lunes, 19 de octubre de 2009

Ahí viene Boca

La última fecha dejó una mala noticia para el nutrido grupo de equipos que pelean arriba: Boca agarró envión a impulso de triunfos. Los nueve puntos conseguidos en sus últimas tres presentaciones lo hicieron acomodarse con aspiraciones en un torneo de gran paridad, en el cual los primeros ocho equipos están separados en apenas dos puntos. Se trata del resurgir de un equipo parecía no estaría en la lucha por el título y se encontraba atrapado en una serie de problemas que lo tenían paralizado. Varios de esos inconvenientes no desaparecieron, pero otros sí y por eso Boca le apunta ahora al doble adjetivo de clasificarse a la Copa Libertadores, en primer término, y pelear por el campeonato.

Tras la derrota ante Godoy Cruz, en la Bombonera, Alfio Basile había presentado la renuncia, pero lo convencieron de que continuara al frente del plantel. El siguiente fin de semana el verdugo fue Estudiantes, que lo superó con más claridad que la mínima diferencia que estableció el 2 a 1 final. Con tres derrotas en fila, cinco puntos en seis partidos y su técnico debilitado por un amague de partida el panorama para el conjunto xeneixe era sombrío. Pero llegó la remontada. A las tres derrotas siguieron la misma cantidad de triunfos y los cinco puntos se multiplicaron para que esa sea la distancia con el puntero, San Lorenzo.

Cada uno de los triunfos encadenados tuvo distintos matices. El conseguido ante Vélez, que marcó el punto de inflexión, fue una muestra del carácter del equipo, ya que abajo en el marcador, dominado en el trámite del partido y con el zumbido en el oído de las caídas precedentes logró quedarse –seguramente sin merecerlo- con los tres puntos por empuje y el histórico gol de cabeza de Martín Palermo desde 40 metros. Sin su goleador, que preparaba el final feliz para la novela de terror y suspenso que protagonizarían Argentina y Perú por eliminatorias, hubo victoria ante Racing, también luego de ir en desventaja y esta vez con un un tremendo segundo tiempo de Juan Román Riquelme. Ante Tigre, tuvo su mejor rendimiento del semestre; ganaba 2 a 0 y estaba para golear, pero tras el descuento de los de Victoria terminó en apuros y con la angustia de sufrir los minutos finales a la espera del final del encuentro.

La fragilidad defensiva continúa siendo el mayor problema de Boca. Los desacoples de sus centrales, Julio César Cáceres y Gabriel Paletta, y los recurrentes errores de su arquero, Roberto Abbondanzieri, lo hacen un equipo demasiado vulnerable, lo cual se evidencia en el hecho de no haber finalizado ningún partido del torneo sin recibir al menos un gol. Además, lo ajustado del campeonato hace que pese a que lo separan cinco puntos de San Lorenzo está en la mitad de la tabla; es decir, con varios equipos por sobre su posición. Esos son los principales obstáculos que deberá sortear.

El buen aprovechamiento del tiempo sin competencia que implicó la última doble fecha de las eliminatorias ha tenido un gran valor en esta positiva racha. Basile y su cuerpo técnico realizaron una base física para mitigar en parte los inconvenientes de la gira europea antes del inicio de la temporada y trabajaron en doble turno para buscar solucionar los problemas de funcionamiento.

Con la seguridad que dan los triunfos, Boca visitará a River el próximo domingo en el partido que atrae más miradas. Si los dirigidos por Basile logran capitalizar su buen momento y aprovecharse del derrumbe millonario para armar un poker de victorias quedándose con los tres puntos en el superclásico entonces se convertirá, definitivamente, en el candidato más temido.
(Foto: Canchallena.com - Fotobaires)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

1 comentario:

Juliancito dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Boca se viene pero atrás es un flan.
Salute y te dejo mis blogs:
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