martes, 16 de diciembre de 2008

La década y media infame rosarina llegó a su fin

Finalmente, Newell´s Old Boys de Rosario se liberó del yugo que significó Eduardo López, quien se adueñó del club durante 14 años sometiéndolo a un marcado proceso de degradación. Pese a que con arrogancia había asegurado que ganaría las primeras elecciones celebradas en su presidencia por un margen de 60 por ciento, recibió un tremendo cachetazo de los socios, que habían estado imposibilitados de expresarse democráticamente desde 1994.

La lista del Movimiento Leproso (Mole), encabezada por Guillermo Lorente, se impuso con casi el doble de votos que la oficialista Solidez Institucional. El sector triunfador contó con el explícito apoyo de destacadas figuras del más profndo seno rojinegro. Primero, por el amor extremo de los hinchas, Marcelo Bielsa, que se manifestó con una carta pública y sufragó a primera hora. En tanto, su hermano Rafael, jefe de fiscales del Mole, y el prestigioso periodista Eduardo Van der Kooy fueron las caras visibles que más aportaron en los medios y en la lucha constante del día a día. También apoyaron la renovación los Socios e Hinchas Autoconvocados, la asociación contra la violencia Salvemos al Fútbol, el formador de juveniles Bernardo Griffa y los ex jugadores Gustavo Dezotti –nombrado manager del fútbol profesional- y Roberto Sensini, quien ocuparía el cargo de entrenador si Fernando Gamboa rechaza el ofrecimiento de continuar en el cargo.

Antes de la finalización del acto electoral, sabedores de la derrota, los miembros de la saliente Comisión Directiva desaparecieron sin dejar rastro. Jorge Ricobelli, directivo de Mole, aseguró se llevaron computadoras, escritorios, televisores y cámaras de seguridad. Apenas quedaron alrededor de 200.000 pesos en la caja del club (lo recaudado ese día por el pago de cuotas) y Lorente anunció que “trabajos de pintura, limpieza y mantenimiento” será lo primero que deberán hacer, al tiempo que contó que al entrar en el club notaron que “no había luz ni agua”. Pese a todo, se mostró feliz por su triunfo y porque “por suerte, después de 14 años, el club vuelve a estar abierto para la gente".

Cuando no tuvo más opción que llamar a elecciones -algo que había logrado impedir en 1997, 2000 y 2004-, López recurrió a todas las maniobras posibles para dificultar la participación. En la asamblea de socios realizada en mayo impidió el ingreso de los socios opositores y se adjudicó la Junta Electoral por 308 votos a 1; pero más tarde la Justicia anuló esa instancia y prodeció a su interevención. Posteriormente, impuso que los socios tuviesen pagas las últimas cuatro cuotas mensuales, cuando en el club no existía dónde hacerlo, ya que los socios de Newell´s lo eran de forma gratuita. Ocurre que López tenía fraguada una documentación con el pago de algunos socios; obviamente, adeptos al oficialismo. Si bien en un principio la Justicia declaró que no era necesario el pago, López logró mover sus aceitados contactos en los tribunales para que sí se exigiese lo que nunca había existido, el pago de las cuotas. Entonces, con sus matones alejó a los socios que se acercaban al club para cumplir con el requerimiento para votar y pese a que el día de las elecciones se había establecido que hubiese diez ventanillas abiertas para el cobro sólo funcionaron tres. Al asegurar que el problema de las elecciones en Newell´s era judicial y no político, el gobernador de Santa Fé, Hermes Binner, hizo lo posible por mantenerse al margen, aunque finalmente actuó para que el día de las elecciones estuvieran dadas las garantías necesarias.

Adueñarse de Newell´s durante tanto tiempo fue producto, en buena parte, del padrinazgo a su gestión de Julio Grondona, quien lo nombró Secretario de Relaciones Internacionales de la AFA, pese a que sólo habla español y no viaja por tener fobia a los aviones. Esa alianza le fue muy útil a López, pero no a la institución: trascendió que la deuda de Newell´s con la casa matriz del fútbol argentino superaría a los 50 millones de pesos. Esa pesada carga será sin dudas un condicionante para la nueva conducción en su relación con la sede de Viamonte 1366.

Durante los 14 años de gobierno de López, Newell´s obtuvo un título, el obtenido en el Apertura 2004. Pero el costo fue altísimo. El proceder institucional desapareció en virtud de una conducción autoritaria. Borró las actividades sociales al derrumbar sus instalaciones para ampliar el estadio; lo que quedó fue abandonado, como la pileta, que se convirtió en un gigantesco cubo de material agrietado con yuyos de dos metros. Pero ni así logró un estadio moderno y hoy la cancha está en muy deterioradas condiciones. Sí conservó el micro estadio, aunque quedó tercerizado por la barra brava, dueña también del pase de varios jugadores.

López trasformó un club integral y futbolísticamente importante en un discreto equipo de fútbol profesional. Al promocionar que Newell´s era “fútbol, fútbol y fútbol” pulverizó la parte social y de deportes amateurs, lo que le daba vida al día a día del club. Pero la prédica también fue falaz, ya que el equipo tuvo protagonismo a cuentagotas a partir de liquidar los talentos surgidos de uno de los mejores semilleros de la historia del fútbol argentino dejándolos libres, malvendiéndolos o entregándoselos a la barra.

Newell´s deberá reconstruirse casi desde la nada. Ahogado económicamente, mirado con recelo en la AFA por haber corrido a uno de sus protegidos, jaqueado por la violencia de la barra enquistada, nulo socialmente y vaciado institucional, el resurgimiento será trabajoso. Por lo pronto, ya consiguió una de las victorias más importantes de su historia, porque la salida de Eduardo López significa más que la conquista de un campeonato.
(Fotos: Odiables.blogspot.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

1 comentario:

Fernando Salceda dijo...

Todavía quedan muchos y la tarea va a ser complicada. Pero hay un mafioso menos. No es poco.

Un gran abrazo.