jueves, 27 de abril de 2006

El sueño hecho realidad

Desde que a principios de siglo pasado comenzó a hablarse de Buenos Aires como La París de América del Sur, quedó en evidencia la devoción histórica de los argentinos -o, para ser justo, de aquellos argentinos beneficiados por las distintas coyunturas socioeconómicas- por Europa, a la cual miraron siempre como modelo. Tal vez, que la mayoría de los pobladores de este país sea descendiente de europeos sirva de respuesta, al menos parcial.

Desde siempre hubo argentinos que, forzados por crisis, dictaduras o impulsados por crecimientos profesionales, cruzaron el Atlántico para radicarse en la tierra de sus antepasados. Pero lo cierto es que la mayaría de los que se fueron, volvieron y con una certeza: que lo ideal es una mixtura de lo argentino y lo europeo. Allá se extraña lo que acá y acá se extraña lo de allá.

En lo que al fútbol respecta el paralelismo se traza en la búsqueda de hermanar la impronta proteril del jugador argentino y la obediencia táctica y el profesionalismo de los europeos. Entonces el ideal aparece también en la combinatoria de lo de acá y lo de allá. Y ahí está Lionel Messi como consumación de ese modelo. La máxima promesa del fútbol mundial tiene la genética del fútbol criollo, pero llegó a Europa en el ingreso a la adolescencia, a un club como el Barcelona -con todo lo que ello implica-, y le agregó a su materia prima los mejores aditamentos del fútbol europeo.

El caso de Lionel Messi es la materialización del anhelo de muchos, tomando lo mejor de acá y lo mejor de allá, descartando lo peor de acá y lo peor de allá. Concretado en el fútbol y como una metáfora de lo social, Messi logró cumplir el sueño de muchos. La valoración, positiva o negativa, de lo que ese sueño, ese modelo ideal, implica queda para cada lector.
(Foto: Ole.com.ar - AP)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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