miércoles, 29 de octubre de 2008

El inicio de una era: Maradona será el DT y Bilardo estará como manager

La máxima gloria de la historia del fútbol argentino regresa al seleccionado y eso, por su propio peso, es para celebrar. Diego Armando Maradona se dará el gusto de dirigir al conjunto nacional. Sin dudas, se trata de un reconocimiento merecido a quien hace rato pedía la oportunidad de conducir tácticamente al equipo que como jugador le entregó más que nadie. El nombramiento llega en un momento en el cual se lo ve íntegro y habiendo dejado atrás los problemas personales que comprometieron su salud. Lo merecía como nadie y la ilusión es inmensa por todo lo que el protagonista significa y representa. El barrilete cósmico toma vuelo nuevamente.

Llega a la dirección técnica un mito viviente, un hombre que, al margen de ser seguramente la personalidad más conocida del mundo entero, es admirado y respetado hasta el paroxismo por los futbolistas argentinos. Llega quien genera y moviliza como nadie. Llega alguien que por sí sólo incrementará el propio peso de Argentina en el Planeta Fútbol. Llega la más poderosa motivación para el plantel albiceleste. Llega quien defendió la camiseta argentina dejando hasta el último aliento, sin guardarse nada jamás, pese a su juego incomparable y ser objeto de una idolatría extrema.

Su conocimiento del juego difícilmente pueda ser puesto en discusión y comprobada es su visión para detectar las buenas capacidades de los futbolistas. De esto se desprende que no tendrá mayores inconvenientes en parar un equipo con los intérpretes apropiados para ejecutar la táctica y estrategia elegidas. Cierto es que su experiencia como entrenador es mínima. Entonces, habrá que ver cómo trabajará en los entrenamientos para materializar sus ideas y de qué modo llevará adelante la planificación general que implica la conducción del seleccionado. Pero todo esto bien podría ser compensado con otra vuelta de mucho peso, la de Carlos Salvador Bilardo, el técnico más importante de la historia del seleccionado a partir del título de 1986 y el subcampeonato de 1990, quien será el manager. Es cierto que desde el Mundial de Italia ha dirigido poco y salteado, pero su capacidad y dedicación están certificadas. Todavía no se sabe si realizará trabajos de campo o si solamente se limitará al secretariado técnico, capitalizando sus muy buenas relaciones con muchos de los máximos dirigentes del fútbol mundial. El resto del cuerpo técnico (que todavía no está definido íntegramente) estará conformado por otros ex futbolistas de la era Bilardo.

Cuando según las propias palabras del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, no había apuro en definir al técnico del conjunto nacional, se conoció la designación de Maradona para buscar, dentro de poco más de un año y medio, el tercer título del mundo, luego del obtenido hace ya más de dos décadas con él como protagonista excluyente dentro de la cancha y Bilardo como ideólogo del proceso.

El técnico y el capitán del seleccionado campeón en México 86 le han sabido pegar duro al Jefe. Con toda lógica, claro. Siempre más áspero fue el Diez, quien denunció muchas veces el despotismo afista. Por su parte, el Narigón, (que también supo recibir estiletazos de Maradona) lo azuzó cuando reconoció sus aspiraciones de ocupar el despacho principal de la sede de Viamonte 1366. Del otro lado, el Pope le pegó a ambos, por turnos, con su labia pérfida. Así las cosas, Grondona, Maradona y Bilardo debieron tragarse sapos en la reunión cumbre de ayer en Puerto Madero.

Hoy en las buenas, seguramente más adelante llegarán los choques con el mandamás. Sin ser lo ideal, no será un problema grave: Passarella y Bielsa supieron hacer su trabajo sin relación con la cúpula. Sí sería inconveniente que haya cortocircuitos entre Maradona y Bilardo, algo que se evitará con una clara asignación de las tareas de uno como entrenador y otro como manager. En su primera exposición pública, Maradona declaró que será él quien dirija las prácticas y arme el equipo, pero “sin dejar de escuchar a alguien que sabe tanto como Carlos”, quien por su parte dejó bien en claro que la cabeza será Maradona. El mayor inconveniente estará en las trabas que esta nueva conducción encontrará en los acuerdos comerciales que la AFA.

El impacto del desembarco de Diego tuvo resonacia a nivel mundial. A las pocas horas de conocerse la novedad no había portal de noticias en el globo que ignorase la noticia. Como siempre lo hicieron, Maradona y Bilardo le entregaran hasta lo último que tengan a la selección en un proceso que despierta una expectativa nunca antes generada.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 27 de octubre de 2008

La colonización comercial de la selección

No hay apuro en designar al técnico de la selección. Así lo reconoce el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Grondona, y por eso aún no anunció quién será el entrenador nacional. Ocurre que la comercialización del conjunto albiceleste es lo prioritario; recién después está lo deportivo. Si todavía no se conoce al reemplazante de Alfio Basile es por las grandes roscas que implica tal decisión.

El contrato con Renova que condiciona las convocatorias para los amistosos que la propia empresa rusa organiza eligiendo rival y escenario, la pesada voz del monopolio mediático que mantiene un estrecho vínculo con la AFA, los sponsors que también pretenden tallar en la cuestión y muchos otros intereses son los obstáculos que desde el vamos tendrá el elegido. Además, deberá soportar al plantel paralelo, el de los dirigentes que vuela con el equipo nacional, se alberga en los mismo hoteles, comparte las comidas, se pasea en los entrenamientos y dice presente después de cada encuentro en los vestuarios sin dejar de pedir camisetas y cuanta indumentaria esté al alcance de la mano.

En este marco, ningún entrenador serio podría aceptar el cargo, por saber que no están dadas las condiciones para realizar su trabajo. Pero el anhelo de llegar a ese lugar pesará fuertemente y eso es lo que permitirá contar con un hombre fuerte al frente del seleccionado. En el mismo sentido, los muchos muy buenos jugadores de los que se dispone y el amor propio que la gran mayoría de ellos demuestra hacen que pese a la colonización comercial del conjunto nacional, Argentina continúe siendo un grande a nivel mundial.

Según trascendió, Carlos Bianchi, líder en distintas encuestas, habría exigido para tomar las riendas del equipo nacional que se comprometa a los clubes argentinos para no negar jugadores y conformar un seleccionado local, que no haya ningún condicionamiento en las convocatorias, tener decisión en la elección de los rivales para los encuentros amistosos y otras potestades que –bien- entiende deben ser inherentes al cuerpo técnico. Evidentemente esto choca contra los negocios de la AFA. Si el Virrey quiere ser el DT, lo mismo que Diego Armando Maradona y Miguel Ángel Russo, los otros dos candidatos, tendrá que dejar de lado varias de sus pretensiones, las cuales son absolutamente lógicas y ni siquiera deberían ser aclaradas.

La determinación de establecer un interinato, hecho inédito desde la reestructuración de las selecciones nacionales en 1974, desnuda aún más la realidad. Que Sergio Batista, responsable de la Sub 20, dirija a la selección ante Escocia el mes próximo expone que la prioridad es la caja. De todos modos, hay dirigentes que le asignan mayor importancia a dicho encuentro, ya que impulsan el nombramiento definitivo del Checho (pese a sus muy cuestionables cualidades para hacerse cargo de tamaña responsabilidad) y entienden que una victoria con buen rendimiento ante los británicos favorecería su postura.

La AFA no tiene apuro en nombrar al nuevo seleccionador nacional. Se tomara todo el tiempo que sea necesario para garantizar el aceitado funcionamiento de lo importante: dejar bien a resguardo las ganancias de los verdaderos dueños del seleccionado. Habrá que ver si la dedicación que ponen desde la casa matriz del fútbol argentino en cuidar ese negocio es la misma que le asignarán al análisis sobre cuál es el cuerpo técnico más idóneo para este momento, cuando queda poco más de un año y medio para el Mundial. Es decir, si se indagará al entrenador elegido sobre su proyecto futbolístico y cuál es el plan de trabajo que tiene estipulado para cuando no esté con los jugadores, qué rol tendrá cada uno de quienes integren su cuerpo técnico, de qué modo se establecerá un contacto permanente con los jugadores y todas las demás funciones, programaciones y responsabilidades que no pueden omitirse en la elite del fútbol mundial.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 20 de octubre de 2008

Un golpe difícil de revertir para Simeone y River

Se sabía que quien cayera derrotado quedaría agonizante por una herida grave. La nueva edición del superclásico enfrentaba a un River carente de juego y necesitado de puntos con un Boca afectado principalmente por la ruptura interna del plantel. El choque entre los dos tanques del fútbol argentino tenía mucho más que ver con el orgullo de ganar este campeonato aparte que con el tránsito de ambos en el Apertura. Desde lo matemático, el triunfo le servía a River para abandonar el fondo de la tabla y a Boca para no alejarse aún más de San Lorenzo, el líder, y continuar a 8 puntos. Demasiado poco para ambos y por eso el valor extra al que ya de por sí se sabe implica el derbi.

Como consecuencia de la inviabilidad de establecer proyectos por la falta de paciencia, la demagogia de los dirigentes y el formato de los torneos –entre otros factores-, el encuentro en el Monumental era de sumo riesgo para los entrenadores, Diego Simeone y Carlos Ischia. Pese a que uno obtuvo el último torneo local y el otro fue hace pocos meses campeón de la Recopa Sudamericana, el descontento por el mal presente claramente los condicionaba.

De este modo, el gol de Lucas Viatri, el único de la tarde, actuó como el muy buen y esperado bálsamo xeneixe. La ausencia de victorias que había alejado a Boca de la cima del campeonato pasó a segundo plano tras el todavía nunca aclarado affaire Caranta y el choque dialéctico entre Cáceres y Riquelme (ambos de buena actuación en el Monumental, sobre todo el hombre de la selección argentina). Así, el triunfo aquietó las aguas en La Ribera y le dio aire a su entrenador, cuestionado no tanto por el rendimiento del equipo como por su manejo del plantel.

En tanto, River quedó hundido en el mar de sus propios errores y Diego Simeone tecleando en su cargo. Visiblemente dolido por la derrota, el entrenador lanzó una frase en la conferencia de prensa posterior al partido que bien pudo ser el prólogo de su despedida: “Soy un agradecido a River por la oportunidad que me dio y siempre voy a querer lo mejor para este club”. Si se produce la eliminación de la Copa Sudamericana ante Chivas de Guadalajara –la serie se definirá la primera semana de noviembre, en México- no podría sorprender el alejamiento del actual cuerpo técnico. Significaría la estocada final para un equipo perdido, confundido y nervioso en el cual, por culpa de unos u otros, el mensaje del técnico no llega a los jugadores.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

viernes, 17 de octubre de 2008

Final anunciado: Basile dejó de ser el técnico de la selección

El pésimo rendimiento y la consiguiente derrota ante Chile fueron la estocada final para el segundo ciclo de Alfio Basile al frente del seleccionado nacional. Un proceso en el que jamás se encontró el equipo y tampoco evolucionó a lo largo de sus distintas presentaciones tuvo un 2007 con sus peores resultados y sus más flojas actuaciones. El final era tan obvio como necesario.

Es positiva la salida de Basile, quien hace tiempo enterró el buen técnico que supo ser. Argentina desperdició con él dos años en los que con una gran cantidad de buenos jugadores nunca logró armar realmente un equipo. Apenas algo en la Copa América y otros esporádicos momentos fueron demasiado poco. Así, se perdió trascendencia en el concierto internacional. Nunca valoró lo colectivo y la planificación. Jugó siempre a lo que salga, a la suerte de que los jugadores se levanten bien y al refugio de las cábalas. Se va, además, un cuerpo técnico de formas deplorables: insultos a los rivales, falta de respeto con los periodistas, cigarrillos en el banco de suplentes, declaraciones desubicadas y explicaciones futbolísticas con filosofía de bar. Agotado el ciclo Basile es saludable que el cambio de mando se haga ahora y se dé inicio a uno nuevo con un cuerpo técnico a la altura de las circunstancias y las responsabilidades.

Basile se excusó siempre en la falta de tiempo, pero lejos estuvo de aprovechar cada momento en que contó con los jugadores. Tampoco le interesó dirigir al equipo olímpico, dónde hubiese tenido todavía más tiempo para trabajar con muchos de los integrantes del seleccionado mayor y preparar una reserva para apuntalar al grupo central de jugadores por él elegido. Justamente fue esa su tarea exclusiva: convocar buenos jugadores entre un universo por demás generoso. Pero está comprobado que sólo el talento no alcanza.

Por diversas cuestiones y seguramente de modo inconsciente, los futbolistas dejaron de responderle a Basile. Probablemente, el hecho de estar inmersos en el súper profesionalismo, en equipos donde cada detalle es tomado en cuenta, y encontrar en Ezeiza el marcado contraste de una organización improvisada hizo que no se consustanciaran enteramente.

A 20 meses de la Copa del Mundo se impone la contratación de un entrenador con experiencia y gran apego al trabajo, maximizando cada uno de los momentos en que disponga de los jugadores y estando pendiente en el día a día de cada detalle que rodea al equipo nacional. Un técnico sin recorrido pero que haya sido cacique con la albiceleste no es una mala alternativa. Será un ciclo corto, no con cuatro años para preparar el equipo mundialista como sí dispusieron Menotti, Bilardo, el propio Basile en su primer ciclo, Passarella y Bielsa. El tiempo de quien llegue será la mitad, como le ocurrió a Pekerman antes de llegar a Alemania 2006.

El nuevo entrenador de la selección -que es necesario sea nombrado prontamente y ponga inmediatamente manos a la obra- deberá ser firme ante las autoridades de la AFA en relación a las condiciones para llevar a cabo su trabajo. No tendrá que conceder cuestiones fundamentales y contar así con poder de decisión en la elección de los rivales para los cotejos preparatorios y disponer de los jugadores que requiera sin condicionamientos de la empresa rusa Renova ni de nadie. En este sentido, deberá procurar que los clubes argentinos cedan a los jugadores cuando se los requiera y hacer valer con los de Europa las reglamentaciones de la FIFA para las selecciones nacionales. Si por el contrario quien llega acepta las actuales condiciones será muy difícil que Argentina pueda tener aspiraciones de un protagonismo principal en la máxima cita futbolística.
(Foto: Criticadigital.com.ar - Télam)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

jueves, 16 de octubre de 2008

Caída libre

La selección argentina paga el precio de la improvisación constante. No hay planificación, se juega a lo que sale en cada partido. Hace dos años se reiteran los mismos errores, por lo que ya se trata de falencias crónicas. La pelota parada a favor se desperdicia y la que viene en contra se padece, hay un estatismo que hace que los defensores no pasen la línea de los mediocampistas y tampoco éstos la de los atacantes, no hay cobertura de espacios en defensa, ni variantes en ataque. Se desprecia la estrategia, la mecanización de movimientos, la sujeción táctica para las virtudes individuales. La impronta de los talentos sigue siendo el plan A, B y C. No hay nada que vuelva a esta selección un equipo, un colectivo organizado. Entonces se juega decididamente mal.

Así, en otra muy pobre actuación, se perdió ante Chile por la primera fecha de la segunda rueda de las Eliminatorias. Y la primera victoria oficial de la Roja se gestó a partir de pulverizar táctica y conceptualmente al seleccionado argentino. En muchos pasajes fue realmente un baile y el 1 a 0 final fue exiguo, dado que diferencia acorde al trámite era de tres goles.

Desde que se inició este ciclo, el conjunto dirigido por Alfio Basile no ha logrado hacer una jugada como la que culminó en el tanto del equipo de Marcelo Bielsa: toques, verticalidad, cambio de frente, jugadores desprendidos al vacío y un stopper dando el pase gol fueron algunas de las virtudes del golazo que se inició en el sector izquierdo de la defensa chilena y culminó en el ala derecha de su ataque.

Antes de la derrota en Santiago, Argentina había pretendido tapar sus carencias con el triunfo en el Monumental 2 a 1 ante Uruguay. En ese partido logró lo que más imperiosamente necesitaba: los 3 puntos. Pero el modo en que se los consiguió no apagaron las luces de alarma. En el cotejo ante los charrúas se vieron en pasajes del primer tiempo presión, velocidad y verticalidad para buscar el arco rival. Pero en el complemento volvió a mostrarse endeble en defensa, largo entre líneas y falto de coordinación.

Basile argumenta que no hay tiempo de trabajo. Esto constituye una evidente falacia, ya que a todos estos jugadores los ha tenido en muchos entrenamientos para encuentros de eliminatorias y otros partidos en los últimos dos años. Sin embargo, no ha logrado ningún avance en la fisonomía de un equipo como tal. Y esto ocurre porque la falta de tiempo es una excusa desde el momento en que no trabaja con los jugadores cuando los tiene: rara vez hace doble turno y abundan los entrenamientos livianos y distendidos. Gerardo Martino y Marcelo Bielsa, dos técnicos argentinos que dirigen en eliminatorias, dan la pauta de que se puede tener equipos con identidad propia pese a no poder realizar gran cantidad de prácticas y a que la mayoría de sus dirigidos están en el extranjero.

La principal planificación tomada por el cuerpo técnico argentino para enfrentar a Chile fue vestir de azul y no hablar con la prensa antes del partido. Seguramente porque consideraron ambas cosas cómo algo fundamental para conseguir el triunfo ante Uruguay. Estas cuestiones, como el talco, los cuernitos y los cigarrillos nunca faltan, pero nadie se preocupó por advertirle a Juan Román Riquelme, a quien consideran amo y señor del equipo, que arrastraba una amarilla (el propio jugador reconoció tras el partido ante el seleccionado oriental que se enteró en el vestuario que tenía una amonetación previa y por eso se perdía el encuentro ante Chile).

Argentina dispone, quizás, del mejor plantel que pueda armar un seleccionado. Pero las respuestas individuales no aparecen. Esos mismos futbolistas que constituyen aportes fundamentales en los más importantes equipos del mundo no hacen la diferencia con la casaca celeste y blanca. ¿Por qué Lionel Messi no es crack como en Barcelona? ¿Por qué Sergio Agüero no hiere como en el Atlético de Madrid? ¿Por qué Carlos Tévez no es la tromba que arroya en el Manchester United? ¿Por qué Estaban Cambiasso y Javier Zanetti son intrascendentes y no hacen el aporte que le significan al Inter? Y así con casi todos. Porque no hay plan y no hay lucimiento posible sin una plataforma seria de trabajo. Lo que falla es el técnico y lo que no hizo hasta aquí nada prevé que lo hará de cara al futuro. Por eso se impone un cambio; ahora, cuando todavía hay tiempo de cara al Mundial.

La selección argentina juega en el piso de sus posibilidades. Muestra lo mínimo que se puede esperar de la conjunción de jugadores de probada jerarquía. Juntar buenos futbolistas es apenas el primer eslabón en la cadena de tareas de un entrenador. Al desdeñar el juego de equipo, no disponer de un esquema táctico que dé una identidad definida y reiterarse en errores conceptuales, se dilapida un potencial enorme. De este modo, no se pueden tener aspiraciones acorde a la historia del seleccionado. El juego que Argentina desarrolla desde hace dos años lo pone claramente de punto ante el resto de las selecciones importantes, aquellas que irán al Mundial a buscar la gloria.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 13 de octubre de 2008

Canallada

La calma, la reflexión, el análisis sesudo, la mesura y el buen ejemplo les son obligatorios a quienes conducen. Más todavía cuando se trata de momentos álgidos, de situaciones tensas. De lo contrario, los cuestionamientos se multiplican, el descontrol se impone y la violencia –en alguna o varias de sus formas- se adueña del terreno. A todo esto le abrió la puerta Horacio Usandizaga, presidente de Rosario Central, con desorbitadas declaraciones; sobre todo por la responsabilidad que le cabe.

En la inauguración de la peña “Mario Alberto Kempes”, en Funes, Santa Fé, el titular del popular club rosarino arremetió con una desmesura inusitada contra los jugadores del plantel profesional y los integrantes del saliente cuerpo técnico encabezado Pablo Vitamina Sánchez, ídolo de la institución. “Estoy caliente porque nosotros cumplimos con todas las obligaciones que tenemos; con los jugadores, el cuerpo técnico y los empleados del club. Entonces, así como nosotros cumplimos con todos y nos rompemos el culo todos los días para hacerlo, ellos (los jugadores) también se tendrían que romper el culo cuando entran a la cancha, usando también la cabeza”, fueron los primeros disparos de la verborragia del Vasco. Y continuó: “Yo dije que este iba a ser un torneo de transición, pero esto no justifica que estemos jugando como lo estamos haciendo ahora, que estamos jugando para la misma mierda, porque no hay orden en la cancha”.

“Las responsabilidades las tenemos que compartir. Nosotros, los dirigentes, cumplimos la cuota parte que nos toca, que asuman la suya el cuerpo técnico y los jugadores. Entre todos somos responsables de este mal momento, que es pasajero. Central va a salir adelante. Va a salir o los voy a matar a todos estos hijos de mil puta; jugadores, técnicos y lo que carajo sea”, amenazó el máximo dirigente centralista. Luego dio a conocer que “por salvarse del descenso, ellos (los jugadores) cobraron un millón de dólares de premio y el cuerpo técnico (el de Leonardo Madelón) 200 mil dólares” y finalmente se preguntó de modo retórico “¿qué más quieren?”.

Tras haber cometido el delito de amenazar de muerte (lo sabe perfectamente porque es abogado), fomentar la violencia al predisponer mal a socios e hinchas contra los jugadores e incurrir en la falta ética de ventilar cifras obscenas de acuerdo a las carencias económicas que han de tener la enorme mayoría de quienes cada fin de semana colman en Gigante de Arroyito, Horacio Usandizaga ya tendría que haber puesto su renuncia a disposición. De lo contrario, la instancia arbitral del club tendría que revocarle su mandato y si esto tampoco ocurre la sanción debería llegar desde la Asociación del Fútbol Argentino. Claro que nada de esto ocurrirá. Bajo el reinado de la impunidad y con la filosofía del todo pasa nada es como debería.

Horacio Usandizaga llegó a Rosario Central como una brisa de aire fresco necesaria para un club con un hedor preocupante. Entonces, se propuso disminuir el margen de maniobra de las muy bravas facciones de la barra, denunció corrupción en la dirigencia precedente y buscó ordenar las finazas. Pero más tarde incursionó en conductas como nombrar a su hijo asesor legal del club y en lo futbolístico despidió a Madelón para luego traer y descartar a Vitamina. Las controvertidas declaraciones recientes muestran que Central, un peso pesado, sigue sin poder ordenarse para recuperar el lugar que supo tener.
(Foto: Pagina12.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

miércoles, 8 de octubre de 2008

Marcadas diferencias generaron una ruptura en Boca

La mala producción del equipo y la falta de victorias en el Apertura invitaban sólo a un análisis del mal momento futbolístico del equipo, una preocupación menor en un club que en la última década tuvo la mayor gloria deportiva de su historia. Pero la exclusión de Mauricio Caranta para el partido ante Estudiantes, con declaraciones cruzadas entre el propio arquero y Carlos Ischia, y el durísimo intercambio de acusaciones de Julio César Cáceres y Juan Román Riquelme pusieron en primer plano una crisis que salió a la luz con toda su crudeza tras haberse gestado internamente.

“No pregunto cuando entro y tampoco cuando salgo”, se defendió el guardavalla cuando supo que no estaría ante el Pincha, cotejo tras el cual, con tono cortante, el entrenador respondió ante la requisitoria periodística que no se referiría más al tema. Pese a esta realidad, el cordobés aseguró posteriormente ante la prensa que acordó su salida con Ischia por un “problema personal y familiar muy delicado”, algo que poco antes habían negado su padre y su representante. Si así ocurrió y ese era el real motivo, ¿por qué no se expuso algo que no hubiera generado ningún cuestionamiento o elucubración y se armó lo que entonces fue una puesta en escena? Además, es curioso que algo tan grave lo haya afectado sólo un fin de semana, ya que afirmó estar ahora a disposición. Falta de sinceridad, ocultamiento y contradicciones dejaron la verdad bien a resguardo.

Pero cuando Caranta oscurecía aún más las circunstancias de su marginación a partir de una muy endeble explicación, un nuevo y más fuerte estallido sacudió el seno del plantel xeneixe. El misil, de largo alcance, fue activado por el paraguayo Cáceres desde la concentración del seleccionado guaraní en Asunción. Su carga explosiva estuvo compuesta por una serie de declaraciones en las cuales aseguró que Riquelme “es una persona complicada”, que “a veces aparenta correr” y que “en el vestuario no habla con nadie”, al tiempo que se ocupó de desmentir que Caranta haya pedido dejar el arco. “Este muchacho me da risa, se fue mal de todos lados. A Boca no le dio nada”, fue parte de la dura réplica del capo del equipo.

La voz de Cáceres fue la que se oyó, pero seguro no es la única en la interna del vestuario. Ocurre que exponer el asunto ante los ojos de todos multiplicó el efecto. Los beneficios de los que goza JR, de flojas actuaciones en sus últimas presentaciones, generan resquemores entre varios de sus colegas. Las indicaciones dentro del campo de juego y el fastidio ante el error de un compañero, disponer cuándo juega (algo que también ocurre en la selección y en el hecho de haberse autoinstalado como uno de los mayores para ir a Pekin) y la sideral cantidad de dinero que cobra son algunos de los focos del conflicto. Dispone de un poder excesivo que altera el escalafón, por eso aseguró que “si (Cáceres) se quería ir (de Boca)” no tenía porqué meterse con él; asumiendo que quien lo enfrenta no tiene lugar en el club o queda relegado. Se sabe de su distancia con los otros referentes del plantel, lo mismo que ocurrió en el primer ciclo del Carlos Bianchi y de la falta compromiso con el grupo que lo alejó del Villarreal, institución que nunca lo extrañó.

Ischia queda tambaleante porque su autoridad está jaqueada. Fue su propia elección. Se prestó a darle al inconveniente con Caranta características de culebrón en lugar de acudir a la claridad de la verdad y avaló las licencias del ídolo que molestan a otros futbolistas. Riquelme no es una persona dócil, los conflictos de los que fue parte lo evidencian. Pese a esto, con una erogación de casi 50 millones de pesos, la dirigencia optó por su contratación, para satisfacción de la gran mayoría de los hinchas pero a sabiendas de que su presencia altearía la ideal convivencia del plantel y su relación con el cuerpo técnico.
(Foto: Ole.com.ar)

Patricio Insua
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lunes, 6 de octubre de 2008

San Lorenzo se encamina firme al campeonato

El meridiano del torneo puso frente a frente, en el estadio José Amalfitani, a los dos equipos más sólidos, Vélez y San Lorenzo. Sin embargo, pese a las emociones, no fue un partido con brillo, algo habitual cuando se enfrentan dos buenos conjuntos, ya que las virtudes de uno y otro generan una neutralización mutua. Claramente marcada esa paridad en el primer tiempo, el trámite del complemento, sobre todo por empuje, era favorable a los dirigidos por Hugo Tocalli cuando llegó el gol de Bernardo Romeo a poco del final para darle la victoria al líder del Apertura. De esta manera, el conjunto azulgrana enhebró su quinto triunfo consecutivo y se despegó a cinco puntos de ventaja de sus inmediatos perseguidores, Newell´s y Tigre. El cielo de los de Russo es diáfano, el camino está claramente marcado y el horizonte, ya más cercano, deja ver la meta esperada.

De todos modos, la mesura -que parece siempre obligatoria- en los de Boedo parte de su entrenador, quien aseguró tras el cotizado triunfo que aún falta mucho. Aunque si falta mucho, también entonces pasó mucho; así es en estos breves campeonatos de 19 fechas. Lo cierto es que en este contexto para que San Lorenzo no festeje un nuevo título, de los diez partidos que restan deberá perder al menos tres partidos y empatar otros tantos. Nada hace prever que esto pueda ocurrir con un equipo que sabe perfectamente a qué juega y tiene una gran confianza a partir de un equilibrio importantísimo: es el equipo menos vulnerado con apenas 4 goles en contra, tiene un mediocampo que combina marca y juego desde la conducción de Cristian Ledesma y muchas variantes en ataque con muy buenos delanteros de distintas características como Bergessio, Silvera, Romeo y Menseguez.

El panorama para San Lorenzo es óptimo no sólo por su gran presente, sino además por los problemas de sus rivales directos. Tigre, escolta y otro de los muy buenos equipos del certamen, cayó en Rosario ante Newell´s (que junto con Lanús fueron los que ganaron en la novena fecha para prenderse arriba), Vélez desaprovechó la oportunidad de acercarse en el choque directo y Boca sufrió su segunda derrota consecutiva como, prolongó su mal presente y quedó a 8 puntos de la cima.

San Lorenzo produjo ante Vélez su actuación más discreta, pero mostró virtudes alternativas para cuando las cosas no salen como se desea. Al orden habitual le agregó paciencia, concentración, ímpetu para soportar la envestida rival y frialdad para capitalizar al máximo la oportunidad que se le presentó en el epílogo. Estas credenciales le permitieron quedarse con tres puntos que lo consolidan en lo más alto de la tabla y la dan una diferencia que será muy difícil de achicar para los que están por detrás.

En su llegada, Miguel Ángel Russo se preocupó por superar las diferencias surgidas en el plantel en la última etapa del ciclo de Ramón Díaz. Aceptó que por las características de los jugadores que tenía en defensa era conveniente una línea de cuatro y no una de tres como normalmente prefiere, asimiló sin traumas la eliminación de la Copa Sudamericana y mostró tranquilidad cuando los refuerzos (nada menos que Ledesma, Barrientos y Solari) no llegaban.

San Lorenzo es el mejor equipo del certamen no sólo por ser el que más puntos cosechó, sino fundamentalmente por el modo en que logró sumar más que el resto. Lo hizo desde una gran fineza táctica y una repentización que le permitieron mostrar el más atildado y efectivo juego del campeonato sin escatimar una buena estética del mismo. Así, las propias virtudes, la gran ventaja obtenida promediando el torneo y los problemas de los que vienen detrás encaminan a San Lorenzo al undécimo título de Primera División de su centenaria historia.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com