martes, 7 de julio de 2015

La Selección ante un estigma imborrable

"Queriendo entrar en razón
y el corazón tiene razones
que la propia razón
nunca entenderá".
La Renga

Argentina volvió a perder una final, y cuesta mirar más allá de ese golpe que vuelve a impactar con fuerza demoledora. Puede analizarse el partido en Santiago, claro, pero para quien escribe estas líneas la Selección se volvió un misterio. En más de 20 años se probó todo y con todos, pero los títulos siguen siendo esquivos. El desenlace fue el mismo en las finales que ameritaban victorias, como la del Mundial 2014, y en las que en efecto el rival fue más, como la de la Copa América 2007. Ni con merecimiento ni con fortuna pudo cortarse la racha adversa.

Esta vez fue la frustración fue en el certamen continental de seleccionados y en sentencia por penales. Uno convertido, el de Lionel Messi; uno desviado, el de Gonzalo Higuaín, y otro atajado, el de Ever Banega, ahondaron todavía más el abismo. En 11 meses Argentina tuvo el destaque de llegar a la final del Mundial y la Copa América, y el dolor de perderlas. Las caídas ante Alemania y Chile pueden romper la cabeza de varios jugadores del seleccionado.

"No le encuentro explicación, quizás sea yo. Otra vez nos faltó esa cuota de suerte en las finales. Es un karma, no lo sé. Soy uno de los más grandes, hay que hacerse cargo de lo que queda. En la cabeza da vueltas dar un paso al costado y que venga otro”, expresó Javier Mascherano ante un desasosiego que conoce como nadie y sufre como el que más. Perdió las finales de la Copa América de 2004, 2007 y 2015 y la del Mundial 2014. Acaso sea un error pensar el fútbol en términos individuales, pero duele el dolor de Mascherano. Durante más de 10 años le aportó a la Selección jerarquía, calidad, inteligencia, entrega y liderazgo. Si algo merecía el fútbol argentino, los argentinos amantes del fútbol, era que Mascherano fuese campeón y que se eternice la imagen de Lionel Messi alzando un trofeo vestido de celeste y blanco.

Las razones de cada una de las finales perdidas desde 1995 pueden ser analizadas a partir de lo ocurrido en cada partido; pero, en su conjunto, la cadena de frustraciones no encuentra (yo no le encuentro) explicaciones. Pasaron un tendal de jugadores de alta jerarquía internacional y técnicos tan diversos como aptos sin que pueda quebrarse el maleficio.

En un análisis pormenorizado de los últimos 20 años del seleccionado aparecerán razones para entender desde la lógica de las acciones y omisiones la cadena de desencantos. No tengo capacidad para realizarlo. La Selección se me presenta como un enigma indescifrable.
(Foto: Ole.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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