martes, 18 de noviembre de 2014

No hubo elogios anticipados, sino merecidos

A tres fechas del final del torneo, River marcha puntero y está en la víspera del primer superclásico de una serie de dos por un lugar en la final de la Copa Sudamericana. El final del año lo encuentra en plena disputa de dos frentes. No ha cedido protagonismo, pese a que su forma no es la misma que expuso en el inicio del semestre. El desgaste no implica, necesariamente, una crisis en su idea y ejecución de juego.

Los elogios que Marcelo Gallardo recibió en el inicio de su gestión al frente del equipo no fueron prematuros, sino merecidos. El Muñeco estableció desde su llegada una dinámica de juego que rompía con lo anterior. Logró en un brevísimo tiempo mejorar sustancialmente a un equipo campeón con una muy evidente idea colectiva que potenció individualidades y se robusteció desde esos destacados rendimientos personales. El entrenador logró una versión muy alta de algunos futbolistas de los que no era esperable que lo consiguiese.

De los últimos nueve puntos en disputa por el campeonato River apenas pudo rescatar uno. Se redujo su ventaja al mínimo y el próximo fin de semana irá a Avellaneda para enfrentar a Racing, su escolta y equipo que sumó 16 de los últimos 18 puntos que disputó. El momento determinante no tiene al Millonario en su mejor versión, pero ya demostró que tampoco la necesita para imponer condiciones y ganar; aunque con mayor esfuerzo, claro está.

El final del año implica además sobreponerse a adversidades propias, más allá de las que general los rivales que ya tomaron nota de las virtudes del equipo. Se trata de las ausencias dadas por las lesiones generadas por el desgaste físico, por sanciones disciplinarias pro las tarjetas y por la sesión de jugadores a los seleccionados, como ocurrió con Leonel Vangioni, Teófilo Gutiérrez y Carlos Sánchez.

Superclásico, defensa de la punta ante el escolta y otra vez ante Boca en el cruce decisivo. La hoja es de altísima exigencia. Tan cierto es que River no la afrontará con la misma frescura y potencia de las primeras fechas como que no ha dejado de ser el equipo más destacado. Su bajón no es crisis. Acaso le toque cerrar el año con las manos vacías, el fútbol sabe de esas muecas. Como sea, lo que hizo Gallardo con su equipo sigue mereciendo el elogio.

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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