lunes, 26 de enero de 2009

Código de área

El conflicto suscitado entre Mauricio Caranta y Carlos Ischia se ha transformado en un laberinto cada vez más intrincado para Boca. Fue la bienvenida para Carlos Bianchi, que tuvo en ese enfrentamiento y en las dilatadas negociaciones con el Getafe español por la llegada de Roberto Abbondanzieri un tránsito inicial a los tumbos en su novedoso puesto gerencial. Si bien no se trata de una cuestión que haya debilitado al equipo, ya que fue campeón del pasado torneo Apertura, la falta de resolución luego de más de tres meses daña la imagen del club y perjudica al jugador.

En su última conferencia de prensa en Buenos Aires antes de partir hacia la pretemporada, Ischia reiteró que el cordobés no sería tenido en cuenta y agregó que, a razón de esa decisión, no podría entrenarse ni con la Primera ni con el plantel de Reserva. De todos modos, asesorado por la gente de Futbolistas Argentinos Agremiados, Caranta se dirigió a Tandil en compañía de su representante y el apoderado legal del gremio. No fue bien recibido: se le negó el ingreso al hotel donde se concentraban sus compañeros. En realidad lo que perseguía no era sumarse a los entrenamientos, sino forzar su libertad de acción.

Bianchi, en su rol de manager, cuestionó duramente al jugador al asegurar que si bien éste le había prometido que no viajaría a Tandil finalmente no cumplió. Al respecto, dedujo que “lo hicieron cambiar de idea” y reflexionó que “los códigos han cambiado”. En el inicio de su exposición a la prensa, el pasado viernes, el Virrey destacó que el ex hombre de Instituto de Córdoba y el Santos Laguna mexicano debería haberse presentado a entrenar con la Reserva –en contradicción a lo que había señalado Ischia- y no lo hizo, dejando implícito que se trataba de una falta que podría ser castigada.

La réplica de Caranta fue durísima. No le apuntó a Bianchi, pero sí a Ischia y a la Comisión Directiva. Del entrenador cuestionó su capacidad y autoridad al contar que “en la práctica había algunos jugadores que se iban y tenía que ir el médico a avisarle que estaba jugando con diez”, al tiempo que aseguró que “no tiene justificativos deportivos” para haberlo excluido. Sobre la directiva, denunció: “un alto dirigente me dijo: 'Si llegás a Tandil te embarramos'”. También cuestionó la honestidad de la CD al contar que su pase al Valencia de España no se realizó porque no le daban el dinero que le correspondía, ya que según señaló “alguien se llevaba una buena plata de esa negociación". Puntualmente, de Jorge Amor Ameal, presidente del club , dijo que “está mal asesorado y se tiene que informar” y auguró que su situación se resolverá judicialmente porque “no hubo (desde Boca) buena voluntad”.

Caranta era indiscutido arquero titular (tuvo su consagración definitiva en la conquista de la Copa Libertadores de 2007), hasta que en el tramo final del último Apertura una implosión lo eyectó del arco. Obviamente se trató de un problema personal y la circunstancia de no aclarar desde un principio la naturaleza del conflicto (sin necesidad de pormenorizarlo) y caer en un enredo de declaraciones cruzadas y contradictorias, que incluyeron incluso al padre del protagonista, propiciaron rumores de todo tipo. Caranta es víctima de un conflicto que también alimentó al no haber hecho pública su versión de los motivos de su separación del plantel.

Incluso en con este panorama, dentro de la cancha, Boca no acusa golpe alguno y cada vez muestra una superioridad mayor respecto de los demás equipos del fútbol argentino. El pasado sábado, en una ventosa noche marplatense, se quedó con el primer superclásico del año. Pese a que no puede dejar de señalarse el escaso valor de un choque de verano, siempre tiene un gusto especial superar al más rival. Máxime cuando se lo consigue sin varias de sus mejores destacadas figuras. Mientras que River únicamente no tuvo a Oscar Ahumada, por lo que tuvo que improvisar a Facundo Quiroga como centrocampista, el elenco auriazul prescindió para la victoria de cinco titulares: su arquero (sea Abbondanzieri o Sergio García), Gabriel Paletta y su tremendo tridente ofensivo compuesto por Juan Román Riquelme, Rodrigo Palacio y Martín Palermo. Y se podría agregar un sexto ausente, precisamente su jugador más influyente del pasado semestre, Sebastián Battaglia, que fue expulsado en el primer tiempo.

Pese a que la directiva no supo manejar el Carantagate y se creó un problema que debería haber ahogado antes de que se transforme en esta escabrosa novela, Boca continúa dando muestras que está un escalón por encima de los demás. Dualidades que hoy no son excluyentes en el Mundo Boca.
(Foto: Infobae.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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