sábado, 1 de julio de 2006

Final del sueño

En Argentina se acabó el mundial. Habrá que esperar hasta Sudáfrica 2010, dentro de cuatro largos años. Esta vez los penales, que nos hicieron delirar en Italia 90, fueron la cruz de la derrota. En lo concerniente a la tarea desarrollada en la Copa del Mundo Alemania 2006 surgen los primeros análisis, para evaluar aciertos y derrotas.

Alemania no fue más que Argentina, pero avanzaron los de Klismann. Del mismo modo, Argentina no fue más que México, pero a cuartos de final pasaron los de Pekerman. El encuentro ante los locales fue chato. Hubo más insinuaciones que situaciones reales de peligro frente a los arcos. El conjunto albiceleste comenzó bien el partido, metido y con actitud, sin embargo se fue diluyendo ante un seleccionado alemán carente de ideas, pero solidario y aguerrido.

A favor del entrenador argentino es justo señalar que pensó bien los partidos en la previa, que supo mantener motivado y haciendo sentir parte importante del equipo a cada uno de sus 23 dirigidos. Fue acertadísima la decisión de confiar en Abbondanzieri como arquero titular (personalmente, fui uno de los que dudó de su garantía en el arco); el Pato hizo un gran Mundial y por lesión se lo extrañó en el momento que más se lo necesitaba. La inclusión de Maxi Rodríguez, también protagonista principal, fue otro punto a favor. Y si de rendimientos individuales se trata no se puede dejar de hablar de los de Ayala, Mascherano, Tevez y Saviola.

Independientemente de que el resultado en los penales hubiese sido otro, existieron falencias que quedaron evidenciadas. El principal problema fue la falta de rigor táctico, de mecanizar movimientos por repetición y generar una estructura de equipo sólida. Pekerman armó su equipo entorno a su jugador preferido, Juan Román Riquelme, quien no pudo responder a tal responsabilidad. El jugador del Villarreal no fue actor protagónico en ningún partido, jamás estuvo entre mejores del equipo en los cinco cotejos disputados, a la hora de ir a ganar un partido no apareció y sucumbió ante la marcación que se sabía tendría. Si había que elegir un jugador como eje del engranaje, sin dudas el hombre era Carlos Tevez. Otro error fue ir a jugar con línea de cuatro sin llevar laterales: las opciones por derecha fueron Burdisso, Coloccini y Scaloni, dos marcadores centrales y un mediocampista, mientras que por izquierda se siguió la misma temática con Sorín y Cufré, un volante y un zaguero. Por la derecha hubo marca, pero no salida y por la izquierda no hubo ni marca ni salida.

Cosa juzgada, la revancha será dentro de cuatro años en el primer Mundial que se dispute en África. Será tiempo entonces de trabajar de la mejor manera para llegar a la máxima cita futbolística en condiciones óptimas y recuperar así el lugar protagónico que argentina supo tener en los campeonatos mundiales.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

No hay comentarios: