martes, 12 de junio de 2007

Los dos campeones

El triunfo de San Lorenzo 4-2 ante Arsenal en el Nuevo Gasómetro significó el décimo título Santo en la era profesional. Pero no fue la única coronación en la diáfana tarde dominical del Bajo Flores. La otra, sin lugar a dudas, es la de un renovado Ramón Ángel Díaz. El riojano hizo una fuerte apuesta al volver a ponerse el buzo de DT, luego de casi 5 años, en el Ciclón y por eso en la jornada consagratoria su clásica pícara sonrisa brillaba más que nunca.

Se hizo cargo de un plantel golpeado emocional y futbolísticamente. Muchos pronosticaban que el entrenador no podría, con el material del que disponía, estar en la lucha de arriba. Pero fecha tras fecha fue acallando esas voces. Mixturó un muy buen trabajo táctico con una prédica hacia sus dirigidos destinada a recuperarlos anímicamente. Consiguió que su mensaje llegase sin ruidos y logró entonces un equipo equilibrado, férreo y peligroso. Así consiguió su sexta vuelta olímpica como técnico en el fútbol argentino.

Inteligencia y practicidad fueron los pilares del San Lorenzo campeón del Pelado. Supo adaptar su libreto de acuerdo al rival de turno, maximizar las oportunidades de sus goleadores, Gastón Fernández, Andrés Silvera y Ezequiel Lavezzi, mostrar un fuerte esquema defensivo y tener una mentalidad de acero en virtud de la concreción de un objetivo. Todos estos factores, y tantos otros que dan cuenta del título obtenido, tienen un protagonista principal: Ramón Díaz.

San Lorenzo es campeón en la misma temporada en la cual, en el primer torneo, fue goleado 7 a 1 por Boca, 5 a 0 por River y 4 a 2 por Quilmes -el peor equipo de la temporada- en el Nuevo Gasómetro. ¿Qué fue lo que cambió entonces en tan pocos meses? Desde los nombres muy poco respecto del equipo que decepcionó en el Apertura, ya sólo llegaron Gastón Fernández, desechado por River, Aureliano Torres, proveniente del fútbol paraguayo, y Cristian Ledesma, quien había regresado a Argentinos Juniors luego de su paso por Núñez, Avellaneda y Europa. La Gata fue el goleador con 9 tantos y el Lobo la válvula de ajuste del equipo; el guaraní alternó sin un protagonismo principal. Todos los demás, muchos de ellos fuertemente insultados en la primera mitad del año futbolístico, estaban ya en el club. Entonces, se desprende con calidad que el salto de calidad estuvo en la llegada del ex entrenador de River.

No derrochó fútbol, no se trató de Los Matadores ni Los Carasucias, es cierto. Pero ninguno de los otros 19 equipos fue más que este práctico y preciso San Lorenzo, que le ganó la pulseada por el título a dos muy buenos equipos, Boca y Estudiantes. Y la categoría del rival siempre le da aún más valor a la conquista. Por todo esto, San Lorenzo es un justo campeón.
(Foto: Fotobaires.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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