martes, 7 de febrero de 2017

Una voz en el teléfono

Una voz pide con pocas palabras. Otra responde jocosa con promesa de cumplimiento y detalles de ejecución. Se reproduce otra llamada. La lógica se repite. Un nuevo pedido escueto y otra vez la locuacidad para asegurarle su voluntad. Resulta evidente la posición de poder. Las escuchas se dieron a conocer en la señal deportiva de cable TyC Sports por el periodista Gustavo Gravia. Son de hace dos años y las protagonizan Daniel Angelici, presidente de Boca; Fernando Mitjans, responsable del Tribunal de Disciplina, y Luis Segura, por entonces titular de AFA. Guardadas con paciencia en algún cajón judicial, fueron liberadas un día después del anuncio de acuerdo entre los dirigentes para que se reinicien los torneos de todas las divisionales. Los problemas del fútbol argentino tienen implicancias que van mucho más allá del ámbito de la pelota. En la misma línea, los audios dados a conocer ahora parecen ser elementos de una batalla mucho más compleja.

Pero al margen de la disputa en presumible clave de política nacional y negocios fuertes, en el ámbito del fútbol el material dado a conocer expone los manejos instalados que corroen desde hace tiempo a la AFA. Cuando Angelici pide leves sanciones para sus jugadores, Mitjans (que además pertenece al Tribunal de Apelaciones de FIFA) le da la tranquilidad de escribir él mismo los descargos de los futbolistas y hasta propone adulterar un certificado médico. Y en el momento en el cual el mandamás xeneize que le pide a Segura que hable con el árbitro del partido, el sucesor de Julio Grondona le responde que es su primer hincha. Las conversaciones giran alrededor del encuentro de 2015 ante Vélez por un lugar en la Copa Libertadores, cruce que nunca se debía haber disputado pero que Boca logró forzar en la sede de Viamonte.

Con tranquilidad, Angelici se sentó ante la prensa para dar sus explicaciones. Pese a que lo que dice en las escuchas solo tiene una interpretación posible, el Tano habla muy poco, un puñado de palabras que literalmente no dicen demasiado. Desde ahí intentó una defensa. Con tibieza reconoció que su proceder no había sido el correcto, pero inmediatamente aseguró que lo volvería a hacer.

El sistema está podrido desde lo más profundo y el deterioro es cada vez mayor. Lo que se conoció tiene un gran impacto, claro; aunque a nadie puede sorprender el pedido de Angelici, de la misma manera que sería una ingenuidad creer que la práctica se limita al presidente de Boca y no es un comportamiento extendido. Tres voces que pueden multiplicarse varias veces y en entretelones todavía más oscuros. El fútbol argentino, institucional y organizativamente, se desbarrancó hace mucho hacia el precipicio. Cada paso dado por los dirigentes profundiza el hundimiento en el abismo. No se vislumbra ninguna instancia superadora.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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