martes, 22 de noviembre de 2011

Teófilo Gutiérrez le puso fin a su ciclo en Racing y expuso a Simeone

En la previa del partido ante Boca, Diego Simeone tuvo que debatirse entre lo que correspondía y lo que convenía y entre el disgusto del plantel y el de los hinchas. La encrucijada la forzó Teófilo Gutiérrez al retrasar su regreso desde Colombia, donde había estado con su selección. Excluirlo debilitaba al equipo pero mantenía las reglas de trabajo y convivencia; colocarlo entre los once fortalecía la formación inicial y resquebrajaba el aspecto grupal. Al medir costos y beneficios, el excapitán del seleccionado nacional optó por mantenerlo como titular.

El delantero barranquillero se había sumado a los entrenamientos un día antes choque ante los de Julio Falcioni; fue expulsado en la Bombonera y luego arremetió contra sus compañeros y el entrenador. Así, en un par de días le puso punto final a su estada en la institución de Avellaneda.

Nombrándolo por el apellido, con la clara intención de marcar distancia, Sebastián Saja apuntó contra el colombiano al postular que el partido contra Boca debía prepararse con varios días de antelación y en lugar de mentalizarse en ese compromiso recién al momento de salir a la cancha. Tras las declaraciones del arquero llegaron las de colombiano, quien marcó su preferencia por el anterior entrenador de Racing, Miguel Ángel Russo, y se quejó de que sus compañeros hayan hablado con la prensa en lugar de encararlo personalemente. Auqnue hizo lo mismo, ya que su descargo fue ante los medios. La respuesta del otro lado la dio Luchas Licht, quien lo tildó de “poco hombre”. Como síntesis, en una remake de la recordada frase de Diego Latorre cuando se refirió al Boca del Bambino Veira como un cabaret, Gabriel Hauche emparentó la interna de la Academia con “un teatro de revistas”.

El conflicto dañará a Racing, al propio jugador y, sobre todo, a Simeone, que quedó expuesto por su determinación. Postulado como un conductor de grupo que no admite faltas de conducta ni negocia la dedicación, la excepción lo debilitó frente al resto del plantel. Por convicción o conveniencia, decidió apostar por el goleador y la respuesta de este fue una bofetada; primero, con una expulsión por demás evitable y, luego, cuestionándolo ante los medios.

Nacido y criado en el marginal barrio La Chinita, con la muerte como vecina y la violencia en cada esquina, forjó un carácter con más heridas que callos. Su verba desafiante y altanera mostró a un personaje ideal para los medios y él pareció enamorarse esa condición de guapo desafiante.

Teófilo Gutiérrez decidió cerrar su ciclo en la Racing de la peor manera, enfrentado con sus compañeros y el entrenador, quien quedó muy observado por el plantel. Tan sólo un semestre le bastó al colombiano para mostrar condiciones de jugador de excepción, de goleador pura sangre; y también para que se lo rotule como un profesional endeble a partir de reiterarse en conductas inapropiadas.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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