lunes, 14 de diciembre de 2009

Banfield es el nuevo campeón del fútbol argentino

Campeón justo y con lo justo, Banfield. Porque fue el mejor, pero terminó con la cabeza en Rosario para desatar en la Bombonera el festejo por el que esperó más de un siglo. Se trató, sin dudas, del equipo más destacado del torneo y por eso el merecimiento de la vuelta olímpica es inobjetable, pese a la zozobra final. Desde el trabajo meticuloso y sin concesiones de su entrenador, Julio César Falcioni, el padre de la criatura, los del sur del Gran Buenos Aires se mostraron desde la primera fecha, en la victoria 2 a 0 ante River, como un conjunto de un destacadísimo funcionamiento colectivo que potenció individualidades. El conjunto siempre fue más que la suma de las partes que lo conformaban. Pero ese equipo, compacto, agresivo, regular, sólido, de presión constante, fortaleza en las dos áreas, identidad definida desde le orden y gran equilibrio se desdibujó en las últimas cuatro fechas. Tras dos buenas victorias ante Godoy Cruz y Gimnasia enhebró una espectacular serie de triunfos ante Estudiantes, San Lorenzo, Vélez e Independiente, todos rivales directos a los que dejó afuera de la disputa. Y, sin embargo, lo que siguió a esas seis victorias en fila fueron la derrota ante Racing, los triunfos ajustados y enjundiosos frente a Huracán y Tigre y su partido más flojo, la derrota ante Boca en la última fecha. Pese a ese último tránsito, Banfield fue a lo largo de las 19 fechas del Apertura 2009 el mejor de todos, por eso es el nuevo y merecido campeón del fútbol argentino.

Las estadísticas del conjunto de Falcioni evidencian lo extraordinaria que fue su campaña. Obtuvo una gran cantidad de puntos, 41, más del 70 por ciento de los que disputó; tuvo al goleador del certamen, Santiago Silva, con 14 tantos; la valla menos vencida, con 11 goles recibidos en 19 partidos (en diez Cristian Lucchetti mantuvo su arco en cero), y se mantuvo invicto las primeras tres cuartas partes del torneo, hasta la fecha 15. La contundencia de los números exponen con claridad la categoría del campeón, de quien maximizo como nadie las virtudes y supo esconder celosamente las debilidades.

Para que Banfield llegase al momento más esperado fue valiosa la tregua política. Antes y después de las elecciones que Carlos Portell ganó muy ajustadamente en octubre del año pasado, las diferencias entre oficialismo y oposición eran furiosas. Pero hubo consenso para la vuelta de Falcioni, quien se había ido en muy malos términos con el titular albiverde desde 1998 y bajo la promesa de no regresar al club hasta su salida. La firme marcha del equipo bajó marcadamente los decibeles disputa dirigencial, que sin desaparecer se silenciaron detrás del objetivo mayúsculo.

La seguridad en el arco de su capitán, el histórico Lucchetti; la firmeza de su zaga central, con Víctor López y Sebastián Méndez; la entrega por los costados de Julio Barraza y Marcelo Bustamante; el extraordinario trabajo táctico en el centro del campo de Marcelo Bustos primero y la posterior prestancia de Roberto Battión; la inteligencia y entrega de Walter Erviti; el desequilibrio de James Rodríguez; el sacrificio de Marcelo Quinteros y la temible dupla de ataque uruguaya con el punzante Sebastián Fernández y el voraz goleador Silva. Las ganas de Julio Marchant, el oportunismo de Cristian García y los aportes de Santiago Ladino, José Devaca, Emanuel Pio, Pablo Vergara y Federico Sardella. Así Banfield edificó el monumento que diseñó Falcioni.

El fútbol argentino tiene un nuevo campeón, el 16º de su historia profesional y así queda saldada una deuda. Hace dos años fue Lanús quien celebró lo que se le debía y en La Plata Gimnasia sueña hasta la obsesión con la conquista del título tan esquivo. Banfield merecía la gloria, por su historia, por su lugar el fútbol argentino, por aquel puñal de 1951. La alegría ahora es toda verde y blanca, el pueblo banfileño, de esa ciudad que late con su equipo, tendrá un gran motivo para brindar a fin de año y pocos días después, el 21 de enero, celebrar de manera más que especial sus 114 años de vida. Salud, Taladro. Salud, campeón.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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