martes, 1 de enero de 2008

Cambio para menos

El dato frío, la noticia en sí, despoblada de análisis, dice que Carlos Ischia llega a Boca para reemplazar como entrenador a Miguel Ángel Russo. Es decir, desembarca un técnico que no pudo terminar el Apertura en su cargo en uno de los equipos de peor rendimiento del torneo, como lo fue Rosario Central (al menos desde los puntos, ya que terminó último), y se va uno que fue campeón de la última edición de la Copa Libertadores. El cambio, entonces, no parecería ser el más conveniente para la institución de La Ribera.

Pero al intentar analizar el hecho tampoco se encuentra luz con facilidad. Es difícil saber qué fue lo que pensaron los dirigentes de Boca con este cambio de entrenador. Uno de los clubes más grandes de América desciende voluntariamente en la jerarquía de quien conduce su equipo. La salida de Russo evidentemente respondió a un enfrentamiento con miembros de la cúpula de la institución. Para lograr su salida la Comisión Directiva boquense elaboró una metáfora, mediante la excusa de obligarlo a prescindir de algunos de sus colaboradores, para invitarlo a no aceptar la propuesta de renovación. Entonces, la salida de Russo es llamativa por ser un técnico ganador y más aún porque para ocupar su lugar se recurre a un técnico que nunca sobresalió.

Surgió la idea de repatriar a Guillermo Barros Schelotto, pero con el ídolo como entrenador y no ya dentro de la cancha. El proyecto se frustró según se cree por la negativa de Juan Román Riquelme de tener a su ex compañero como entrenador. El objetivo fue entonces ir con todo por la vuelta de Carlos Bianchi. El DT multicampeón descartó el ofrecimiento, pero le recomendó a Pedro Pompillo, presidente de Boca, que el ofrecimiento que a él le hacían se trasladase a Carlos Ischia, quien fuera su ayudante de campo entre 1998 y 2001. Así llego Ischia, con el único mérito de haber trabajado con Bianchi.

En la conferencia de prensa en la cual se lo oficializaba en su nuevo cargo, el flamante DT no dudo en afirmar que su “único jefe” es Bianchi. Esa frase le da sustento a la especulación de quienes aventuran que estará al frente de Boca apenas por seis meses para preparara el terreno para el tercer desembarco del Virrey en la Bombonera.

Lo cierto es que Russo, quien se trasformó en el tercer técnico de Boca en obtener la Copa Libertadores, después de Juan Carlos Lorenzo y el propio Carlos Bianchi, fue desechado por la CD encabezada por Pompillo incluso antes de disputar el Mundial de Clubes en Japón. En su lugar, contrataron a un técnico que ha tenido un recorrido por demás discreto y que su mayor mérito fue haber sido ayudante de campo de Bianchi; por eso lo eligió la dirigencia xeneixe, aunque se trate de un cambio que claramente disminuye en la calidad de la conducción del plantel profesional.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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