lunes, 26 de octubre de 2009

Racing se aferra a un golpe de efecto

Los malos rendimientos, la ausencia de victorias superada la mitad del torneo y el bajo promedio que ahorca no configuran un problema circunstancial para Racing. Contrariamente, la coyuntura ha estado ligada al éxito, al campeonato conseguido en 2001 y a un pequeño puñado más de buenas campañas. Los trastornos de la institución de Avellaneda son hondamente estructurales y llevan más de tres décadas. A lo largo de todo ese período la política de continuidad ha sido colocar parche sobre parche sin atender jamás a las cuestiones de fondo. El remiendo que ahora propone la Comisión Directiva encabezada por Rodolfo Molina es nada menos que la contratación como técnico de Lothar Matthäus, una apuesta de enorme riego en la que se vislumbra un perfil claramente vinculado a la exposición masiva en detrimento de un proyecto futbolístico pleno.

El anuncio de su llegada por parte del presidente del club fue sin dudas un fuerte cimbronazo por tratarse de un hombre muy reconocido en la historia del fútbol mundial. Surgido en las divisiones inferiores del Borussia Mönchengladbaches, es el jugador con más presencias mundialistas en la historia, con 25 partidos en las cinco ediciones de la Copa del Mundo en las que participó entre 1982 y 1998. Su momento sublime fue en Italia 90, cuando como capitán la selección alemana (en al cual ostenta el record de asistencias, con 150) alzó el trofeo más deseado, luego de derrotar en la final a Argentina. Pero su carrera como entrenador ha sido hasta aquí muy menor. Dirigió en Austria al Rapid Viena y el Salzburgo, al Partizan serbio, a la selección de Hungría, tuvo un brevísimo paso por el fútbol brasileño en el Atlético Paranaense y recientemente condujo en Israel al Maccabi Netanya.

Sin embargo, los mayores interrogantes no se cierran entorno a sus antecedentes como DT. No hablar español y estar permanentemente con un traductor para que les transmita sus ideas a los jugadores es un inconveniente no menor. Mattäus es completamente ajeno al medio argentino; no conoce a los futbolistas ni los equipos y su manera de jugar, aunque lo más dificultoso será que se amolde a la urgencia histérica del futbol argentino y su crónica desorganización. En este sentido, ese carácter devorador se potencia aún más a partir de la caldera que siempre es Racing, a máxima temperatura en este momento particularmente delicado. Tampoco parece factible imaginarlo detenido a observar juveniles para evaluar posibles alternativas. Todo esto sin dejar de lado las implicancias que suele tener adaptarse a un país que resulta extraño. De todos modos, así como el fútbol local le es ajeno a Mattähus, bien se puede recorrer el camino inverso y destacar la ausencia de referencias en cuanto a su trabajo y sus metodologías como entrenador, lo que abre una grieta para encontrarse con una grata sorpresa.

Tras el empate ante Lanús el último fin de semana, Molina llamó a una conferencia de prensa en la cual luego de asegurar que el alemán “es el técnico que necesita Racing para dar un salto de calidad" pregonó que se trata de “un proyecto para ubicar a Racing en el mercado mundial". Así, Mattähus implica una estrategia de marketing destinada atraer sponsors y también un “shock anímico”, como reconoció Claudio Yacob, capitán del equipo. Pero la impronta táctica y los caminos a recorrer para intentar una remontada del equipo están ausentes en los discursos de bienvenida. Racing asume un riesgo grande con esta jugada que no pasa desapercibida, se aferra a un golpe de efecto que, otra vez de momento, le entregue cierto sosiego.
(Foto: Sportgate.de)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

1 comentario:

javier dijo...

la llegada de Matthäus es una muestra del fútbol industrializado, que ve en esta figura convocante (probablemente por lo exótico) la forma de recaudar dinero, de ganar espacio en los medios, por encima de cualquier proyecto futbolístico. aunque en fútbol nunca se sabe, quizás el no estar empapado de los problemas de racing pueda jugarle a favor...