miércoles, 17 de septiembre de 2008

Cumbre en el llano

Al parecer, la reunión fue pour la gallerie; aunque no hubo foto. Así se desprende del comunicado oficial, el cual no aporta ninguna información relevante. Tal vez no persiguió otro fin que el de dar una muestra de respaldo, de un lado, y de fortaleza, del otro. Probablemente por eso el encuentro entre el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, y el director técnico del seleccionado mayor, Alfio Basile, se llevó a cabo en el predio deportivo ubicado en Ezeiza, ámbito natural del entrenador. De haberse realizado en la sede de la calle Viamonte, búnker del mandamás, hubiese sonado a reto para el DT.

Grondona podría haber aprovechado para pedirle al técnico, entre otras cosas, que le muestre cómo ha evolucionado su trabajo, cual es su labor y el de cada uno de sus colaboradores cuando no están con los jugadores (que es, claramente, la mayor parte del tiempo) e instarlo a proceder con los modales y la seriedad que amerita la posición que ocupa. Por su parte, Basile, principalmente, debería haber señalado que no puede establecerse un proyecto deportivo serio si la empresa rusa Renova limita el universo de futbolistas para disputar los cotejos amistosos contra los rivales que ese mismo grupo elige y en los escenarios que también determina.

Lo que ocurre es que ninguno de los dos, sobretodo el presidente de AFA, tiene un respaldo ético para reclamarle al otro. Cuando en 2006 rubricaron el contrato que lo hacia a Basile nuevamente entrenador del seleccionado, ambos sabían qué les esperaba: el entrenador siempre supo perfectamente quién es Grondona y estaba al tanto del acuerdo firmado con los rusos, y el pope no desconocía cuál había sido la forma de trabajo del técnico en sus dos últimas escalas previas al seleccionado, Colón y Boca.

Lo más relevante del comunicado oficial publicado en la web de la AFA es la renovación de los contratos de Rubén Díaz y Jorge Ribolzi (sus vínculos son anuales), colaboradores de Basile. A su vez, por otros medios trascendió que se estableció que el técnico viaje periódicamente a Europa para manter un contacto más fluido con sus dirigidos, algo que hasta ahora no ocurría por falta de presupuesto de la AFA. Esto habla, como mínimo, de la mayúscula incapacidad del Comité Ejecutivo para recaudar lo que se debería a partir de una liga con varios millones de seguidores y un seleccionado con figuras de primer nivel mundial.

La reunión entre Grondona y Basile se promocionó como una cumbre, pero no fue más que un encuentro en el llano. La casa está en orden y hasta mejoró su economía; ya no es tan pobre como hace dos años, cuando se inició este proceso, y ahora puede mandar a su entrenador a Europa.

Si, como se presentó, el encuentro no fue para tomar nota de los problemas del seleccionado por las responsabilidades que le caben a la dirigencia y las propias del cuerpo técnico, todo seguirá igual. Contrariamente, si se dijeron lo que lo tenían para decirse, si asumieron los errores que les corresponden a cada una de las partes y planificaron una nueva etapa, superadora de la que hasta aquí se transitó, con cambios sustanciales, entonces sí será posible la recuperación de un seleccionado que arrastra hace tiempo marcadas falencias en su juego.
(Foto: Futbolargentino.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

2 comentarios:

Fernando Salceda dijo...

Patricio:

Como bien decís, Basile sabe quién es Grondona y Grondona sabe quién es Basile. Al mismo tiempo, vos y yo sabemos quiénes son Grondona y Basile.
Por todo esto te pregunto: ¿de dónde sacaste el optimismo del último párrafo?

Gran abrazo.

Anónimo dijo...

Fernando, gracias por tu comentario, como siempre.
La verdad que es cierto, parecería muy ingenuo esperar un cambio. Serán mis ganas de ver una selección con identidad y aunque sea más parecida a aquella de principios de los 90´, que tenía verticalismo y vocación ofensiva. Sé que es imposible pedirle a Basile un equipo compacto, de espíritu colectivo y con trabajo táctico y estratégico, pero sí todavía creo que dentro su modo de ver el fútbol es posible un conjunto que se predisponga de otro modo en la cancha.
Eso sí: pedirle buena educación y correctas formas al entrenador es también, definitivamente, entrar en el terreno de los imposibles.