martes, 25 de diciembre de 2012

El adiós a la Competencia de Víctor Hugo

Es vertiginoso el enorme vacío al no encontrar más a Víctor Hugo en su clásica Competencia. Después de 25 años en el aire, la legendaria tira ya no ocupa más su lugar de las 19 horas en la grilla de Radio Continental. Se trató de un programa bisagra en el periodismo deportivo nacional, que a lo largo del tiempo fue referencia, escuela y trinchera. Aquellas tardes de radio a muchos nos definieron la profesión.

Desde su inicio en AM 590 en 1987 hasta finales de los 90, el equipo periodístico de Competencia tenía un despliegue sin igual. Como condición para el pase de emisora, el excepcional relator de Cardona había exigido la contratación de sus compañeros de Radio Argentina. A ellos se sumaron varios nuevos integrantes. En aquel primer período, con grandes relatores, puntillosos comentaristas, atentos campo de juego y diversos especialistas, el programa era una verdadera selección. Era natural emparentarlo con otro programa que hizo historia grande en el periodismo deportivo radial y también lideraba Víctor Hugo: el ya mitológico Sport 80 de radio Mitre.

Lo que siguió durante más de una década fue una fantástica resistencia. Se iniciaba la era del dominio material e intelectual de Torneos y Competencias, la empresa que se había hecho con los derechos de la televisación de los partidos. Su crecimiento fue exponencial y su voz tomó el dominio casi absoluto. Pero ahí estaba Víctor Hugo y su equipo, para no perder pisada en la narración y el análisis del juego, pero, sobre todo, para hacerse oír frente a los impúdicos manejos del los poderes del fútbol. Era una lucha “contra un taque con un cuchillo de madera”, como solía decir Víctor Hugo.

En los últimos tiempos se había opacado el brillo de Competencia. Pese a no perder la lucidez y entregar momentos únicos para el periodismo deportivo, ya no tenía el sustento de sus mejores años. La tira se degradó por diferentes factores; las distintas autoridades de la radio escatimaron recursos y multiplicaron recortes (en sus comienzos el equipo era de 50 personas y fue achicándose a menos de la mitad), mientras que la inigualable generosidad de Víctor Hugo le dio lugar a periodistas sin el bagaje necesario para ocupar un lugar en ese sitio sagrado que fue la mesa de Competencia. Además, la presencia del oriental en los estudios  no tenía la conducta sarmientina de otrora.

Con mayor o menor esfuerzo, la tira había afrontado la salida de pesados hombres del micrófono, como Alejandro Apo. Sin embargo, un alejamiento inició la agonía: el de Osvaldo Wehbe. Tras el Mundial de Sudáfrica, el Maestro de Río Cuarto emigró a Cadena 3 y el vacío que dejó nunca puso ser llenado.

Matías Canillán, heredero inconfundible del estilo de Víctor Hugo, sintenzó la cuestión con contundencia en los 140 caracteres de Twitter: “Termina una etapa irrepetible. Empieza a anochecer el ideal de un periodismo deportivo que fue diferente y que perdió contra el del impacto”. Canillán y Román Iucht serán quienes tomen la posta, junto con Jorge Arcapalo, relator con más de dos décadas junto al mejor de todos.

Porque lo cierto es que Competencia seguirá en Continental, en el horario de las 23 a 01. Fuera del prime time radial en lo que a tiras deportivas refiere, es esperable que en la trasnoche el programa se reformule afianzándose en entrevistas profundas, reflexiones extensas y opiniones largamente fundamentadas. Pero ya nada será lo mismo, en buena parte porque es esperable que en el nuevo horario la participación de Víctor Hugo sea por demás acotada. Por suerte sus inigualables relatos seguirán vigentes, pero los anocheceres de radio ya nunca volverán a ser lo mismo.
(Foto: Continental.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 18 de diciembre de 2012

Bianchi otra vez al ruedo

Boca dio un salto de calidad y el fútbol argentino recuperó a un hombre que lo jerarquiza. Carlos Bianchi vuelve a la dirección técnica para iniciar su tercera era al frente del club de la Ribera, tras sus pasos en 1998-2001 y 2003-2004. Pone en juego nada menos que su propio mito: en ambos ciclos anteriores fue campeón doméstico, de América y del mundo. Además, las dos veces fue distinguido como el mejor entrenador de clubes del mundo (en 2000 y 2003). El deseo que volver a conducir un plantel y el desafío de ir por nuevos títulos con un equipo de su sello lo hicieron dejar de reposar en sus laureles para volver al ruedo.

(Con la incomodidad de ser autorreferencial, pese a tratarse de un espacio propio: Personalmente, por los indicios dados en los últimos años, creía que el Virrey no volvería a dirigir. Celebro mi error).

Julio César Falcioni hizo un destacado trabajo, tomándolo en un momento delicado tras varias temporadas negativas y reinstalándolo en un sitial acorde con la envergadura del club. Pero no logró empatía con los hinchas. Todo lo contrario ocurre con Bianchi, hombre elevado a la máxima consideración del pueblo boquense, que desde su ida fue tachando los días a la espera de un regreso que nunca supo si se concretaría. Finalmente llegó el momento tan esperado.

Después de ocho años sin dirigir en Argentina y a seis su última experiencia como DT –un efímero paso por el Atlético de Madrid-, Bianchi produce un regreso esperadísimo. En medio quedó una desdorosa gestión como mánager boquense. Ahora volverá al rol en el cual se ganó la consideración de para muchos ser el mejor de todos.

Alquimista futbolero, logró equipos graníticos y contundentes a partir de lograr la mejor versión de cada uno de sus futbolistas; a los discretos los hizo buenos, a los buenos destacados, a los muy buenos esenciales y a los cracks los conservó siempre en ese sitial.

Se trata del mejor y más inesperado regalo de fin de año para la gente de Boca, que de todos modos quiere agrandar la alegría con el retorno de Juan Román Riquelme. Aunque el ídolo aseguró que bajo ninguna circunstancia volvería a jugar para el club del que es hincha, si su deseo reeditarse como futbolista xeneize debería concretarlo y no quedar preso de aquellas palabras. Con el Virrey otra vez en Brandsen 805, las tribunas de la Bombonera esperan ahora la vuelta de JR; los hinchas de Boca saben que con Bianchi no hay imposibles.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 11 de diciembre de 2012

La arena mediática, la conveniencia y la demagogia

Juan Román Riquelme y Julio César Falcioni habían  activado sus contactos mediáticos para marcar el terreno. El interés del ídolo no fue nítido, ya que aclaró que en ninguna circunstancia volvería a vestir la camiseta de Boca; el del entrenador, en cambio, perseguía la renovación de su contrato. Como punto común, ambos ostentaron sus logros en el club de la Ribera, sin equivalencias, claro, por lo que lógicamente significan uno y otro para los hinchas a partir de lo que realizaron. En tanto, Daniel Angelici, titular de la institución, se mantuvo en segundo plano. 

El desenlace fue la no renovación del vínculo de Falcioni después de dos años al frente del equipo. La dirigencia de Boca lo decidió por la desaprobación a la tarea del entrenador por parte del público que concurrió a la Bombonera en el último partido del torneo Inicial, ante Gogoy Cruz. En la conferencia de prensa realizada para dar a conocer la noticia, Angelici apuntó contra Riquelme de modo directo, como nunca antes, al asegurar que con una “cadena nacional”, como definió su múltiple exposición mediática, predispuso a la gente contra el técnico. 

La voluntad de los socios debe respetarse, ese es el mandato de los dirigentes. Sin embargo no deben caer en la demagogia de correr detrás de voluntades cambiantes ni proceder de un modo que no está en línea con sus convicciones. La conveniencia nunca es buena guía.

 Los logros de Falcioni en Boca son tan evidentes como que en el segundo semestre de este año el equipo estuvo lejos de su mejor versión y jugó mal en muchos partidos. La última imagen parece haber pesado más que el proceso global de dos años. 

Angelici sabe que necesita un golpe de efecto de suma contundencia y sólo podrá asestarlo con el regreso de Carlos Bianchi. Si logra que el Virrey vuelva a dirigir -algo que parece muy poco probable- el cambio seguramente implique una superación. Ninguno de los otros nombres que se barajan representa a priori un salto de calidad respecto de la conducción futbolística de la que prescidió. 
(Foto: Telam.com.ar) 

Patricio Insua 
patinsua@gmail.com