
Los primeros 90 minutos de fútbol de la 18ª edición de la Copa de Mundo dejaron la sorpresa de 6 goles, inusual cantidad para un partido inaugural. El equipo dirigido por Jürgen Klismann defendió con la omnipotencia que sólo puede arriesgar un grande cuando juega de local. Así, una línea de fondo que se adelantó sistemáticamente le permitió al mundo ver las exquisitas definiciones de Paulo Cesar Wanchope. Esa forma de defender hizo que el esforzado y digno combinado centroamericano le marque dos goles que en esta oportunidad no fueron la causa de una derrota, pero que advierten que el costo para el tricampeón mundial puede ser mayor contra un equipo de los pesados.
A favor del conjunto germano quedan una apropiación de la pelota casi exclusiva, dos goles de larga distancia de gran factura (convertidos por Lahm y Frings), buen desborde por las bandas, la presencia goleadora de Miroslav Klose y el plus de ser el local, condición con valor agregado si el dueño de casa es una potencia como Alemania, tricampeón del mundo y quien disputó tantas finales como Brasil, siete.
El puntapié inicial del esperado Mundial dejó una sensación agradable por juego y marco. En un mes todo habrá llegado a su final y se conocerá a quien ostentará el título del mundo por cuatro años, período que habrá que esperar para otra cita mundialista. Entonces a disfrutar estos 30 días a puro fútbol.
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