martes, 7 de abril de 2015

La tecnología, el asistente que falta

El árbitro cobra penal y expulsa a un jugador. Minutos después revierte la decisión, no hay pena máxima y quien se iba rumbo a los vestuarios regresa al campo de juego. Déjà vu de lo que va a venir. Más tarde vuelve a cobrar penal para el mismo equipo, esta vez definitivo. Y poco después otra vez le muestra la tarjeta roja al mismo futbolista, que está vez sí termina anticipadamente en las duchas.

Podría haberse tratado de un cuento del inolvidable y genial Roberto Fontanarrosa, pero lo acontecido no ocurrió en el plano de la ficción literaria, sino de la realidad futbolera. Y fue un escándalo, que posteriormente reabrió un debate que ya no debería ser tal: si usar o no imágenes de video en virtud de la justicia deportiva.

Vélez y Arsenal se enfrentaban en el estadio José Amalfitani cuando Mariano Pavone y Daniel Rosero Valencia de arrojaron hacia adelante en el área del conjunto de Sarandí en busca de la pelota. La misma entró en contacto con la mano de un brazo extendido y Germán Delfino entendió que era una acción intencional del colombiano, acto por el cual cobró el consecuente penal. También le mostró tarjeta amarilla, que se transformaría en roja al ser la segunda que veía en el encuentro. Tras unos minutos de incertidumbre, el árbitro retrotrajo su sanción, por lo que no hubo penal y volvió el expulsado.

El debate se instaló entonces a partir de cómo fue que se tomó esa determinación. Sin quedar comprobado, se instaló que la vuelta atrás estuvo ligada a una revisión de las imágenes. Si efectivamente sucedió así (personalmente creo que es altamente improbable), entonces Delfino revirtió lo que hubiese sido una injusticia, pero violando los reglamentos para hacerlo, ya que está prohibida la consulta de imágenes. El contrasentido quedó circunscripto entonces al hecho de hacer justicia apartándose de los reglamentos.

La intervención de la tecnología mediante el uso de imágenes de las transmisiones televisivas achicaría el margen de error de los árbitros. Se incrementaría así la justicia deportiva, al tiempo que se reduciría la desconfianza. El fútbol debería superar el debate de si habilitar o no esta herramienta y avanzar hacia los patrones para definir su utilización.
(Foto: Clarin.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

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