viernes, 20 de julio de 2007

La ida de Roberto Fontanarrosa

La pena recorre todo el país. Por supuesto, tiene su capital en Rosario. Pocas veces un hombre es tan de su pueblo, como el Negro Fontanarrosa. Construyó una leyenda desde sus pagos, desde el bar El Cairo, desde su Rosario Central. Nunca se dejó tentar por la ciudad por donde se sospecha que pasa la felicidad. Desde el punto de vista profesional para todos es la Meca, nunca se sabrá por qué. Por apego a sus cosas, él decidió quedarse en Rosario. El Negro Fontanarrosa es Rosario y por eso las lágrimas estarán en cada uno de los habitantes de la ciudad, incluidos los hinchas de Newell´s, que lo han querido y lo han respetado, aún a sabiendas de que su corazón (...) siempre latió por Rosario Central.”

“Algunas cosas en las que no tuvo nunca razón. Él se creyó un hombre de las cosas populares, un hombre del fútbol. Es un hombre de la literatura, de la alta literatura. Es uno de los grandes literatos argentinos. Estar tan vinculado a lo popular, escribir tantas veces cuentos del fútbol, lo alejó un poco de la consideración intelectual, que en ese sentido es bastante soberbia. Pero cualquier buen lector, cualquier avisado lector, entrenado lector, sabe que lo que el Negro Fontanarrosa produjo siempre fue literatura.”

“(...) La gente que empieza el diario Clarín por la última página para ver cuál es el chiste de Fontanarrosa en cada jornada, quizás también se llamó a confusión y creyó que era un dibujante, ingenioso, de los tantos que la Argentina da; como en todas las actividades, verdaderos talentos. El Negro Fontanarrosa era muchísimo más que eso.”

“Pero además, Fontanarrosa construyó una leyenda paralela, la de buen tipo, la del buen hombre, la del ser humano humilde, y eso lo hizo mucho más querible. Cuando nos acercamos los seres comunes a los especiales siempre tenemos alguna reserva. `¿Será como parece?, ¿será el mismo ser humano que se trasunta a través de los libros, de los reportajes?´ Sí, en el caso de Fontanarrosa era un excelente tipo. (...)”

“No hay programa que pueda soslayar la pena profunda porque se ha ido uno de los más notables argentinos de todos los tiempos. Son años de alegrar la vida, con sus dibujos o sus cuentos. Son años de mejorar nuestra capacidad de lectores, a través de su muy importante literatura. Son años de cruzarnos en ciudades de cualquier parte del mundo, o aquí en Buenos Aires, y disfrutar de la charla con él, de la que nunca era protagonista. Siempre tenía la tendencia a escuchar, como si él no tuviera nada para contar y toda la catarsis de sus vida la hiciera desde sus dibujos y sus escritos.”

“Un altísimo argentino, de los más grandes, ha dicho hoy `hasta siempre´ para quedarse para siempre en la leyenda de los grandes tipos y de los grandes hombres que se han expresado a través de los medios en el país.”

“Estamos muy tristes. Nos parte el alma pensar que se fue Fontanarrosa y ni siquiera nos alivia que a lo mejor él lo quiso. Porque fue penosa la última etapa de su vida. Porque daba mucha lástima encontrarlo en el teatro Ateneo la última vez y no acercarme a saludarlo, esquivar a la gente que se le acercaba y le entregaba algo que él no podría soportar seguramente, que era un cacho de piedad. Más la curiosidad que significaba verlo en una silla de ruedas, a él todo vitalidad, todo sonrisa, todo abrazo. A lo mejor quiso morirse.”

“Haya ocurrido como fuese, lo que tenemos que decir es que estamos con una pena grande, intensa (...). Un abrazo grande, lo alcanzamos con un abrazo grande, lo llevamos en los brazos de todos hasta el lugar que se merece, porque si hay Cielo allí va a estar el Negro Fontanarrosa.”


Víctor Hugo Morales, en el inicio del programa Competencia, por Radio Continental, del jueves 19 de julio de 2007.


Palabra del Negro

“Yo llego a escribir sobre fútbol porque que me gusta el fútbol, no porque me guste la literatura, que me gusta. Entonces, el entusiasmo a mí me parte del fútbol y llego a la literatura, no al revés. Pienso que todas las largas horas que yo dediqué a leer El Gráfico, a leer el Goles, a escuchar partidos de fútbol, a ir a la cancha, a cuando era chico ir a ver la tercera, la reserva y la Primera...”

“Por ejemplo, hubo escritores que se dedicaron a leer, totalmente legítimo como expectativa. Entonces, yo, realmente, cuando estoy entre futbolistas, entre técnicos, entre periodistas deportivos es como que estoy al tanto de todo lo que se habla, y no me pasa lo mismo con los escritores.”

Se fue un genio

Con la partida de Roberto Fontanarrosa queda un vacio imposible de llenar en la cultura popular. Como todo genio, nos deja su obra como legado para la posteridad. Su literatura, sus dibujos y su humor eran ya, desde hacía rato, objeto de culto.

Escribí alguna vez cuentos de fútbol; por él, claro. Pero cuando uno quiere escribir un cuento de fútbol después de haberlo leído al Negro no puede más que sentirse como un elefante tratando de jugar a la bolita.

Le digo Negro, sin embargo, desgraciadamente, jamás lo vi en persona. Pero era él quien permitía en todos los demás ese acercamiento. Siempre se sintió alguien del llano, pese a su inconmensurable talento.

Se fue Roberto Fontanarrosa, un genio.
(Ilustración: Negrofontanarrosa.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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