martes, 13 de enero de 2015

La Copa América debe ser un objetivo en sí mismo

Exactamente 11 meses después de la final de Brasil 2014, ante Alemania, Argentina saldrá al campo de juego del estadio La Portada de la Serena para enfrentar al Paraguay de Ramón Díaz. El 13 de junio, la Selección iniciará su participación en la Copa América, campeonato en el cual buscará acabar con una larga sequía de 22 años sin títulos.

La última conquista del seleccionado mayor fue en 1993, cuando en Ecuador defendió el trofeo que había alzado dos años antes en Chile para erigirse como bicampeón continental. El técnico era Alfio Basile, al mando de un equipo que contaba con Gabriel Batistuta, Diego Simeone, Oscar Ruggeri, Sergio Goycochea, Leonardo Rodríguez y Darío Franco, entre otros. Aquel ciclo de Coco terminó mal en el Mundial de Estados Unidos, cuando después de un arranque soñado ante Grecia y Nigeria apareció la efedrina para el luto del país futbolero. Sin un buen desenlace, de todas maneras aquella era dejó en el recuerdo a un gran equipo, el que logró los dos últimos títulos que ostenta el seleccionado.

Argentina había llegado a Chile 1991 con un lastre de 32 años sin ser el primero de los seleccionados sudamericanos, con las distintas denominaciones y los diferentes formatos que tuvo el torneo a lo largo del tiempo. Así, en los últimos 54 años la Selección apenas se quedó dos veces con la Copa América.

El objetivo primordial de todo proceso es, indudablemente, el Mundial; pero el tránsito de cuatro años no debe reducirse a un banco de pruebas permanente, con la mirada puesta siempre más en ese horizonte que en el presente. El torneo que arrancará en Santiago de Chile el undécimo día del sexto mes del año tiene que ser un objetivo en sí mismo para Argentina, al margen de la proyección hacia Rusia 2018.

Varias veces en ediciones anteriores la Copa América fue vista como una escala, como una parada intermedia y no como un destino. Entonces, se conformaron planteles sin lo mejor que se tenía a disposición, circunstancia que no pocas veces se vio forzada por la presión de los clubes europeos o, incluso, por la propia voluntad de los jugadores.

¿Tiene sentido que un seleccionador se prive de un jugador de gran actualidad porque su edad lo sitúa fuera del próximo Mundial? ¿Debe un entrenador ser complaciente con los pedidos de los clubes europeos? ¿Es lógico que se le conceda a un futbolista ese período de descanso en lugar de marcarle lo relevante del torneo?

Es cierto que la Copa América, como torneo, ha hecho mucho por desprestigiarse. La jugó Japón como invitado, y este año participará Jamaica (último rival de Argentina en el Grupo B). México, pese a no pertenecer a la Confederación Sudamericana de Fútbol, lleva varias ediciones como participante fijo, y Estados Unidos también formó parte en más de una edición. Pese a esto, Argentina debe competir con lo mejor y preparándose sin ahorrar recursos.

A pocos meses de asumir su cargo como entrenador, Gerardo Martino debe ver en la Copa América un objetivo en sí mismo, sin ayer ni mañana. Argentina necesita, de una vez, volver a ser campeón.
(Foto: Taringa.net)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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