lunes, 12 de abril de 2010

Messi sube la apuesta

Su permanente aparición en las tapas de todos los periódicos deportivos del planeta, los elogios que agotan sinónimos y las comparaciones con los máximos astros de la historia del fútbol mundial no lo cohíben. Lionel Messi se supera continuamente. Cuando ejecuta una actuación que se cree es lo máximo que puede exhibir, poco tarda en realizar otra faena que hace olvidar a la anterior. Abriga ese anhelo de superación constante que, contra lo que puede pensarse, no es patrimonio de todos los deportistas de elite. Estar en la cima no lo marea en absoluto. Adversario, escenario y circunstancia parecen ser siempre los mismos; juega como si estuviese en el patio de sus casa.

En esta temporada, en Barcelona, demostró su capacidad para desempeñarse en distintas posiciones de ataque. Fue extremo derecho, flotó detrás de los delanteros y, el último fin de semana, apareció como el hombre más adelantando del conjunto de Josep Guardiola en el derby ante Real Madrid. En todas rindió con aportes decisivos y lleva anotados 40 goles en la temporada. Voraz, ahora irá por el récord que estableció Ronaldo en el club de la Ciudad Condal: en la temporada 1996/1997, R9 hizo 47 goles en 49 partidos y se convirtió en el máximo anotador culé en una Liga con 34 conquistas en 37 encuentros disputados.

Casi todos sus tantos son golazos. Están -y son mayoría- los que a todas luces tienen el sello característico de su genialidad y también los que lo llevan oculto, como el que abrió el camino a la victoria ante el Madrid, en el Bernabeu. Bajó la pelota más con la cara que con el pecho y definió mordido con la derecha, pero en cada uno de los movimientos hizo lo que deseaba; primero logró desarticular la marca de Raúl Albiol haciéndolo pasar de largo y cuando Iker Casillas se desesperaba por taparle todos los ángulos aguardó ese instante eterno hasta que el arquero merengue sí cedió y optó por hamacarse hacia su izquierda para de derecha vulnerarlo a contrapié.

¿Podría hacer lo que hace en otro club que no sea este impresionante Barcelona? Probablemente no. ¿El conjunto blaugrana tendría el mismo brillo sin su N° 10? Seguramente tampoco. Messi descolla en un gran conjunto, como lo hicieron todos los grandes jugadores de la historia, porque, verdad de Perogrullo, los mejores futbolistas juegan en los mejores equipos.

Sea cual fuere su actuación y la de la selección argentina en el Mundial, Leo ha logrado, por lo pronto, un reconocimiento solamente alcanzado por otros dos futbolistas argentinos: ser considerado el mejor jugador del mundo. Amplía así el binomio que conformaban Alfredo Di Stéfano y Diego Maradona para convertirlo en una terna. Pelusa y la Saeta Rubia incluso están en el podio de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Los 22 años de la Pulga lo proyectan a ubicarse en ese olimpo.

Messi nunca será Maradona. Tal vez hasta llegue a superarlo futbolísticamente, pero nunca será la bandera que es Diego. Es cuestión, entre otras cosas, de personalidades, de tiempos distintos, de vínculos de identificación diversos. Entonces la comparación, aunque muchas veces inevitable, es poco o nada lo que aporta; menos aún cuando lo que oculta es una falsa antinomia. El deleite por la magia del hoy entrenador de la selección argentina y por la habilidad, desequilibrio y definición a máxima velocidad del rosarino no son excluyentes.

Los ojos del planeta deportivo están posados con tremenda expectativa sobre este duende que ejerce su arte en una cancha de fútbol. Él sube la apuesta y entonces cuanto se piensa que lo suyo no puede ser mejor vuelve a sorprender, una y otra vez.
(Foto: Lanueva.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

2 comentarios:

Andric Frost dijo...

MADRID, ODIOSO MADRID


Si los equipos más antipáticos del mundo hicieran una Federación, el director general sería el Real Madrid. Vitalicio. Por encima incluso de la selección argentina. Y eso que en las filas madridistas han militado verdaderos caballeros como Butragueño y Valdano. Pero ni siquiera ellos han sido capaces de quitarle el estigma de equipo odioso y soberbio al cual apoyan fundamentalmente dos tipos de personas: Los que salen en la revista Hola y los que leen la revista Hola. La sal madrileña, mientras tanto, se la reparten Atleti y Rayo Vallecano; al menos eso es lo que dice Joaquín Sabina.

La cosa está en que los merengues nunca han sido Miss Simpatía. Tampoco es que les interese demasiado. Su único propósito es llenar las vitrinas del Club con los trofeos más importantes que existen: La Champions, la Liga, la Copa del Rey y el Mundial de Clubes (los demás, entiendase el “Teresa Herrera” o el “Estadio Santiago Bernabéu” se los dejan al Rácing de Santander o a los Pumas).

Serían capaces de venderle su alma al diablo para lograr lo anterior, sólo que en esta temporada le apostaron a lo único que no garantiza ninguno de esos trofeos: el dinero. Ronaldo, por ejemplo, no ha justificado que su fichaje tuviera la misma cantidad de ceros que la deuda externa de varios países africanos. Tampoco lo ha hecho Kaká, que se suponía para esta fecha ya habría conquistado la capital española. Los dos niños bonitos han hecho un mejor papel en los muchos anuncios donde aparecen que sobre cualquier cancha de La Liga. Y que quede claro que ninguno de los dos sabe actuar. Ni sonreír, para el caso. Menos ahora que el campeonato de España se les está llendo de las manos. A ellos y a los otros veintitantos galácticos, al pobre Ingeniero Pellegrini y al gordo ese obsceno, hecho con el mismo molde de Slim, cuyo nombre es Florentino Pérez.

Uno pensaría que su tragedia le servirá de lección a los demás equipos que componen la Federación de la que antes hemos hablado. Pero no. Afortunadamente no. Ahí tenemos al América que año tras año e inversión tras inversión se queda al margen ya no del título, sino de la liguilla. A River Plate y al Boca (¿en serio hay quien crea que los Xeneizes son un equipo del pueblo?) que hoy día se mojan los shorts cuando escuchan nombres como Godoy Cruz de Mendoza. O al Chelsea de Abramovich, que ni con todo el petróleo de Siberia ha sido capaz de coronarse en Europa.

¿Y si hubiera una Federación antítesis de la anterior qué club la encabezaría? No el Barcelona, que además de humillar al Real Madrid juega como un equipo de Playstation y lo hace a partir de su cantera. Tampoco el Arsenal, Sevilla o las Chivas. No. Yo propondría al cuadro más divertido que he visto. Sus jugadores salían a la cancha con máscaras en Día de Muertos. Se madreaban a palazos con negros de dos metros en una cancha llanera de la Magdalena Mixuca. Lloraban en el vestidor con los sermones de un entrenador que por entonces no era la gran cosa. Ganaban o perdían, pero nunca empataban. Y toda su nómina costaba mucho menos que el jugador más barato de los merengues.


damas y caballeros, desde la decada de los noventas , con uds el TOROS NEZA

http://royal-shrovetide-football.blogspot.com/2009/11/toros-neza.html

javier dijo...

es cierto lo que dice la nota. más allá de comparaciones, el mejor jugador del mundo hoy es argentino. y sería bueno que podamos disfrutarlo, aunque sea por televisión, porque jugadores como messi aparecen de vez en cuando. la polémica sobre su papel en la selección es inevitable, pero las gambetas y los goles de messi ya forman parte de la historia. ojalá que se puedan repetir en ele quipo de maradona
un abrazo