martes, 26 de julio de 2016

La Selección a la deriva

Para elegir a su nuevo entrenador, el fútbol argentino parte relegado. Asume que no puede apuntar a la excelencia a la hora de buscar al nuevo conductor del equipo nacional tras la renuncia de Gerardo Martino. Así se desprende de las palabras de Nicolás Russo, quien aseguró que “pensar en Bielsa, Sampaoli o Simeone es una locura”. Para el presidente de Lanús esos tres técnicos “son inalcanzables para la realidad económica de la Asociación del Fútbol Argentino”.

Si el dinero es una limitación (la AFA llegó a mantener una deuda de siete meses de salario con Martino), acaso la mayor barrera tenga que ver con la maltrecha estructura a disposición. La implosión dirigencial inundó la isla que hasta hace poco había sido el equipo nacional. “Qué desastre son los de la AFA”, explotó en las redes sociales Lionel Messi en plena Copa América Centenario. El mejor jugador del mundo adelantó entonces que al finalizar el certamen expondría los motivos de su enojo, explicación que no llegó tras el impacto del anuncio de su renuncia al seleccionado.

A partir de la intervención de hecho en la AFA con la figura de la Comisión Normalizadora presidida por Armando Pérez, de excelente gestión en Belgrano, comenzó a barajarse una posibilidad impropia de un equipo de la envergadura del seleccionado argentino: contratar un tiempo de medio tiempo. La muy improbable figura de un técnico que lo sea a la vez de un equipo y del representativo nacional es la que más expone el deterioro y cómo se le baja el precio a la Selección.

Sin técnico en la mayor y con los seleccionados juveniles desmantelados (el Sub-20 acaba de partir a una gira con un cuerpo técnico prestado por Lanús), el equipo olímpico quedó a cargo de Julio Olarticoechea, porque era el único entrenador que la AFA tenía contratado. Después de integrar distintos cuerpos técnicos en las Sub-20, 18, 17 y 15, en el selectivo para jugadores menores de 23 años del ascenso y en la selección femenina panamericana, el Vasco quedó entonces al frente del equipo que competirá en Río de Janeiro 2013. Incluso, si la excursión carioca es exitosa y la definición en la elección del nuevo técnico se dilata, el campeón del mundo en México 86 podría conducir a la mayor en la doble fecha de eliminatoria de septiembre, frente a Uruguay y Venezuela.

Con una dirigencia generadora y multiplicadora de problemas, una competencia doméstica de luces y sombras en un nivel que no se ha elevado, la Selección era el escudo del fútbol argentino. Esa nave insignia hoy está a la deriva.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com