martes, 28 de agosto de 2012

El último vuelo del Pájaro

El eco de aquellos dos gritos en Italia 1990 todavía resuena. Los festejos ante Brasil, en cuartos de final, y frente a los dueños de casa, en semis, son dos de los goles más festejado en la historia del futbol argentino. A partir de esa Copa del Mundo, la última antes del Big Bang de los medios masivos de comunicación, Claudio Paul Caniggia se ganó un lugar eterno en el cuadro de honor de la selección nacional al ser protagonista estelar de los dos mayores golpes que dio Argentina en los Mundiales.

A los 45 años, Cani se dio el gusto de hacer una nueva incursión futbolística. Fue en el Wembley FC, de la novena división de Inglaterra, para participar de la FA Cup, el certamen más antiguo del fútbol. Su anterior experiencia como profesional había finalizado en 2004, tras una temporada en Qatar, a donde había llegado proveniente de la Premier League de Escocia.

Fueron apenas dos partidos, ante Uxbridge y Langford, en los que regaló un gol, pases entrelineas y sus clásicas corridas en diagonal, encorvado, ya sin aquella carrera electrizante pero con una velocidad aún sorprendente.
"Corren, los chicos de 20 o 25 años corren mucho. Y acá no puedo quedarme parado adelante esperando que me tiren la pelota. No es tan sencillo, aunque me mantengo bien físicamente. Pero a este nivel estoy para jugar decentemente durante sesenta minutos", manifestó el tres veces mundialista.

Caniggia volvió fugaz, el Hijo del Viento pasó como una brisa fresca. La tarde de Turín y la posterior noche en Nápoles de hace más de dos décadas apareció con la puntualidad reservada sólo a unos pocos elegidos. Antes del último Mundial en que la selección disputó instancias determinantes ya había mostrado su valía y después también expuso su talante de futbolista de época. Decidió reglarse un breve regreso; porque el viento es viejo, pero todavía sopla.

Patricio Insua
patinsua@gmail.com 

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