lunes, 27 de octubre de 2008

La colonización comercial de la selección

No hay apuro en designar al técnico de la selección. Así lo reconoce el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, y por eso aún no anunció quién será el entrenador nacional. Ocurre que la comercialización del conjunto albiceleste es lo prioritario; recién después está lo deportivo. Si todavía no se conoce al reemplazante de Alfio Basile es por las grandes roscas que implica tal decisión.

El contrato con Renova que condiciona las convocatorias para los amistosos que la propia empresa rusa organiza eligiendo rival y escenario, la pesada voz del monopolio mediático que mantiene un estrecho vínculo con la AFA, los sponsors que también pretenden tallar en la cuestión y muchos otros intereses son los obstáculos que desde el vamos tendrá el elegido. Además, deberá soportar al plantel paralelo, el de los dirigentes que vuela con el equipo nacional, se alberga en los mismo hoteles, comparte las comidas, se pasea en los entrenamientos y dice presente después de cada encuentro en los vestuarios sin dejar de pedir camisetas y cuanta indumentaria esté al alcance de la mano.

En este marco, ningún entrenador serio podría aceptar el cargo, por saber que no están dadas las condiciones para realizar su trabajo. Pero el anhelo de llegar a ese lugar pesará fuertemente y eso es lo que permitirá contar con un hombre fuerte al frente del seleccionado. En el mismo sentido, los muchos muy buenos jugadores de los que se dispone y el amor propio que la gran mayoría de ellos demuestra hacen que pese a la colonización comercial del conjunto nacional, Argentina continúe siendo un grande a nivel mundial.

Según trascendió, Carlos Bianchi, líder en distintas encuestas, habría exigido para tomar las riendas del equipo nacional que se comprometa a los clubes argentinos para no negar jugadores y conformar un seleccionado local, que no haya ningún condicionamiento en las convocatorias, tener decisión en la elección de los rivales para los encuentros amistosos y otras potestades que –bien- entiende deben ser inherentes al cuerpo técnico. Evidentemente esto choca contra los negocios de la AFA. Si el Virrey quiere ser el DT, lo mismo que Diego Armando Maradona y Miguel Ángel Russo, los otros dos candidatos, tendrá que dejar de lado varias de sus pretensiones, las cuales son absolutamente lógicas y ni siquiera deberían ser aclaradas.

La determinación de establecer un interinato, hecho inédito desde la reestructuración de las selecciones nacionales en 1974, desnuda aún más la realidad. Que Sergio Batista, responsable de la Sub 20, dirija a la selección ante Escocia el mes próximo expone que la prioridad es la caja. De todos modos, hay dirigentes que le asignan mayor importancia a dicho encuentro, ya que impulsan el nombramiento definitivo del Checho (pese a sus muy cuestionables cualidades para hacerse cargo de tamaña responsabilidad) y entienden que una victoria con buen rendimiento ante los británicos favorecería su postura.

La AFA no tiene apuro en nombrar al nuevo seleccionador nacional. Se tomara todo el tiempo que sea necesario para garantizar el aceitado funcionamiento de lo importante: dejar bien a resguardo las ganancias de los verdaderos dueños del seleccionado. Habrá que ver si la dedicación que ponen desde la casa matriz del fútbol argentino en cuidar ese negocio es la misma que le asignarán al análisis sobre cuál es el cuerpo técnico más idóneo para este momento, cuando queda poco más de un año y medio para el Mundial. Es decir, si se indagará al entrenador elegido sobre su proyecto futbolístico y cuál es el plan de trabajo que tiene estipulado para cuando no esté con los jugadores, qué rol tendrá cada uno de quienes integren su cuerpo técnico, de qué modo se establecerá un contacto permanente con los jugadores y todas las demás funciones, programaciones y responsabilidades que no pueden omitirse en la elite del fútbol mundial.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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