lunes, 30 de noviembre de 2009

Una denuncia que puede ser sólo el inicio

Desde las propias entrañas de la AFA se destapó un escándalo cuyos alcances pueden afectarla seriamente. Cristian Faraoni denunció ante las autoridades de la casa matriz del fútbol argentino que el ex árbitro Aníbal Hay le pidió beneficiase a San Lorenzo en el partido en que, por la primera fecha del torneo, lo dirigió ante Atlético de Tucumán. Todavía no se conoce si se trató de una sugerencia, un pedido expreso, una presión o, incluso, un intento de soborno. Entonces, la investigación interna, que incluyó grabaciones de conversaciones telefónicas, determinó que Julio Grondona cesase a Hay en el cargo de Relaciones Públicas que había creado exclusivamente para él. Además, el hombre que quedó en el ojo de la tormenta era asesor de Jorge Romo, titular del Colegio de árbitros, y el nexo entre la AFA y la Confederación Sudamericana de Fútbol desempeñándose como veedor de partidos internacionales.

La expulsión de Hay de la sede de Viamonte 1366 tiene sus dobleces. Pese a que poco tardó el trascender el motivo de su despido, las autoridades del fútbol nacional explicaron que la salida respondió a una reestructuración. Ese eufemismo sin dudas busca atenuar la cuestión, ya que lo que correspondía era una explicación referida a graves faltas éticas. Del mismo modo, tampoco queda claro porqué Faraoni lleva varias fechas sin dirigir si se mantuvo incorruptible y tuvo incluso la valentía de realizar la denuncia.

El arbitraje argentino está, más que nunca, en el centro de la escena. Varios años de conductas impresentables, de pésimos árbitros en constante posición de privilegio pusieron al referato en su umbral más bajo de credibilidad. Por eso el circulo no puede cerrarse entorno a Hay y Faraoni. Si el ex árbitro buscó digitar el resultado de un partido fue por pedido de alguien. La corrupción arbitral implica, indefectiblemente, el involucramiento de los clubes, de los dirigentes de las instituciones. No puede entenderse, tampoco, como un hecho aislado.

Algunas temporadas atrás, en Italia se destapó una red de arreglos arbitrales que le costaron nada menos que a la Juventus el descenso y la quita de dos títulos. La AFA dio el primer paso; pronto se sabrá si irá a fondo o si, una vez más y como es de esperar, todo pasa.
(Foto: Infobae.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 26 de noviembre de 2009

Cappa se fue de Huracán con pretensiones de eternidad

En Fundación mítica de Buenos Aires, el inigualable genio de Jorge Luis Borges refiere al nacimiento de la ciudad a partir del desembarco de mil hombres en Palermo y termina su poema con la aseveración que, en realidad, Buenos Aires es desde siempre. La fantástica elaboración del gran escritor jamás pretendió, claro está, alterar la historia real.

Muy lejos y en otra orilla, Ángel Cappa dejó la dirección técnica de Huracán con la desmesurada pretensión de instalar al Globo del pasado torneo Clausura como una maravilla excepcional. “El tiki tiki fue lo mejor que le pasó al fútbol en los últimos 20 años”, arriesgó, en referencia al estilo del equipo que él formó y guió en el primer semestre del año y quedó en los umbrales del título.

Sin dudas que aquel Huracán era un conjunto admirable. Desarrolló un juego fluido con el que obtuvo muy buenos resultados para llegar a la última fecha con posibilidades concretas de ser campeón. Despertó elogios merecidamente. De ahí a creerse el mejor equipo de las últimas dos décadas hay varios abismos. Sólo por nombrar algunos, Cappa pretendió colocarse por sobre el Vélez de los 90´, el River tricampeón, el Boca ganador de todo en la última década, el San Lorenzo campeón récord con 47 puntos, el visto Independiente de Gallego y el Estudiantes campeón de América.

El desvelo de trascendencia personal y de reavivar una discusión de estilos anacrónica lo llevó a una prédica mediática para instalar la ficción de un Huracán perfecto y preciosista que brilló en el Clausura 09. Trabajó como un sofista para crear el mito de Aquel fabuloso Huracán de Cappa desde el mismo instante en que perdió la chance de ser campeón. El último paso fue la tremenda exageración de poner a su equipo en lo más alto que produjo el fútbol argentino desde 1989 hasta hoy.

Cappa es un intolerante en lo que al debate futbolístico refiere. Desprecia y desmerece todas las fórmulas, tácticas y estrategias de juego que no son las que él pregona. Desprestigia con tono insultante, incluso cuando un adversario lo supera con abrumadora claridad, como ocurrió con San Lorenzo tras el clásico que determinó su ida a sólo cuatro partidos del final del torneo, al sentenciar que el equipo de Diego Simeone "no podía hacer tres pases seguidos". Obviamente poco dijo de la pobrísima tarea de los suyos.

En su despedida, aseguró que “los argentinos pudieron ver que nuestra identidad no está muerta” y que “el fútbol que le gusta a la gente no murió”. Temerario, se erigió en el porta voz de una ilusionaria única manera de apreciar el fútbol y, a la vez, no le dio entidad a otras formas: el modo de jugar que prefiere es vida y los otros serían muerte y tendrían una identidad foránea; una especie de no-ser futbolístico. Aunque luego esbozó que valora todos los modos, su fundamentalismo lo hace caer en contradicciones insalvables, como aseverar que “nuestra identidad jamás murió, no la traicionamos”, cuando en aquella última fecha ante Vélez terminó jugando sin delanteros y haciendo tiempo en cada instancia posible durante todo le partido.

A su salida del club de Parque Patricios, Cappa miró la mitad que le convenía, sin hacer promedio. Se refirió al muy buen desempeño de su equipo el torneo pasado, pero nada dijo del presente certamen, en el cual, también por él dirigido, lo hizo muy mal.

El equipo que con buenos argumentos peleó el título hasta la última instancia quedará sin dudas en la rica historia de Huracán, porque será siempre recordado por el pueblo quemero. En cambio, la pretendida fantasía de Cappa de instalarlo en los anales del fútbol argentino no hace más que exponer su cegador fanatismo, reflejado en frases como “se revalorizó la identidad del fútbol argentino”, “Huracán jugó bien, defendiendo un estilo que es nuestro, de todos los argentinos” y “con Huracán revivió el gusto por este fútbol, resucitó la alegría de poder disfrutar en una cancha de un equipo que juega al toque”.

Ángel Cappa logró casi desde la nada armar un equipo que jugaba muy bien y peleó un título hasta los minutos finales del campeonato. Ni más ni menos que eso. Su exageración de querer colocarlo como un oasis en medio de una geografía desolada corre de plano incluso los legítimos méritos de aquel subcampeón.
(Foto: Espndeportes.espn.go.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 23 de noviembre de 2009

Banfield, Newell´s y nadie más

En su etapa definitoria, a cuatro fechas del final, el torneo Apertura definió a sus candidatos. El abanico que había comenzado a cerrarse en la decimotercera fecha completó su acción el pasado fin de semana para dejar sólo a Banfield y Newell´s en la disputa por el título. Albiverdes y rojinegros lograron tomar distancia de sus perseguidores cuando restan 12 puntos en juego y dirimirán en un mano a mano que se vislumbra apasionante quién será el nuevo campeón del fútbol argentino.

La campaña del conjunto de Julio César Falcioni es extraordinaria. Los números así lo reflejan. Obtuvo 35 puntos de 45 posibles (casi el 80 por ciento), marcha invicto con 10 triunfos y 5 empates, tiene la valla menos vencida con 7 goles recibidos en 15 encuentros y cuenta con el goleador del campeonato, Santiago Silva, autor de 12 tantos.

Finalizada la undécima fecha, ya puntero, Banfield sabía que tenía por delante una serie de cuatro partidos de altísima exigencia ante rivales directos. Primero recibió a Estudiantes en Peña y Arenales, cuando ambos ocupaban el primer puesto, y lo derrotó 2 a 1. Una semana después visitó a San Lorenzo, que se jugaba su última ficha, y lo venció 1 a 0. Otra vez en su casa, eliminó a Vélez de la disputa por el campeonato con un contundente 3 a 0. La última víctima del Taladro fue Independiente, a quien también hizo sepultar sus aspiraciones de título al propinarle su primera caída -2 a 1- en tres presentaciones en el inconcluso Libertadores de América.

Con ese resultado en Avellaneda, Newell´s salió a jugar el clásico ante Central a sabiendas que necesitaba un triunfo para no perderle pisada a Banfield y así continuar ambos en lo más alto. El 2 a 0 en contra a los 12 minutos de juego pintó repentinamente un temible horizonte plomizo; pero con jerarquía, juego y garra lo empató antes de la primera media hora. Luego pasó lo que suele darse en muchos clásicos y que ha sido una constante en el de Rosario en los últimos años: ambos entendieron que perdían mucho, demasiado, con una derrota y eso llevó a la igualdad definitiva.

Al ver lo que le queda a cada uno de los candidatos, el camino parecería ser más llano para Banfield, ya que en los cuatro partidos que le restan enfrentará a los tres últimos, Racing, Huracán y Tigre. Pero en el fútbol nada está dicho hasta el final y Newell´s tiene tantos argumentos como los del sur bonaerense para conseguir el título. Poco falta para saber si el Taladro conseguirá su primer campeonato o si la Lepra dará su sexta vuelta olímpica.
(Foto: Elpais.com.uy)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 19 de noviembre de 2009

Otro triunfo de los violentos

En los últimos años muchas personas desistieron de asistir a los estadios. Manoseados al extremo, estafados, entendieron que las razones para dejar de ir al fútbol eran mucho más sólidas que aquellas que hacían fuerza por continuar detrás de los colores del corazón en ese sentimiento de pertenencia que el hincha genuino del fútbol conoce como nadie.

Maltrato policial y trampa dirigencial a la hora de sacar entradas, tribunas hacinadas con oscuros agujeros en lugar de sanitarios a 30 pesos, gaseosas tibias y diluidas a precio de restaurante, robos, cuidacoches extorsionadores y el feroz proceder de las barras generaron un escenario de temer. Una sociedad cada vez más violenta encontró la condensación de sus perores conductas en los estadios de fútbol.

Los barras, siempre hinchas de su propio negocio, existen y operan a su antojo por el aval político, que se derrama a la Justicia, la Policía y la dirigencia deportiva. Así, los violentos se transformaron en actores protagónicos, en un factor de poder en el fútbol. Muchos espectadores, sin formar parte de la barra, han sabido vivar su ingreso a las tribunas, cantar muertes rivales y golpearse el pecho por su banda. Los han legitimado; no son culpables de su existencia, pero sí tienen una responsabilidad que no asumen.

En las últimas fechas comenzaron a verse en muchas tribunas banderas que rezan “Hinchadas Unidas Argentina”, acompañas por isologos que remiten, indefectiblemente, al Gobierno Nacional. Claro que no aparecieron colgadas en un lugar secundario del perímetro de juego, sino en el centro de las tribunas, donde se ubican los violentos. Se trata de un reconocimiento a vista de todos y no ya solapado de los vínculos entre la dirigencia política y los barras.

Miles de hinchas argentinos han sido expulsados del espectaculo más popular. Los que en buena parte han sido responsables de esos alejamientos contarán con el apoyo gubernamental para viajar a Sudáfrica el año próximo. Las barras están integradas por delincuentes y no carecen de asesinos; a ellos premiará el más fuerte poder político actual con viajes al Mundial, sueño imposible de ser soñado por cualquier trabajador promedio. Marcelo Mallo, operador del kirchnerismo, manejará este ejército que bajo la pantalla de una ONG será la fuerza de choque para actos políticos, aprietes de distinto índole y que llegado el momento aportará celosos fiscales que no dudarán en imponerse con su único idioma, la violencia.
(Foto: Infiernorojo.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 16 de noviembre de 2009

Argentina cayó y mostró poco ante España

Vigente campeón de Europa y por muchos considerado como uno de los mejores seleccionados del mundo, España recibió a Argentina y la derrotó merecidamente 2 a 1. En el estadio Vicente Calderón, fortaleza del Atlético de Madrid a orillas del río Manzanares, el conjunto ibérico manejó casi a su antojo el trámite del encuentro y sólo se vio incomodado en el complemento, cuando el seleccionado mostró una actitud más activa.

Sin ser un equipo de verticalidad permanente, los dirigidos por Vicente Del Bosque manejaron precisamente muy bien el cambio de ritmo. Un juego laxo y parsimonioso que por momentos hasta exasperaba en pases laterales mutaba de pronto en ataques punzantes que posicionaban a varios jugadores en ataque. Mantención conservadora y prolija de la pelota y repentinos avances profundos fueron la estrategia española que el conjunto nacional nunca pudo contrarrestar por falta de presión sobre el adversario.

En este sentido, Argentina aceptó un rol que no se compadece con su historia y sus posibilidades actuales. Desde el pitazo inicial rubricó el favoritismo de España y se replegó marcadamente. No se trató de un equipo que procuraba hacerse fuerte en la marca para disparar veloces contraataques, sino que meramente se abroqueló en su campo y se aproximó al arco rival de manera difusa e individual. El cambio de actitud del primero al segundo tiempo fue el aspecto más valorable del conjunto de Diego Maradona.

España es un buen equipo, pero, al menos contra Argentina, lejos estuvo de presentarse como un conjunto temible; habrá que ver si puede sostener la chapa con la que llegará a Sudáfrica. El contrapunto es la Selección, que no juega bien y entonces todo tiene por mejorar. Aunque cada vez queda menos tiempo, en tanto tenga una idea clara y orden, en una competencia de un mes y siete partidos como lo es el Mundial todo puede pasar.

Al igual que en anteriores presentaciones, Argentina tuvo errores colectivos de funcionamiento y marcadas fallas individuales. En este último aspecto, al igual que había ocurrido contra Brasil, en Rosario, resultan alarmantes las desatenciones como la que derivó en el primer gol de Xabi Alonso: el vasco del Real Madrid estaba solo en la medialuna del área cuando remató Silva y llegó libre al rebote que dejó Sergio Romero, ante los desentendidos defensores albicelestes.

Pese a que Argentina no se mostró como un colectivo aceitado en el encuentro con el cual la Real Federación Española de Fútbol celebró su centenario, se produjo un cambio favorable en la preparación. Uno de los aspectos más criticables del proceso de Maradona ha sido las pocas horas diarias de trabajo con los jugadores. Previamente a los últimos partidos por eliminatorias, ante Perú y Uruguay, consultado por un periodista extranjero sobre esta cuestión, Diego arguyó que por el cansancio acumulado y los viajes transatlánticos de los futbolistas lo indicado no era someterlos a prolongadas jornadas de entrenamiento. Coherente con esta idea, en España, sin largos vuelos previos, sí hubo prácticas en doble turno, uno matutino y otro vespertino. Sin hacer que las prácticas sean muy intensas desde lo físico, sería bueno que se continúe con ese plan de trabajo pese a los viajes.

Argentina perdió ante España en el único partido preparatorio que disputo en la manga que la FIFA habilitó para dos. Porque la AFA interpretó que el equipo no necesitaba un par de ensayos. La como siempre bien nutrida paralela delegación dirigencial paseó enfundada en la indumentaria oficial por la capital ibérica, pero no fue capaz de organizar dos partidos, como lo hicieron casi todos los seleccionados en esta doble fecha internacional. El contrato con la empresa rusa Renova que la AFA abruptamente dio de baja era pernicioso para el conjunto nacional; como también lo es la ineptitud de un grupo de hombres que pareciera se dedica a disfrutar de un turismo de elite gratuito en lugar de abocarse a conseguir un rival más en la preparación mundialista.
(Foto: As.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 9 de noviembre de 2009

El abanico de candidatos comienza a cerrarse

La lucha en la vanguardia, la pelea por el título, comienza a decantar. El corte que reduce la cantidad de equipos que pugnarán hasta el final por la conquista del torneo Apertura 2009 se produjo y se extenderá. Al promediar el campeonato, la 9a fecha había dejado a los primeros ocho equipos agrupados en apenas dos puntos, pero tras la 13a quedaron un par punteros, un único escolta a tres unidades y otros dos aspirantes, uno a cuatro puntos de la cima y otro a cinco.

Con sólidos argumentos pero distintas fisonomías, Banfield y Newell´s son los sorpresivos líderes del certamen, ya que seguramente muy pocos habían imaginado que los dirigidos por Julio César Falcioni y Roberto Sensini estarían en lo más alto, y con tanta firmeza. El Taladro y los rojinegros sumaron 29 puntos de 39 posibles (una efectividad de casi el 75 por ciento). Mientras que los rosarinos son el conjunto que más victorias logró (nueve), el del sur del Gran Buenos Aires es el único invicto del campeonato, ostenta la valla menos vulnerada (recibió apenas seis tantos) y tiene en el uruguayo Santiago Silva al goleador del torneo, con 11 gritos.

Detrás de los líderes se encuentra el que seguramente es el mejor equipo argentino, Estudiantes de La Plata. El último fin de semana el elenco Pincha tuvo una actuación soberbia en la victoria 3 a 0 ante Vélez. Por un lado, una muy definida identidad y su magnífico juego colectivo lo hacen un equipo temible, en tanto que, por otro, lo ajustado del calendario por tener que adelantar las últimas dos fechas por su presencia en el Mundial de Clubes podría serle perjudicial. Además, la cita en Abu Dhabi, Qatar, es el objetivo mayúsculo de este semestre, lo cual puede generarle una lógica dispersión de la atención.

Un punto detrás de los platenses se encuentra Colón. Los santafesinos son un conjunto de gran prolijidad táctica, tal vez el equipo con mejores variantes a la hora de aprovechar las pelotas paradas desde la gran habilidad de su entrenador, Antonio Mohamed, para generar variantes en esa faceta del juego. Su aspecto negativo refiere al marcado bajo rendimiento cuando juega como visitante, condición en la que ganó dos partidos de seis disputados.

Vélez, campeón defensor, sufrió en pocos días dos duros golpes: quedó eliminado de la Copa Sudamericana en la altura de Quito, ante Liga Deportiva Universitaria, y a la vuelta chocó contra la contundente derrota ante Estudiantes que lo dejó a cinco puntos de Banfield y Newell´s. Pero los dirigidos por Ricardo Gareca tendrán este sábado la oportunidad encaramarse arriba nuevamente cuando visiten al Taladro, en un encuentro que les será bisagra.

Más atrás, a seis puntos de la cima, se encuentran Independiente y San Lorenzo, que se enfrentarán el próximo domingo. De haber una ganador éste podrá aferrarse a la ilusión de dar pelea y habrá retirado al otro de la disputa; en tanto que un empate simplificaría la ecuación dejándolos a ambos definitivamente al margen de la contienda por el título.

En un campeonato de gran paridad se perfilan con más claridad protagonistas y elenco. La cantidad de equipos con posibilidades sigue siendo grande, aunque las instancias definitorias comienzan, inevitablemente, a bajar aspirantes y cerrar los márgenes entorno a los mejores y más templados.
(Foto: Canchallena.com)

Patricio Insua
Patinsua@gmail.com

lunes, 2 de noviembre de 2009

Almeyda y una vuelta plena

Cuando se conoció la noticia de que Matías Almeyda, de 35 años y retirado desde 2005, regresaría al fútbol para ponerse nada menos que la camiseta de River ganaba la presunción de que no le sería nada fácil adaptarse nuevamente al primer plano profesional. No fue lo que sucedió, sino todo lo contrario. Desde los primeros entrenamientos y más tarde en su reestreno en el club del que había partido 13 años antes rumbo a lo que sería una exitosa carrera europea, el Pelado mostró su vigencia y valía. Desde el medio de la cancha se hizo patrón de juego con un despliegue fabuloso. Con la llegada de Leonardo Astrada a la dirección técnica se paró como marcador central y lo hizo con solvencia y categoría. Sin preocuparse por el calendario, seguro de que todavía podía hacerlo, Almeyda regresó al fútbol y en breve se constituyó en el punto de referencia de un equipo precario que agradece su presencia.

Pese a que en los últimos cuatro años estuvo alejado del fútbol profesional - período en el cual no se entrenó y sólo despuntó el vicio en un fugaz paso por el ascenso en Fénix y en el Showbol (fútbol de salón) y el Super 8 (torneo de veteranos), ambos con mucho más de marketing que de competencia-, a no haber hecho pretemporada por hacer su regreso con el campeonato empezado y a su condición de fumador (vicio que, reveló, lo acompañó toda su carrera), Almeyda presenta una condición física incluso superior a la de varios de sus jóvenes compañeros. Se trata, sin dudas, de un físico genéticamente privilegiado.

A esa condición natural se agrega un gran profesionalismo. Reconoció que en esta última etapa de su carrera se maneja con una disciplina superior a la de sus años de esplendor; sin escatimar horas de descanso, alejado de actividades incompatibles con el deporte de alto rendimiento y muy cuidadoso en las comidas, aunque sin abandonar el tabaco. Su dedicación al entrenamiento, su discurso sin lugares comunes y sus destacadas actuaciones lo hacen un referente para sus compañeros y un ejemplo para los más juveniles, además de generar el continuo reconocimiento de la parcialidad millonaria.

Su inmediata adaptación pese a la prolongada ausencia bien puede tomarse como un síntoma de la medianía de nuestro fútbol, aunque este análisis encuentra su contrapunto en el logro de ser el futbolista más destacado de un equipo en serias dificultades y con la presión de que esa densa realidad se viva en un club del peso de River, circunstancia esta en la que es más difícil el destaque.

Con su jerarquía y su innata condición atlética, si se siente a gusto en su nueva ubicación en el centro de la defensa, sitio en el que evita el desgaste de su natural posición de número 5, es absolutamente factible que Almeyda le agregue a gran carrera dos o tres temporadas más.
(Foto:Canchallena.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com