martes, 21 de julio de 2015

Un lujo para el fútbol argentino

Carlos Tévez podría seguir en la Juventus, donde fue el goleador en la temporada en la cual el conjunto turinés volvió a ser campeón de Italia y llegó a la final de la Champions League. También pudo haber protagonizado una llegada estelar al Atlético de Madrid, que pisa con fuerza en España y en Europa, porque era una prioridad para Diego Simeone tenerlo en su plantel. Incluso descartó ser el jugador mejor pago del planeta: el Shanghai Donghai de China le ofreció un contrato de 20 millones de dólares anuales por dos años. Pero Carlitos decidió volver a Boca, y el fútbol argentino debe saludar de pie esa decisión.

Es un enorme lujo contar acá con uno de los mejores delanteros del mundo, porque ese es el lugar que ocupa Tévez. Pleno, en uno de los mejores momentos de su magnífica carrera, a los 31 años protagoniza una vuelta impulsada por lo sentimental y motorizada por el anhelo de gloria deportiva con sus colores de pertenencia. Si en la Selección bien se ganó el mote de “jugador del pueblo”, en Boca la idolatría desbordante quedó reflejada en su presentación, con un estadio colmado por más de 50.000 personas.

Hay, también, un fuerte contrapunto, y es el que refiere al vínculo contractual que une a la estrella y la institución. La cifra se presenta como prohibitiva para el medio doméstico. Fuerte económicamente y ordenado en sus finanzas, Boca considera que puede permitirse un contrato altísimo. Como presidente, Daniel Angelici avaló el contrato de Tévez cuando como tesorero se había opuesto al de Juan Román Riquelme.

Al margen de esta cuestión, Carlos Tévez llega para vestir de gala al fútbol argentino, lejos de la foto del retiro y en pleno rodaje de la película de una trayectoria fuera de serie.

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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