lunes, 1 de marzo de 2010

Godoy Cruz por la punta, River por el descenso

La división histórica entre grandes y chicos se ha vuelto sumamente difusa. Las clases sociales del fútbol argentino ya no son más de una vez y para siempre, sino que los lugares se ocupan de acuerdo a la coyuntura permanente que nunca es estructura. Los equipos más populares nunca dejarán de serlo, pero su poderío deportivo no es el que supo monopolizar la primera mitad del profesionalismo.

Así las cosas, Godoy Cruz fue al estadio Diego Armando Maradona en la búsqueda de la cima del Clausura y la consiguió al derrotar a Argentinos Juniors por 2 a 1. El elenco mendocino marcha invicto disputado un tercio del torneo, recibió apenas dos goles y muestra un juego asociado que le ha dado muy buenos resultados hasta el momento. Omar Asad, técnico debutante, organizó un conjunto atento y dinámico. Un sólido esquema defensivo es una condición impostergable para un equipo que pretende protagonismo en los primeros planos y Godoy Cruz parte de esa premisa. Pero además de su firme en defensa, expone un mediocampo con rápidas transiciones que marca sin resignar ataque y una veloz dupla delantera conformada por César Carranza y Nicolás Higuaín.

Mientras el Tomaba mira la punta y se olvida del promedio, River mira el promedio y se olvida de la punta. En el bosque platense, los dirigidos por Leonardo Astrada, gritaron a voz de cuello el empate agónico ante Gimnasia, el peor equipo de las últimas tres temporadas. Como resabios de un pasado radicalmente opuesto que pretende no ver el doloroso presente, el Jefe, sentado en banco, y Marcelo Gallardo, dentro de la cancha, ensayaron un festejo breve. Pero nunca es bueno negar la realidad y engañarse a uno mismo. Astrada asegura que no piensa en la tabla de los promedios y aspira a una mejora del equipo que le permita ganar dos o tres partidos consecutivos para pelear arriba. Sin embargo, no hay indicios que permitan creer en la posibilidad de esa remontada y la real dimensión de River es sumar para no penar por mantener la categoría.

La hipoteca dejada por la precedente Comisión Directiva riverplatense es asfixiante. José María Aguilar y sus laderos produjeron, en 8 años, un vaciamiento estrepitoso: degradación institucional, quebranto económico y descapitalización absoluta del fútbol profesional, su bien más preciado. Entonces River es en cancha el equipo pequeño que se compadece con su situación general y se vuelve un rival accesible para cualquiera.

Seguramente, tan difícil es que Godoy Cruz pueda consagrarse campeón del Clausura como que River se vaya al descenso. Pero hoy el Tomba sonríe por situarse en la cima de la tabla y los millonarios sienten el escalofrío de verse obligados a mirar la tabla de los promedios.

Estudiantes, Vélez y Banfield soy los grandes de hoy. River comienza a pelear por esquivar el descenso, lucha a la que Racing está abocado hace varias temporadas. Colón y Godoy Cruz puntean, mientras que Boca y San Lorenzo no encuentran juego ni puntos. Independiente se alegra por verse inmiscuido en las primeras posiciones, en tanto que Lanús se lamenta por no estar otra vez, como en los últimos años, entre los de arriba. Este es el nuevo orden que impera en el fútbol argentino, en el cual grandes y chicos intercambian ropajes para serlo alternadamente.
(Foto: Ovacion.com.ar - Fotobaires)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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