granados. Con esas conductas atenta contra su propio trabajo y alimenta a los que lo cuestionan.

Argentina cuenta con muy buenos jugadores y un técnico que sabe mucho del juego y tiene con ellos una llegada como ningún otro. Si Maradona retoma su tranquilidad inicial, evita los enfrentamientos inencesarios y se detiene en las virtudes de los primeros partidos y los defectos de los últimos para recrear un esquema de trabajo en el cual no queden cabos sueltos, entonces la Selección dará pasos firmes para llegar el año próximo al Mundial con aspiraciones sustentables.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

3 comentarios:

Javier Szlifman dijo...

El principal recurso de Maradona fue apelar a la motiviación (sentir la camiseta, el orgullo, etc. ) Creo que el problema es que con eso no alcanza, más que nada porque se ven problemas en los planteos tácticos (bolivia) y en el armado del equipo (colombia). Así es como se ve la distancia entre un dt que nos habla de salir a comerse la cancha y un equipo que no siempre muestra un juego a la altura del compromiso

Patricio Insua dijo...

Javier, muchas gracias por tu comentario. Te invito a seguir visitando el blog.
Saludos

Javier Szlifman dijo...

Escuaché el elogio de Víctor Hugo y me tentó visitar la página, que me resultó interesante. Yo humildemente también tengo un blog, que Víctor Hugo no comenta pero que también puede resultar interesante: pelotaafuera.blogspot.com. También sos bienvenido
saludos