viernes, 11 de agosto de 2006

Zapping

La posmoderna sociedad de occidente vive inmersa en una cultura mediática. Desde distintos aspectos y con diversas repercusiones, todo lo que es, para tomar estatuto de tal debe pasar por los medios de comunicación. En este contexto, la televisión se erige como centro hegemónico del sistema cultural massmediático y su influencia, directa o indirectamente, todo lo abarca.

El fútbol no vive ajeno a esta realidad. Con el último Mundial como prueba cabal, aparece que el espectáculo, elemento constitutivo fundamental de la era de la televisión, ha crecido vertiginosamente en su protagonismo. Todo lo que rodea a lo que se desarrolla en el rectángulo de juego toma un papel preponderante. Un partido de fútbol se juega en un determinado punto del planeta, pero las cámaras de televisión multiplican por millones los ojos de los espectadores. Los hinchas en los estadios son un porcentaje mínimo de quienes ven un encuentro. Muchas veces los protagonistas parecen estar más pendientes de los espectadores televisivos que de los que tienen alambrado de por medio.

Los derechos de televisación se han transformado en el principal ingreso de dinero para los cubles. En Argentina la empresa Torneos y Competencias posee los derechos de trasmisión del fútbol hasta 2014. Los adquirió de forma poco clara en una mesa chica y seguramente los renovará bajo las mismas condiciones. TyC desembolsa a los clubes de Primera División 90 millones de pesos por temporada. En tanto, la liga francesa recibe más de 780 millones de euros por temporada por derechos de televisación, la Premier League supera los 700 millones y en Italia, país en el que los contratos son negociados de forma individual cada club, Juventus cobró 118 millones de dólares en la última temporada. En Argentina ni Boca ni River llegan a los 4 millones de la moneda estadounidense en un año del calendario futbolístico.

En realidades económicas por demás disímiles como lo son las de Europa y Sudamérica, pueden aparecer como entendibles las diferencias en las cifras. Pero si se hace una escala, es decir, si se toman los ingresos por derechos de televisación porcentualmente la brecha se hace evidente: en los clubes argentinos los ingresos por la televisación de los encuentros generalmente no superan el 20 por ciento del presupuesto anual de los equipos, mientras que en los conjuntos de las principales ligas de Europa superan el 60 por ciento del gasto anual.

Puestos en condiciones de inferioridad por la ineptitud de sus propios dirigentes y por un sistema perverso que los ha privado de derechos propios y decisiones intransferibles, los clubes están siendo despojados de parte de lo que les pertenece. El concepto marxista de plusvalía parecería ajustarse perfectamente a esta situación. Lo cierto es que los clubes hoy reciben menos de lo que les corresponde y este es un tema que debe tratarse con urgencia en virtud de lograr la buena salud de la cual el fútbol argentino carece en la actualidad.
(Foto: Pixelydixel.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

No hay comentarios: