lunes, 1 de septiembre de 2008

Los problemas de la búsqueda permanente

Encontrar el funcionamiento óptimo desvela a Diego Simeone. Dar con las soluciones tácticas para lograr el funcionamiento que desea lo llevó, paradójicamente, a una vorágine de confusión. Trabajar en la semana para encontrar las variantes que permitan reforzar los aspectos positivos y corregir las debilidades es la actitud que siempre debe tener un entrenador; sin embargo, en el caso de River la continua variación hace que el equipo no encuentre un apoyo, no tenga una base de sustentación. Loable es la premisa de un ataque agresivo para salir a buscar los partidos sin que esto implique una descompensación defensiva, pero resulta evidente que River no encuentra el modo de ejecutar dicha premisa. Entonces Simeone recurre a permanentes cambios de esquema y roles que parecen haber encerrado al conjunto rojiblanco en un laberinto.

Seguramente este presente no sea exclusiva responsabilidad del entrenador, quien antes que el equipo pueda acomodarse a un dispositivo ya intenta otro, y tengan también su cuota parte los futbolistas, incapaces de interpretar las distintas alternativas. La derrota ante Banfield y los empates ante Colón y San Lorenzo, evidenciaron, como suele ocurrir cuando se dejan puntos en el camino, más carnalmente los problemas. De todos modos, las debilidades no se circunscriben al comienzo de este torneo, sino que tienen su arrastre.

En la obtención del pasado Clausura River logró en apenas un puñado de partidos un elogiable juego asociado; la conquista pareció más bien haberse apoyado en distintos valores individuales: la gigantesca figura de Juan Pablo Carrizo en la primera etapa del certamen, el desequilibrio y el gol de Ariel Ortega y Diego Bonanotte en el último tramo y la regularidad de Matías Abelairas y Oscar Ahumada a lo largo de las 19 fechas. Campeón que no será recordado por sus méritos futbolísticos, la premisa del Millonario para este certamen, ya sin la presión de 4 años sin títulos, seguramente era la de encontrar una versión de juego con una mejor estética y una mayor robustez. Disputadas cuatro fechas del presente certamen no ha logrado saldar esa deuda y su intento por conseguirlo se ha transformado, contrariamente, en un espiral a veces ascendente y otras descendente, ya que en algunos momentos mejor y en otros peor está siempre alrededor de las mismas vicisitudes.

El ex capitán de la selección argentina no logró aún en River el funcionamiento que sí consiguió en Estudiantes, cuando se quedó con el Apertura 2006. Su modo de vivir los partidos al costado del campo de juego desde que llegó a Núñez es muy distinto al mostrado en el Pincha. La serenidad de entonces se trasformó en una electrizante intranquilidad y esa comparación de conductas es síntoma del disconformismo actual.

La búsqueda constante puede convertirse en eterna. Simeone en uno de los mejores técnicos de Argentina, pero se embarcó en una desesperada carrera para alcanzar su ideal futbolístico. Con el respaldo de haber logrado un campeonato a su arribo, el Cholo tendría que aprovechar esa tranquilidad para trabajar sin el ajetreo de la urgencia que se impuso y le está siendo contraproducente.
(Foto: Goal.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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