lunes, 23 de marzo de 2009

Rebelión en la granja

En las siete fechas que se llevan disputadas del torneo Clausura 2009, seis técnicos renunciaron –por decisión propia o forzados a hacerlo- y otros dos podrían seguir el mismo camino próximamente. La lista la componen Juan Manuel Llop (Racing), Omar Labruna (Gimnasia de Jujuy), Gustavo Alfaro (Rosario Central), Leonardo Astrada (Estudiantes), Miguel Ángel Santoro (Independiente) y Jorge Burruchaga (Banfield). En tanto, no sería de extrañar que a muy corto plazo Argentinos Juniors y San Lorenzo observasen las idas de Claudio Vivas y Miguel Ángel Russo, respectivamente. En algunas instituciones las salidas anticipadas son ya cuestiones estructurales en los últimos tiempos. En Independiente se fueron antes de lo pactado Daniel Bertoni, César Luis Menotti, Julio César Falcioni, Burruchaga, Pedro Troglio, Claudio Borghi y ahora Santoro. Antes de Alfaro, Rosario Central tuvo las prematuras salidas de Astrada, Néstor Gorosito, Carlos Ischia, Leonardo Madelón y Pablo Sánchez. Por su parte, en Banfield hace 4 años que un técnico no completa su contrato. Más grave aún es lo de Racing, donde el desfile de técnicos es una cuestión crónica.

La novedad en muchos de estos alejamientos es que ya no responden únicamente a los malos resultados, sino a enfrentamientos entre técnico y dirigidos en los cuales los entrenadores vieron como sus planteles se les paraban de manos en desacuerdo con sus premisas. Tal vez no sea una novedad el hecho de que los futbolistas comploten para la salida de un DT, pero es algo que aparece ahora con más claridad. Llop reconoció poco antes de irse de la Academia que su relación con los jugadores no era la mejor, de lo cual se desprende que si esa fue la declaración pública es porque el vínculo era pésimo. Santoro dejó en el estribo una frase contundente dirigida al plantel: “Fue una ballata desleal”. En tanto, si bien se especuló que la salida de Burruchaga seguía esta línea, el campeón del mundo en Mexico 86 desmintió cualquier diferencia con los jugadores (incluso aseguró que éstos le pidieron su continuidad) y afirmó que su renuncia fue producto de diferencias irreconciliables con el cuestionable Carlos Portell, presidente del Taladro desde hace 10 años.

Sin dudas se trata de una cuestión muy delicada, de un equilibrio difícil de encontrar. Se requiere de entrenadores firmes, que ejerzan la autoridad que su cargo demanda pero sin la tiranía de hacer oídos sordos a cuestión alguna. Para esto es necesario el completo respaldo de la directiva hacia la persona a la cual se eligió para dirigir el grupo. Con jugadores que aparecen no ya en la prensa deportiva, sino además en los programas de chimentos o en las revistas de la farándula del espectáculo y con intermediarios y representantes que los tientan con futuros irresistibles, el manejo de grupos se vuelve hoy una condición tan necesaria a la hora de elegir un técnico como las cuestiones específicamente conceptuales del juego.

En otro orden, mención especial merecen por lo hecho este fin de semana Huracán y Colón, conjuntos que con distintos argumentos, más tecnisistas aunque sin despreciar la táctica los porteños y más tactisistas pero sin relegar la técnica los santafesinos, imponen sus virtudes. El conjunto de Parque Patricios le dio un tremendo cachetazo a Lanús, puntero en soledad del campeonato, al derrotarlo 3 a 0 en una gran demostración futbolística, la cual eleva su cotización a partir de la jerarquía del rival. Señalado por haber organizado una pretemporada distinta de la que con fuertes cargas físicas se realiza habitualmente, Ángel Cappa ha logrado hasta aquí que su equipo juegue con un prolijo y fluido manejo de la pelota sin escatimar verticalismo. El ex ayudante de campo de Jorge Valdano eludió las dificultades institucionales que se sabe tiene el Globo y armó un buen equipo con destacados jugadores como Mario Bolatti, Facundo Pastore y Matías De Federico, pero sin futbolistas de gran cartel. Por su parte, el Sabalero mostró en su victoria ante San Lorenzo -en un partido que se desvirtuó por las expulsiones de tres jugadores del Ciclón-, también 3 a 0, algunas de las muy buenas variantes que tiene el equipo desde que lo tomó Antonio Mohamed: es el conjunto que mejor y más variantes de pelota parada maneja, ejerce una gran presión sobre los rivales al doblar marcas, muestra una buena lectura previa de las características del rival para actuar en consecuencia y tiene variantes tácticas dentro de un mismo partido para corregir sobre la marcha cuando las cosas no salen de acuerdo a lo planeado. Con sus virtudes y también sus defectos, Colón está a un punto de la cima y Huracán a dos.
(Foto: Goal.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

1 comentario:

Fernando Salceda dijo...

El medio futbolístico argentino está enfermo, como nuestra sociedad en general.
Tras una serie de cosecha escasa de puntos, a los técnicos se les pone un tope, un determinado partido como referencia para decidir si sigue o no; pero no se analiza el funcionamiento del equipo durante la "probation", sino solamente el resultado. No importa si perdió aunque haya rendido bien o si ganó aunque esto haya sido producto del alineamiento de los planetas.
Pero tenemos pocas chances de que esto cambie mientras pase como pasó, por ejemplo, el último fin de semana. El diario deportivo atribuía el empate entre Central y Vélez a que Gareca seguía fiel a una determinada vestimenta y a que Merlo vistió su prenda fetiche en el segundo tiempo.

Un gran abrazo