
Habrá final. Será el cuarto desempate en la historia del fútbol argentino y el primero por torneos cortos. En un campeonato abundante en condimentos agrios, la final que disputarán Estudiantes y Boca da una sensación de justicia, porque se disputarán el título mano a mano y en igualdad de condiciones quienes han sido los dos mejores equipos del certamen. Por su juego y por haber rendido de la mejor manera en la etapa más caliente y difícil del torneo -las últimas fechas-, el Picha queda más arriba que Boca en la escala de merecimientos. Simeone armó un equipo con una fuerte identidad, de enorme juego colectivo y con la decisión y precisión que Boca no tuvo en este tramo final.
Pero la impresentable organización de los torneos argentinos está presente. Así cada divisional tiene su propio librito y por eso mientras que en Primera habrá un desempate, en la B Metropolitana Estudiantes de Buenos Aires, pese a terminar el campeonato con los mismos puntos que Deportivo Morón, fue campeón por diferencia de gol. Haber intentado extender el plazo de 72 horas para jugar el desempate y ver cómo lograban determinar el estadio y el árbitro dan cuenta de la total improvisación y del muñequeo constante. Con el maltrato que se le da al fútbol argentino desde su organización (millonarios negocios mediante), a veces parecería increíble que siga existiendo y no haya colapsado.
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