
En el partido inaugural del torneo Apertura, Banfield perdía 2 a 0 con Atlético de Rafaela a los 13 minutos, idéntica situación en la que se encontró Newell`s el pasado fin de semana, por la cuarta fecha, frente a Belgrano. Ante el mismo panorama, los caminos a seguir fueron marcadamente diferentes. Mientras que Sebastián Méndez, entonces DT del Taladro, había optado por insistir con el mismo esquema, Javier Torrente, conductor rosarino, entendió que se imponía un giro marcado.
Apenas seis minutos después del segundo tanto del elenco cordobés, el técnico leproso mandó a Pablo Pérez a la cancha y quitó a Alexis Machuca. Un mediocampista de ataque por un zaguero. Entonces, la inicial defensa de tres hombres, con Hernán Pellerano, Ignacio Fideleff y el propio Machuca, mutó en una de dos y medio, al retrasarse Diego Mateo, pero sin ubicarse a la misma altura de los otros dos. En varios tramos la retaguardia era solamente una dupla.
Seguramente sean varios los entrenadores que en las prácticas ensayan variantes para aplicar cuando se está prontamente ante una derrota parcial o con algún jugador menos por sanciones arbitrales. Sin embargo, son los menos los que en el instante determinante recurren a esas alternativas dispuestas para casos de emergencia futbolística.
Ocurre que muchas veces se imponen mandatos y pruritos, los célebres códigos. Así no se puede quitar a un futbolista en el primer tramo de un encuentro porque se lo quema. Alguna vez Marcelo Bielsa hizo ingresar y luego reemplazó en el mismo encuentro a Andrés Guglielminpietro. Consultado en la conferencia de prensa posterior marcó que esa particularidad se había dado por una mala lectura suya del partido y no por la actuación de Guly en los pocos minutos que había tenido en cancha.
Torrente tal vez cometió un error al disponer el once titular, pero lo supo subsanar. Del defecto nació la virtud. No puede soslayarse que el movimiento estuvo condicionado por las tres fechas precedentes, en las que su equipo no había podido ganar. Sabía que una derrota podría costarle el cargo; entonces arriesgó con un osado cambio de esquema. Newell`s dio vuelta el partido y lo ganó 3 a 2. De yapa, se anotó un logro histórico: fue la primera vez en el profesionalismo que el conjunto rojinegro logró revertir un 0-2 de visitante.
Mientras que los cambios apuntan a modificar la táctica, las variantes se limitan, por ejemplo, a reemplazar un centrodelantero por otro con algunas características diferentes a las del sustituido. Cuando un técnico opta por la salida de un futbolista y el ingreso de otro, a veces decide un cambio y otras apenas una variante. Torrente procedió de una manera poco habitual, y tuvo éxito.
(Foto: Telam.com.ar)
Patricio Insua
patinsua@gmail.com