martes, 22 de mayo de 2012

Un cambio que no mejora

Sin ser una de las cuestiones de fondo del fútbol argentino, el formato de disputa del torneo de Primera División ameritaba una revisión. Una competencia que define al campeón en 19 partidos, a los clasificados al plano internacional en 38 y a los descendidos en 114, 76 o 38 necesitaba uniformar criterios. El cambio llegó, pero la mejora no. La Asociación del Fútbol Argentino anunció que a partir de la próxima temporada sólo habrá un título por año, tres descensos, eliminación de las promociones y modificación del ingreso a las copas Libertadores y Sudamericana. Sin embargo, el formato elegido dista mucho de ser el mejor.

Si resulta bueno que haya un único campeón por temporada, el modo de determinarlo es endeble. Se mantendrán los torneos cortos, que cambiarán sus denominaciones por Inicial y Final, y los ganadores de cada uno de ellos se enfrentaran en un único partido, en cancha neutral, para definir al campeón. La legitimidad sería mucho mayor en un torneo de 38 fechas, todos contra todos en partidos de ida y vuelta. La definición elegida repite la utilizada y descartada en 1991, cuando Boca y Newell´s, ganadores de los dos torneos del año, se enfrentaron mano a mano para que los rosarinos, dirigidos por Marcelo Bielsa, se quedasen con el título. La diferencia es que aquella vez se disputaron dos choques, en las canchas de cada uno de los rivales.

Los descensos serán tres en forma directa en lugar de dos, pero no se disputarán más las promociones luego de más de una década de reválidas. Eso sí, los promedios seguirán inalterables. Si hacen inobjetable la pérdida de la categoría para los clubes que llevan tres o más temporadas en Primera al consumarse tras no menos de cuatro malos campeonatos, se trata de un sistema anacrónico, que protege y castiga a destiempo. El caso paradigmático es el de Tigre, conjunto que mereció descender cuando mantuvo la categoría sin problemas y que ha hecho más que nadie para mantenerla ahora que pena por la permanencia. Además, los promedios siempre implicarán una desventaja inicial muy marcada para los recién ascendidos.

En lo que hace a la clasificación al plano internacional, es positivo que se diversifiquen los equipos participantes en cada certamen. A la Libertadores accederán los primeros de cada torneo, el conjunto mejor ubicado en la temporada, el campeón de la Copa Argentina y quien más avance en la Sudamericana, copa a la que accederán quien se quede con el título y los cinco equipos más encumbrados en la tabla anual que no participen en la Libertadores.

Se imponía un torneo anual de 38 fechas, con un campeón luego de haber jugado contra todos los equipos como local y visitante, clasificándose a la Copa Libertadores los equipos ubicados entre la segunda y la sexta colocación, a la Sudamericana los que finalicen entre el séptimo y el undécimo lugar y cayéndose del círculo privilegiado del fútbol nacional los tres últimos, sin promedios. Una única tabla para definir todo. Con 14 ubicaciones que dirimieran algo, cada uno de los 20 equipos tendría su lucha hasta el final. Muchas veces lo más sencillo es también los más justo y efectivo.
(Foto: Argentinadeportiva.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com 

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