martes, 1 de marzo de 2011

Falcioni y Riquelme, una historia previsible

Este presente era absolutamente nítido desde diciembre. En el momento en que se supo que Julio César Falcioni sería técnico de Boca -algo que ocurrió antes del vínculo legal- comenzó la cuenta regresiva del cortocircuito con Juan Román Riquelme. Seguramente se produjo antes de lo esperado, pero no cabe la sorpresa. Todo era previsible: que el DT prescindiera del astro, que la gente se pusiese del lado del ídolo y que en el primer partido sin el Nº 10 y sin victoria, la Bombonera tronase. Un guión fácil de anticipar.

Si un entrenador llega al máximo desafío de su carrera por jugar de una determinada manera, lo esperable es la ratificación. Siempre hay matices, pero dentro de la concepción del juego que se tiene. Así, Falcioni deberá buscar variantes, porque en tres fechas Boca no jugó bien, pero lo hará a partir de su universo de ideas y no de otras.

Es probable que, por sus concepciones futbolísticas, desde el primer encuentro se hayan observado con mutua desconfianza. El primero en expresarlo, en marcar territorio, fue JR. Antes del inicio del campeonato, cuando el técnico había valorado lo hecho en los partidos de verano, le quitó importancia a esos amistosos y postuló que se podía jugar mejor. Con el torneo en marcha destacó la producción ante Godoy Cruz y criticó lo hecho frente a Racing. Es decir, elípticamente aseguró que Boca juga bien con él y mal en su ausencia. Por el lado del entrenador, un futbolista de las características de Riquelme no encaja más que como alternativa para determinadas circunstancias en su esquema táctico preferido, el 4-4-2 con un mediocampo con dos jugadores abiertos por las bandas y un doble pivote central, y, además, entiende como condición indispensable la movilidad permanente.

En la previa del encuentro ante All Boys, Falcioni tomó una determinación inherente a su función. Ni más ni menos que eso. Ocurre que por el contexto, Boca, y el protagonista, Riquelme, las repercusiones fueron múltiples. Interesado como el que más en ganar, entendió que el mejor equipo para conseguirlo no lo contemplaba. La decisión de no incluirlo entre los once fue una muestra de autoridad y, fundamentalmente, una apuesta firme y plena por sus convicciones. Tan sólo un partido, la derrota 4-1 ante los mendocinos, le sirvió para regresar a las fuentes. Esa será la única manera de no reclamarse nada.

De todas maneras, no haberlo colocado entre los suplentes ante el conjunto de Floresta, así como mantener entre los relevos a Walter Erviti, su jugador, apuntó a la diplomacia. Salvo que el entrenador notase falta de compromiso y mala predisposición al trabajo por parte del jugador, algo que no dijo públicamente, debió incluirlo entre los 18.

Falcioni y Riquelme se han comportado de manera oscilante. El entrenador lo halagó en su arribo al club y lo calificó de emblema tras el primer partido, pero luego lo borró. El futbolista, por su parte, no estuvo disponible para los amistosos estivales, sí para el debut ante Godoy Cruz, luego se bajó por molestias del choque ante Racing, pero tres días después, de cara al partido ante All Boys, aseguró estar plena físicamente y en la previa del cotejo ante Vélez otra vez dejó el entrenamiento rumbo a las camillas de kinesiología.

Haber quitado a Riquelme -quien lleva dos temporadas jugando poco-, si es que el DT resiste en el cargo a partir de la dictadura de los resultados, puede ser el primer eslabón de una determinación similar con otros históricos, ya que ni Sebastián Battaglia ni Martín Palermo han demostrado méritos para mantenerse en el equipo titular. Sea por lo que fuese, Falcioni no fue Falcioni en la primera fecha al conformar un equipo en el que no creía; ahora parece dispuesto a mantenerse fiel a sus ideas, pese al costo que pueda implicar.
(Foto: telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Roman, no debe dejarse quemar,por Falcioni y su banda,es claro no juega con All Boys en la Boca, lo quiere quemar con Velez en Liner, manteniendo a dos jugadores menos en el equipo( Palermo/ Bataglia)que no salen nunca. Es una verguenza lo que estan haciendo con El Mejor,