lunes, 18 de mayo de 2009

La misma ilusión sostenida con distintos argumentos

La recta final del torneo Clausura encuentra a Lanús, Vélez, Huracán y Colón en la lucha por el título. Mientras que las propuestas del Granate y el Globo bien pueden emparentarse, el Fortín expresa una identidad diferente y el Sabalero también tiene sus huellas distintivas. Cada entrenador arma su equipo de acuerdo a sus convicciones, sus preferencias tácticas y las características de los jugadores de los que dispone. Al margen de las etiquetas, de las extremas defensas de las ideologías futbolísticas, es sabido que los caminos al éxito son múltiples.

El conjunto del sur del Gran Buenos Aires, único puntero, es acaso el equipo con la identidad más definida del fútbol argentino, adquirida con anterioridad al campeonato obtenido en 2007. La llegada de Ramón Cabrero a la dirección técnica significó el inicio de un proceso que mantiene su fisonomía hasta hoy. La conducción de Luis Zubeldía -un excelente técnico, con apenas 27 años- tiene su impronta pero mantiene el sello que se creó con la mano de Cabrero y él como ayudante de campo.

Por su parte, el equipo de dirigido por Ricardo Gareca hizo de la solidez defensiva su mejor virtud y asimiló muy rápidamente el trabajo de un entrenador nuevo. Germán Montoya en el arco y la dupla central compuesta por Sebastián Domínguez y Nicolás Otamendi -la mejor aparición del torneo- son el sostén de este Vélez que dejó La Plata invicto y punta, en la derrota 3 a 1 ante Gimnasia. El recambio que le dieron jugadores como Jonathan Cristaldo, Juan Martínez y Roberto Nanni (los tres autores de goles importantes) también ha sido una elemento esencial para estar en la lucha por el título. El contrapunto está dado por el bajo rendimiento de las últimas fechas: obtuvo 2 puntos sobre 9 en juego y en sus últimas cuatro presentaciones no logró marcar nunca el primer gol del partido.

Huracán es la revelación del torneo y seguramente el que tiene el juego más vistoso. Cuenta en su mediocampo con dos de los cuatro o cinco mejores jugadores del torneo: Mario Bolatti y Javier Pastore. A ellos se agrega la repentización en ataque de Matías Defederico. Ángel Cappa logró un equipo que se anima a jugar con la pelota al piso en cualquier circunstancia, receta con la cual el último fin de semana bailó y goleó a River 4 a 0.

El Globo y Lanús se asemejan en sus virtudes y también es sus debilidades, ya que son noqueadores con mandíbula de cristal. Perdieron 4 de los 14 partidos que disputaron, una cifra elevada para aspirar al título. En el caso del Granate, la mitad de esas derrotas fueron categóricas en el juego y en el resultado, cuando cayó 3 a 0 primero ante el propio Huracán y más tarde en su casa ante Estudiantes.

Por último, Colón, cuyo camino es más difícil porque tiene tres equipos por delante y porque matemáticamente no dejó atrás la amenaza de la Promoción, tiene en Antonio Mohamed un técnico muy trabajador y algunos jugadores que marcan diferencias. El Sabalero es un equipo con muchas variantes de jugada con pelota parada, bien estructurado defensivamente, con un mediocampo batallador en el cual se destaca Leonardo Prediguer y el poder de gol de veterano y vigente Esteban Fuertes.

Mientras los cinco tradicionales grandes son noticia por su juego resquebrajado y los malos resultados acumulados, el torneo Clausura vibra al ritmo de un equipo que sí sabe de vueltas olímpicas, uno que se estrenó como campeón hace dos años, otro cuyo único festejo fue hace más de 35 años y uno que nunca se coronó.
(Foto: Nuevodiarioweb.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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