sábado, 13 de octubre de 2007

Con las mismas seis letras, una diferencia enorme

Bielsa y Basile. Esos dos apellidos se conforman con las mismas seis letras. Claro que se trata de una mera coincidencia. Es amplísima la distancia entre ambos entrenadores. Si bien la realidad es la que es y las cosas están como están, no deja de hacérsenos sumamente doloroso a muchos que Chile, país de infinita menor historia futbolística que Argentina, tenga un entrenador -argentino- tanto más capaz y valorable en múltiples sentidos que el propio DT albiceleste.

El hombre asomará por el túnel con su clásico perfil bajo, sin colocarse jamás por delante de los jugadores. Con la mira fija en ningún lado y a paso vivo buscará su lugar en el banco de suplentes... esta vez será el visitante. Marcelo Bielsa no pasará desapercibido en su regreso al Monumental. Es una incógnita saber si el público argentino reconocerá la valía de este enorme técnico o si lo abucheará vaya a saber uno preso de qué odios. Misterio aún mucho mayor es saber qué sentirá el hombre en cuestión en ese momento. Cómo nunca, como siempre en él, la procesión irá por dentro.

Bielsa dejó indudablemente un sello. Una vocación ofensiva como prácticamente nunca tuvo la selección argentina. Un esquema de presión, un torbellino de fútbol que no pasó desapercibido en cada lugar donde jugó; de este lado del océano, del otro, o en cualquier latitud. Se quedó afuera del Mundial en primera ronda, es cierto; quienes tienen memoria corta recordarán siempre eso por sobre todo.

Los muchos que aún lo atacan, chocan contra el elogio inocultable en palabras de reconocimiento y ojos iluminados de admiración de los jugadores que estuvieron bajo sus órdenes. Se trata de futbolistas curtidos, que tuvieron a los más renombrados entrenadores, pero no dudan en señalar al rosarino como el mejor de todos. Motivos que tal vez nunca se terminen de saber lo alejaron de la selección argentina cuando iniciaba la recta final del camino hacia su revancha mundialista. De todos modos, indudablemente, dejó su legado.

Bielsa es un valor agregado, pero Chile no deja de ser Chile. Esto no es ser peyorativo ni subestimar al fútbol trasandino, pero la historia del fútbol mundial marca qué lugar ocupa La Roja en el Planeta Fútbol. Tuvo poco tiempo de trabajo como para transmitirle su identidad al equipo chileno. Se agrega que los jugadores de los que dispone, dicho está, no son los mejores. Por el peso específico de sus futbolistas, Argentina está en condiciones de imponerse con tranquilidad y holgura. Pero si Bielsa puedo lograr junto con sus dirigidos un proceso intensivo de trasmisión y asimilación de conceptos, entonces Argentina, atada a un único y estático libreto, deberá sortear un partido que puede presentarle múltiples complicaciones.

Regresa Bielsa al Monumental y lo hace como técnico de Chile. Paradojas del destino, buscará vencer a la selección argentina quien durante seis años se desvivió por moldear un equipo protagonista a fuerza de trabajo incansable, sin dejar todo librado a un buen dormir, slogan favorito de los haraganes que atan el destino de su equipo a la inspiración con que se levantan los jugadores el día del partido.
(Foto: Diariohoy.net)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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