viernes, 2 de marzo de 2007

Si te he visto no me acuerdo

El status habitual del fútbol argentino es definitivamente el reino de lo increíble. En este contexto, apareció la noticia que daba cuenta de la visita de hinchas de España y México (entre otros países) al seno de la barra brava de Boca, comandada por Rafael Di Zeo, para asesorarse en temas como manejo de entradas, ingreso de banderas a los estadios y organización del traslado de muchedumbres de una ciudad a otra.

Di Zeo y los suyos se conducen por los pasillos de Boca con total cotidianeidad. Son socios y por eso puede vérselos en casa amarilla cada semana disputado un picado en alguna de las canchas auxiliares. Tienen un vínculo estrecho con los jugadores, a los cuales suelen llevar a las peñas xeneixes fuera de la Capital Federal. Entradas y viajes dan cuenta del vínculo de la barra con la dirigencia de Boca. Pero la tranquilidad con la que el líder de La 12 dice no tener ninguna relación con Mauricio Macri y el desconocimiento que habitualmente el presidente de Boca asegura tener de las actividades del barrabrava y su grupo llevan a pensar absolutamente lo contrario. Así, parece evidente que existe un acuerdo entre ambos por el cual se intercambian favores bajo la premisa de hierro de negarse mutuamente.

Por ejemplo, Di Zeo asegura que no se dedica a la reventa de entradas, simplemente porque, según sus palabras, las que tienen (la barra brava) no les alcanzan; de lo que se desprende que desde el club les dan tickets. Estos y otros muchos beneficios obtienen los bravos xeneixes; porque Macri no pretende combatirlos, sino sólo esconderlos, despegarlos de su figura para que no embarren su carrera política. A fin de cuentas, después de todo, Macri y Di Zeo tienen algo en común: ambos utilizaron y utilizan a Boca para un rédito personal.
(Foto: Fotobaires.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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