martes, 29 de junio de 2010

A un triunfo de reconciliarse con la historia

El fútbol argentino integra el póker de potencias mundiales junto con Brasil, Italia y Alemania. Sin embargo, hace 20 años que no logra ratificar esa posición en la máxima cita. Así, el sábado, ante los germanos, por los cuartos de final de Sudáfrica 2010, buscará una victoria que le permita volver a sentarse en la mesa chica de la Copa del Mundo.

De todos modos, independientemente de lo que pase ante los tricampeones mundiales (salvo una caída estrepitosa), la Selección conducida por Diego Armando Maradona ha conseguido la mejor participación mundialista de las últimas dos décadas. Accedió a la misma instancia a la se llegó en 1998 y 2006, pero ante México logró cortar una racha funesta: imponerse en un partido de eliminación directa en los 90 minutos, algo que no conseguía desde el triunfo 1 a 0 frente a Brasil en los octavos de final de Italia 90. Como no podía se de otra manera, se logró con el regreso de Maradona a los Mundiales.

Digresión pertinente: El Mundial, aunque es la competencia más importante, no estable verdades absolutas. El mejor del certamen, quien alza la copa, no es necesariamente el mejor del mundo, ni mucho menos cabe la pretensión de situarlo en lo más alto durante cuatro años. Si, por caso, Ghana dejase en el camino a Uruguay y se metiera en semifinales, ¿alguien podría creer que el fútbol ghanés, con su Selección, está entre los cuatro mejores del mundo? Por supuesto que el valor de la Copa del Mundo no puede ser subestimado ni relativizado, porque ahí se condensan todas las miradas, pero tampoco se lo puede establecer como medida única.

Si te toman en cuenta los últimos ochos Mundiales y se traza una divisoria, en la primera mitad Argentina disputó tres finales de cuatro posibles y obtuvo los dos campeonato del mundo que ostenta; pero después de 1990, no logró nunca superar los cuartos de final. Esto implicó, inevitablemente, que el conjunto albiceleste caiga en la consideración del Planeta Fútbol.

El sábado se encontrará ante un rival que mostró muy interesantes virtudes, pero que no tiene la solidez que ha caracterizado a los siete veces finalistas de la Copa del Mundo. De mitad de cancha hacia adelante es un equipo temible, que aprovecha al máximo los mínimos espacios. Tiene en Thomas Müller, Bastian Schweinsteiger y Mesut Özil tres mediocampista verticales, inteligentes, veloces y de botín fino, y delante de ellos dos delanteros de distinto matiz: el artesanal Lukas Podolski y el voraz Miroslav Klose. Sin embargo, en defensa, los centrales Arne Friedrich y Per Mertesacker no ofrecen seguridad y el arquero Manuel Neuer está lejos de ser una garantía.

Cortar el dinamismo del mediocampo teutón se presenta como el máximo desafío para Maradona. El técnico argentino también deberá analizar si los rendimientos hasta aquí de Ángel Di María y Martín Demichelis ameritan que permanezcan como titulares. En el caso del zaguero, el dilema seguramente gira entorno al hecho de que lleve más de cinco temporadas en el Bayern Munich, el club más poderoso de la Bundesliga. El hombre surgido de River conoce como nadie a los delanteros alemanes, por enfrentarlos o compartir equipo (es compañero de Klose); pero esto es también un arma de doble filo: al mismo tiempo, los atacantes de Joachim Löw lo conocen y sabrán por dónde buscarlo.

La juventud de Argentina y Alemenia permiten proyectar que ambos equipos tendrán aún una mejor versión en Brasil 2014. Pero hoy no es tiempo de pensar en un futuro tan lejano. El sábado habrá un choque de potencias que desestima favoritismo. La Selección buscará un triunfo que lo reconcilie con su rica historia.
(Foto: futbolargentino.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 22 de junio de 2010

Comienza el camino definitorio

Tres días antes de que Argentina se enfrente a México por los octavos de final en el Soccer City, de Johannesburgo, se cumplirán 20 años del último partido de eliminación directa que la Selección ganó en los 90 minutos. Fue aquella tarde de Turín en la que Diego Maradona apiló a medio Brasil antes de habilitar a Claudio Caniggia, que con una gambeta larga eliminó a Taffarel y puso el 1 a o que depositó al equipo de Bilardo en los cuartos de final.

Otra vez bajo la conducción de Maradona, no ya como líder futbolístico dentro del cancha sino como estratega desde la dirección técnica, el conjunto nacional se mediará ante el elenco azteca en una reedición de los octavos de final de Alemania 2006, cuando Argentina avanzó con un golazo de Maxi Rodríguez en tiempo suplementario.

La Selección ratificó su primer lugar en el Grupo B al derrotar en su último compromiso a Grecia 2 a 0. Fue una actuación más sin todo lo bueno que se vio ante Nigeria y ante Corea del Sur, pero con el atenuante de haber preservado a varios titulares y de tener la tranquilidad de saber que incluso una derrota le permitía ganar el grupo.

Al igual que ante los coreanos, Maradona otra vez mostró su ojo clínico y realizó las varias necesarias en los momentos precisos para destrabar un partido en el cual Grecia había propuesto un muro de contención. Primero mandó a la cancha al siempre vertical Ángel Di María y luego agregó al circuito de juego a Javier Pastore, quien pese a sus 20 años ingresó con una soltura absoluta y tocó cada pelota con clase. Por juventud y rendimiento, Otamendi y Pastore fueron lo más auspicioso del equipo de Maradona ante el conjunto helénico.

Pero aún quedaba un cambio más y a 10 minutos del final, ingresó Martín Palermo por Diego Milito. Como no podía ser de otra manera, el eterno goleador se dio el enorme gusto, a los 36 años, de conseguir el grito mundialista en su debut en la máxima cita del deporte.

A partir de lo hechos ante Sudáfrica, Francia y Uruguay, México no debería representar un obstáculo sumamente dificultoso de superar para Argentina. Pero sabido es que en el fútbol nadie gana antes de jugar y las sorpresas siempre están preparadas. “A partir de octavos, si cometés un error te tomás el avión a casa”, advirtió Diego.

Argentina apoya su ilusión en pilares firmes y no en cimientos de arena. Ahí está Lionel Messi, indudablemente el mejor jugador del mundo y del campeonato, y un equipo que cada vez se afianza más en su identidad colectiva y en la seguridad que dan los triunfos. Tiene los argumentos suficientes y así la ilusión -de todos- es legítima y lógica. Si no es ahora, ¿cuándo?
(Foto: Canchallena.com)

Patricio Insua
patinsua@gamil.com

martes, 15 de junio de 2010

En el buen camino: el de la ilusión sustentada

El debut de la Selección argentina en Sudáfrica 2010 dejó muchos más gestos de satisfacción que de preocupación. En la victoria 1 a 0 ante Nigeria, con gol de Gabriel Heinze, tras una buena jugada preparada, el conjunto de Diego Armando Maradona mostró su temible poder de ataque y si no goleó fue por la inspiradísima tarde que tuvo Vincent Enyeama, el arquero de las Águilas. Por si hacía falta, Lionel Messi demostró que es el mayor talento del Planeta Fútbol, el hombre más desequilibrante. Cada vez que el rosarino tomó contacto con la pelota mostró esa descarga eléctrica que no hay disyuntor rival que pueda detener. Competitivo al máximo, La Pulga anticipó que pretende que este Mundial sea el lanzamiento definitivo para instalarse entre los mejores de todos los tiempos.

Maradona eligió un esquema 3-4-3, el que mejor se ajustaba para sacar máximo provecho del tremendo poder de fuego que ofrece el tridente Tévez-Higuaín-Messi. Pero hubo una flaqueza marcada, un hueco evidente: el sector derecho de la defensa. Jonás Gutiérrez quedó casi siempre a mitad de camino, ya que no fue ni marcador lateral ni un mediocampista lanzado. De todas maneras, asumir el riesgo valía la pena; aunque Diego seguramente haya tomado nota de que ese es un aspecto a mejorar pronto.

Si se lo compara con el estreno de resto de los campeones del mundo, lo de Argentina fue claramente superior a lo mostrado por Uruguay, Francia, Inglaterra y Brasil. También fue mejor a lo expuesto por el monarca reinante, Italia; pero en el caso de la Azzurra vale destacar el peso de la oposición: el durísimo Paraguay de Gerardo Martino. El debut de Alemania fue superior al de argentina porque logró poner en marcador final la diferencia que hubo en el juego; pero acá también se impone remarcar que el rival fue la modesta Australia.

La próxima escala para la Selección será Corea del Sur, que impondrá una oposición más dificultosa que la de Nigeria. Si bien la intención de Maradona es repetir el equipo, la contractura que sufre Juan Sebastián Verón en el gemelo de su pierna derecha podría marginarlo. Era previsible que por su edad (35), el desgaste que implicó una dura temporada y el lugar en la cancha que ocupa -expuesto a un gran desgaste y, por ende, a las tarjetas- el capitán de Estudiantes perdiera su lugar, aunque no se esperaba que ocurriera tan pronto. La lesión de La Bruja no es grave y si se tratase de una instancia de eliminación directa ya estaría confirmado como titular. Pero el margen por haber ganado el primer partido permite preservarlo del riesgo de un desgarro, que sería su despedida del Mundial.

Si Verón no llega su lugar será ocupado por Maxi Rodríguez. Gran conocedor del sector derecho de la mediacancha, el ingreso del hombre del Liverpool, de Inglaterra, implicaría un cambio de esquema: un 4-3-3, con Jonás decididamente como lateral.

Maradona sabe perfectamente cómo se encara una Copa del Mundo y la importancia de administrar de la mejor manera los recursos de los que se dispone. Es en esa planificación que pude radicar la diferencia entre seguir o quedar en el camino. Maradona sabe, cuenta con las herramientas y tiene la llave maestra en manos del portador de su casaca, la N° 10.
(Foto: Telam.com)

Patricio Insua
patisua@gmail.com

martes, 8 de junio de 2010

El dilema de potenciar el ataque o blindar la retaguardia

La mayor fortaleza de la selección argentina está en su ataque. La jerarquía de los jugadores de los que dispone a la hora de pensar en el arco rival implica un lujo del que no puede jactarse ninguno de los otros 31 participantes del Mundial. Entonces, para aprovechar de la mejor manera ese poder de fuego, Diego Maradona podría agregar a la dupla de ataque compuesta por Lionel Messi y Gonzalo Higuaín un tercer elemento: nada menos que Carlos Tévez.

La inclusión del hombre del Manchester City haría más punzante al equipo nacional y sería una buena noticia para Messi, quien se siente más cómodo con mayor compañía adelante. En las últimas prácticas en Pretoria, por lo que se pudo saber, Lio jugó por izquierda, Pipita por el centro y Carlitos por izquierda. Ese tridente potenciaría tremendamente la ofensiva argentina; y si el centrodelantero fuera Diego Milito y no el del Real Madrid lo mismo ocurría.

Pero claro, un ataque así implicaría no tener tantos recaudos en defensa, tal cual era la premisa que Diego llevó a Sudáfrica, decidido a jugar en el fondo con una línea de cuatro centrales. Pese a que no se trataba de un rival de fuste, el último amistoso ante Canadá presentó a Jonás Gutiérrez por el sector derecho de la defensa. Maradona quedó conforme con su actuación y su ingreso para cubrir toda la banda lo podría haberlo decidido a jugar 3-4-3, con el hombre surgido de Vélez en el mediocampo pero conformando una línea de cuatro defensores cuando se necesite.

Seguramente, a tan pocos días del debut ante Nigeria, Diego ya tenga decido el esquema a emplear y los jugadores a utilizar. La falta de pistas por el encierro de la Selección en su búnker de la Universidad de Pretoria no implica desconcierto ni dudas en Maradona, no puede hacerse esa afirmación. Que los enviados especiales de los medios argentinos no sepan el equipo no quiere decir que el entrenador no lo tenga definido.

Maradona tiene sus razones. Todos los técnicos las tienen, aunque la prensa y el público no puedan dilucidarlas. Claro que la idea y las premisas en cuestión no siempre funcionan; en una competencia son más los que perecen que los que llegan lejos. Diego tendrá sus motivos para tener definido el equipo o reservarse la posibilidad de esperar hasta último momento para definir sus 11 titulares. El sábado se acabarán las especulaciones.
(Foto: Telam.com.ar)

Patricio Insua
Painsua@gmail.com