martes, 20 de julio de 2010

Riquelme, presión y demagogia

Es un estratega, dentro y fuera de la cancha. Piensa, mide y ejecuta con precisión de cirujano en el rectángulo de juego; elabora, apunta y espeta con grueso calibre cada vez que tiene un micrófono delante. Sus palabras nunca son vacías, siempre tienen un destinatario y la certeza del efecto que causarán. A veces lo hace de modo directo, muchas más con la necesidad de una lectura entrelíneas. Las últimas declaraciones de Juan Román Riquelme apuntaron a la Comisión Directiva de Boca para que cedan a sus imposiciones para renovar contrato.

Calculador, entiende perfectamente quién está del otro lado. Conoce muy bien la debilidad del presidente Jorge Amor Ameal y el costo político que le implicaría la salida del ídolo. El año próximo habrá elecciones y, pese a su mala gestión, el actual titular xeneixe pretende continuar en el cargo. Así, tensa la soga y presiona. Entonces reclama un contrato inviable no sólo para Boca, sino para cualquier club de fútbol argentino; pero, demagógico, grita su amor por el club como premisa fundamental.

Riquelme tiene el derecho de ponerle el precio que crea a su trabajo. Pero eso es incompatible con su profesado amor al club, simplemente porque el dinero que pretende implica un daño para la institución. En los hechos antepone su condición de futbolista profesional, pero hacia afuera asegura que prima lo emocional. Una mirada hacia La Plata le serviría para entender lo que implica realmente un vínculo en el cual lo económico está condicionado por lo afectivo.

El último contrato de JR le costó a Boca más de 10 millones de dólares. Un cifra similar es la que pretende por una renovación que exige sea por cuatro años. Tuvo una última temporada en la cual su rendimiento no fue bueno. No se sabe si podrá jugar en lo que queda de este año por la lesión de la que se recupera en una de sus rodillas y en el último año del nuevo vínculo pretendido la cédula marcará 36 abriles. Si el costo es altísimo per se, la proyección de las prestaciones del N° 10 lo elevan aún más.

Los clubes argentinos firman contratos inviables, un mal endémico del fútbol nacional. Los dirigentes deberían explicarle a los socios de los clubes los motivos por los cuales hay circunstancias imposibles afrontar pese al deseo de concretarlas. Ese sería un correcto proceder, sin pensar en el rédito personal, sino en cumplir con el mandato que se les dio de cuidar la buena marcha institucional. Por su parte, los hinchas tienen que ver más allá de lo que ocurre dentro de la cancha.

En el caso de Boca, el agradecimiento por lo hecho en el pasado no tiene porqué tomar forma de contrato exorbitante. Riquelme sabe que con utilizar su talento a cuentagotas le alanza para que la Bombonera brame por su figura, conoce que ante técnicos y dirigentes tiene el manejo de la situación. Su amor por el club seguramente sea cierto, solamente debería reconocer que corre detrás de su interés laboral.
(Foto: Labombonera.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

9 comentarios:

Marce dijo...

Sí, escribiste una nota de opinión. Pero me parece que abundan las afirmaciones faltas de argumentos, o, en su defecto, las falacias en el lugar de los argumentos. ¿Según quién Riquelme tuvo una floja actuación durante el último o los últimos torneos? Tal vez según Palacio o Arevalo. ¿En qué influye respecto al contrato de un jugador si está o no lesionado? ¿Desde cuándo los títulos "del pasado" no influyen en los contratos? ¿Desde cuándo el deseo de un jugador de jugar en un club es contradictorio con sus pretenciones económicas? Si Boca puede hacer malos negocios con diversos jugadores que, si te informás, son varios, ¿El máximo ídolo no puede tener pretenciones económicas elevadas? ¿Inlfuye las lesiones preponderantemente en los contratos de jugadores del resto del mundo? Me parece una opinión que está en una línea de buscar y encontrar lo que sea con tal de criticar a alguien.

Patricio Insua dijo...

Te agradezco la lectura y el comentario. Intentaré dar respuesta a tus preguntas. Como bien lo señalás, es una nota de opinión y la apreciación de que Riquelme tuvo un último semestre malo es personal, del firmante de la nota. En cuanto o si debe influir o no el estado físico de un jugar a la hora de renovar su contrato entiendo que sí es una cuestión determinante, porque si no está en óptimas condiciones físicas difícilmente pueda hacer su trabajo de la mejor manera. Está bien que los logros del pasado se tomen en cuenta a la hora de renovar un contrato, porque hay que tener en cuenta los antecedentes, pero también hay que mirar hacia adelante, algo que no sucede en Boca. Si el deseo de un jugador es seguir en el club al que dice amar y se le ofrece un contrato millonario, como el que inicialmente ofreció Boca, no debería haber motivo para exigir cada vez más. El hecho de que el club haya hecho varios malos negocios (no sé en qué parte de la nota encontrás algún resguardo a la CD) no quiere decir que deban seguir haciéndose.
No escribo en este blog con afán de criticar a nadie en particular, simplemente pongo en palabras mis opiniones. Cada uno tiene las suyas, valoro el disenso.
Un saludo.

Marce dijo...

Gracias por responder. Considero que podrían (o no), como en toda opinión, ser verosímiles los argumentos que apuntás.
En cuanto al nivel de un jugador, es un aspecto en el que no se puede esperar conicidir. Que Riquelme tuvo dificultades físicas está claro, pero en mi opinión también está claro que fue el mejor jugador de Boca mientras fue de la partida. A mi modo de verlo, ese hecho cambia la apreciación hacia el futuro desempeño del jugador. En directa relación a eso está el tema de las lesiones. No pretendo entrar en comparaciones, pero no suelo leer tantas notas críticas hacia otros jugadores -sean del mismo u otros equipos- con mayor tendencia a tener problemas físicos en la actualidad o en su pasado. Además, el mismo tipo de lesión no frenó ni condicionó el nivel mostrado por otros deportistas profesionales como para considerar este hecho como determinante para renovar o no un contrato, o que deba incidir en los números. Tal vez la divergencia respecto al nivel que tuvo y pueda tener Riquelme sea clave en esto.
Creo que la cuestión económica no es demasiado importante en cuanto a esto, que es fútbol, pero parece ser que jamás queda al margen. Los números del contrato que se manejan no son tan descomunales en comparación con los de jugadores de la talla de Riquelme. No hay que olvidar que algún jugador es el que más gana en todas las ligas... distinto sería cuestionar quipen deba ser. Por cierto, la CD de un club puede ser un desastre (como esta), pero de ese hecho no tiene por qué desprenderse que un jugador merezca o no ganar más o menos que otro jugador, o que se aprecie de un modo lo que un jugador deba ganar, y de otro modo, lo que otro jugador deba ganar. Personalmente, no encuentro contradicción en la intención de seguir en el club del que se es hincha y pedir determinado monto de dinero, más aún teniendo en cuenta qué puede ofrecer este jugador al fútbol de este equipo, qué ha demostrado este jugador en este equipo, y que la situación económica de Boca no es la de otras instituciones del fútbol argentino. Encadenado a lo último, no me parece que todo lo que un club haga sea negociar, o, al menos, lo que deba hacer. Riquelme tiene 32 años, por ende no es negocio. No obstante, en mi opinión juega al fútbol con una mochila que contiene pasado, presente, y futuro cercano. Reitero: de todos modos me sigue pareciendo algo secundario cuánto gane un jugador.
Saludos.

Patricio Insua dijo...

Otras vez muchas gracias por tu participación. Bienvenido el debate y el intercambio de pareceres.
Saludos.

Speranza dijo...

Marce, me entrometo si me permitís. Creo que a lo que apunta la nota es a la actitud tomada por Riquelme en el conflicto por su continuidad en Boca. Desde su regreso al club, Román se encargó de mostrarse como un hincha que juega en el club de sus amores. Y justificó cada acción a partir de ese precepto.
Si observamos su actitud, está claro que esto es falso. Sus pasos son calculados con fríaldad y su retórica, exacta y superior al tono bonachón que intenta esgrimir, su mejor arma.
Siempre apañado por periodistas que se comportan como empleados sin sueldo, Riquelme supo hacer silencio y hablar en el momento justo para defender su billetera. "¿O usted trabaja gratis?", le preguntó ayer a Niembro. Simplista como pocos, pone como única barrera la voluntad. "Acá faltan ganas".
Muy astuto, pero es todo más complejo. Habla de una codicia y una lucha simbólica que Riquelme no está dispuesto a perder: él es el 10, el que manda en el club y se trabaja como él quiera. Aunque eso suponga no entrenar todos los días.

Marce dijo...

Speranza, no es intromisión, para nada. En cuanto al tema, me parece que son interesantes los aspectos nuevos que incluiste.
Primero (y nuevamente), la cuestión de la tan remarcada contradicción entre las pretensiones económicas y los amores futboleros. Realmente no creo que exista demagogia o contradicción alguna entre defender cierta idea o aspiración económica y manifestar amor hacia el club con el que se negocia. La retórica de Román se corresponde con la de alguien que intenta hacer prevalecer su postura frente a otra parte que también pretende lo mismo. Justamente en esta negociación no noto un tono bonachón, que tal vez sí haya existido en otras oportunidades. De todos modos, quien no utilice la retórica que considere más adecuada a sus intenciones puede lanzar la primera piedra. Digo, ¿La CD de Boca no lo hace?, ¿Maradona no lo hace?, ¿Palermo no lo hizo en reiteradas oportunidades? No obstante, hay muchas cosas poco claras respecto a temas fundamentales para ponerse a uno u otro lado, como por ejemplo cuánto y por qué el club podría o no pagarle a Riquelme lo que pretende. Pero vuelvo a la cuestión de la actitud ante la negociación: Riquelme, según muchas fuentes máximo ídolo de la historia del club, de 32 años, de importancia inobjetable para Boca dentro de la cancha, que resignó dinero en transferencias, ofertas extranjeras con contratos más elevados que el que negocia con Boca en la actualidad (tanto las transferencias como los contratos en las diferentes etapas en el club), ¿no puede pretender la cantidad de dinero de la que se habla sin caer en una supuesta actitud contradictoria a su amor por Boca?. ¿No hay otros ídolos del fútbol argentino con números no muy distantes a éstos en sus contratos, quienes también dicen amar (o sinónimos) a sus clubes, que sin embargo parecen no entrar en actitudes contradictorias? Las pasiones y la razón no siempre luchan, pueden actuar de forma simultánea.
Los medios crean -y lo sabemos- imágenes y (cuasi)realidades. Y en esa lucha simbólica que, sin "pecar", Riquelme no está dispuesto a perder, hay muchos más periodistas que lo aborrecen que adeptos y/o cercanos a él.
Tal vez el "10" entrene más o menos que el futbolista promedio, las versiones varían tanto que enumerarlas sería más tedioso que leer lo que estoy escribiendo. Lo seguro es que para negociar un contrato claramente pesa mucho más lo que alguien hace adentro de la cancha que en los entrenamientos, y que no todos los físicos y las funciones en el campo son las mismas.
Saludos

Sergio dijo...

Patricio, coincido en tu opinion sobre el tema Riquelme. Si bien el tema futbolistico es opinable y , la reflexion sobre lo extrafutbolisitco no lo creo. Y es criticable segun tu enfoque, en lo que tambien coincido con vos.
Riquelme escapa al argumento futbolistico, y debe ser analizado conmo lo que es, un fenomeno dentro y fuera de la cancha.

mujerdeole dijo...

Patricio, muy bueno tu blog pero en este tema no coincidimos. Me parece que vos podes opinar que Román está pidiendo mucho dinero o que su contrato es elevado, pero si escuchas las declaraciones de periodistas, mejor informados que Arévalo a quien no podemos creerle ni la temperatura, están hablando de que en ningún momento el jugador discutió el monto de dinero ofrecido por Boca y que simplemente hubo el pedido de un año más, al que por supuesto Boca puede decir sí o no, y que cuando se estaba por acordar aparecieron nuevas clausulas por parte de Boca exigiendo que la plata venía de dos sponsors entonces el jugador debía romper su contrato con la marca de ropa y pasar a que le propone Boca y ademá ser la imagen de una gaseosa, todo por al misma guita, algo que no se había hablado en este tiempo. diego la demagocia la ves en Román y no en la CD del CABJ, en eso me parece que sos bastante parcial.
El tema es que esta comisión directiva cobarde comandada por un señor como Ameal a quien el traje de presidente de Boca le queda inmensamente grande, no se atreven a cargar con el costo político de decirle no al ídolo, al que le hizo ganar el último título internacional y que es el mejor jugdor que Boca tiene hasta el momento.
Acuerdo con Marcelo en varias cosas, pero sobre todo en que el pasado tiene peso en el futuro cuando hablamos de un jugador referente de un club como lo es Román para Boca.
En mi caso, está claro, que soy una profunda admiradora del juego de JR, pero más allá de eso creo que en los mediso hay muchos más enemigos de Roman que amigos. Y que en el reparto de conflicto de la novela el ídolo está cargando con las peores escenas y no me parece justo.
Aunque respeto tu opinión.

Saludos

Patricio Insua dijo...

Muchas gracias, por la lectura, el comentario y también el disenso. Es en los intercambios de distintas opiniones que se suma.
No creo haber sido condescendiente con la CD que lidera Ameal, para nada. Ni con la dirigencia de los clubes en general. Lo señalé en los últimos párrafos. No lo escribí, pero por supuesto que veo demagogia también por parte de la directiva de Boca. Es una lucha de poder, de ambos lados esgrimen al hincha en una disputa de intereses personales.
Saludos, Patricio.