
Pero en paralelo con la desinteresada polémica que entablan los hinchas, se establece otra, con distintas connotaciones y la cual ha tenido a los medios como canal del mensaje. Se trata de los cruces de declaraciones entres Julio Grondona, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, y José Pekerman, entrenador del seleccionado, en el marco de la lista de los 23 jugadores que integrarán el seleccionado argentino en la Copa del Mundo. Aunque en realidad tal vez no sea justo hablar de “cruces de declaraciones”, ya que quien siempre tomó la palabra fue Grondona, limitándose Pekerman a referirse al tema solamente cuando no tuvo otra alternativa.
La lista mundialista es confeccionada por el seleccionador nacional, pero el mandamás de la AFA señaló en varias oportunidades y con distintas figuras que debe ser él quien tenga la última palabra a la hora de enviar la lista definitiva a la FIFA. El argumento de Grondona es que su cargo de máximo dirigente del fútbol argentino lo habilita a tener injerencia en la decisión de los 23 apellidos mundialistas.
El proceder de Grondona no debe sorprende si uno se detiene en que se trata de una persona que ha cimentado en el verticalismo sus 27 años al frente de la AFA. Se agrega a esto el mondo de ser de Pekerman, quien se presenta como más permeable a la injerencia externa que sus antecesores Marcelo Bielsa y Daniel Passarella, quienes no atendían los llamados provenientes de la sede de la calle Viamonte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario