martes, 6 de noviembre de 2012

Distante del mejor, pero lejos del apocalipsis

La Primera División del fútbol argentino es una liga de discreto relieve. A eso podría agregarse que su organización multiplica desaguisados y la estructura de los estadios no se condice con la magnitud de los eventos. Ahí no se terminan los problemas; la violencia, los dirigentes ineptos y las sospechas de negociados tampoco escasean. 

Pero en el plano del juego las carencias no parecen ser el prólogo de un apocalipsis futbolístico. Pese a ser los menos, hay  partidos interesantes, equipos con virtudes y otros con buenas intenciones (no siempre concretadas). Y, sobre todo, tampoco dejan de surgir futbolistas de calidad. 

Son excepcionales los campeonatos en los que no haya tres o cuatro equipos destacados y, bajo esa línea, dos o tres que esbocen buenos rendimientos. En el torneo Inicial, Newell`s, Vélez y Belgrano han tenidos buenas producciones en continuado. El equipo cordobés no alcanza el brillo de leprosos y fortineros, pero les da legítima pelea con menos recursos. Por detrás, Lanús y Godoy Cruz son conjuntos que persiguen una idea colectiva y protagónica; lo mismo que Colón, aunque un escalón por debajo. 

Ignacio Scocco, Lucas Pratto, Luciano Vietto, Lisandro López, Walter Erviti, Lucas Mugni, Lucas Melano, Ricardo Centurion, Leandro Paredes y Maximiliano Caire son algunos de los futbolistas con alta nota. Unos con más recorrido y otros en el tramo inicial de sus carreras, gestionan con pelota con destaque. 

Es cierto que los buenos equipos, los partidos atractivos, las jugadas finamente hilvanadas y los futbolistas con pulida técnica y decisiones correctas constituyen una minoría. Pero se trata de una minoría que no deja de reproducirse y que cada torneo se ratifica o genera nuevas expresiones. El fútbol argentino tiene limitaciones técnicas y tácticas, pese a lo cual ofrece aspectos interesantes y es la cuna de muy buenos futbolistas. 
(Foto: Telam.com.ar) 

Patricio Insua 
patinsua@hotmail.com

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