
La conducta del gran futbolista surgido en Vélez debe reprobarse. Repetir un gesto nefasto para la historia de la humanidad y mostrarse junto a intolerantes y peligrosas mentes de extrema derecha de entre las cuales las más moderadas sólo odian a los negros y los extranjeros merece una condena social.
Mauro Zárate es un joven millonario y un exitoso futbolista que difícilmente conozca de Benito Mussolini algo más su cara y alguna frase, por la reivindicación que hacen de su figura muchos hinchas del club para el que juega. Seguramente ignore las millones muertes que originó el fascismo y en nada sufra el legado que aún persiste en la Italia del siglo XXI. Si bien sería aún más grave que reivindique al dictador italiano a sabiendas de quién fue, el desconocimiento no lo guarece de la crítica que le cabe por la actitud que adoptó.
Las masas violentas que acompañan a los equipos obran ciertas veces como un atractivo especial para los futbolistas. En alguna oportunidad Luciano Figueroa y César de Delgado se mostraron en el centro de la violenta barra de Rosario Central y Fernando Cavenaghi se paró en un paravalanchas del Monumental junto a los bravos Borrachos del Tablón. Esta vez fue Mauro Zárate, quien prefirió ver a su equipo con un grupo de fascistas.
(Foto: Canchallena.com - Calcioblog.it)
Patricio Insua
Patinsua@gmail.com
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