jueves, 25 de enero de 2007

Reivindicación

Alfio Basile oficializó la lista para el amistoso internacional que en París enfrentará a los nuestros con los subcampeones mundiales. Y el ella se plasma el retorno de un histórico: Javier Zanetti. Junto con Roberto Ayala y Diego Simeone, el Pupi es el único futbolista en superar el centenar de presencias con la casaca albiceleste. El capitán del Inter regresa al seleccionado nacional luego de más de un año un año de ausencia.

José Pekerman, increíblemente, lo marginó del plantel mundialista. Optó por llevar a Alemania como alternativas para el lateral derecho a dos marcadores centrales, Burdisso (pese a la estima que le tienen los tifosi del Inter al ex Boca, seguramente todavía deben tratar de entender cómo es que fue él y se quedó Zanetti) y Coloccini, y un mediocampista, Scaloni. En tanto, por la izquierda, sector por el cual el ex Banfield se desempeño bien y mucho en el conjunto milanés, Pekerman eligió a Sorín, quien hace rato juega como volante (Villarreal prescindió de él antes del Mundial), y Cufré, zaguero central. Revisar el funcionamiento de las selección por ambos costados de la defensa en la Copa del Mundo habla a las claras del error. Tal vez con el tiempo se sepa porqué el entrenador lo dejó fuera; si lo hizo, tal vez, incluso en desmedro del equipo, para no perjudicar el juego de uno de sus mimados.

Más de una década en la selección argentina (102 partidos disputados) y superados los 500 cotejos con la camiseta de uno de los equipos más poderosos de Europa son fundamentos de mucho peso, que ponen de manifiesto la jerarquía del jugador surgido en Talleres de Remedios de Escala y lanzado a la fama en Banfield. Quienes no quieran ver las aptitudes de Zanetti, deberán, al menos, admitir que no hay uno mejor en su puesto. Aparecerán los que esgrimen que jugó mucho tiempo en la selección y no se le dio oportunidades a otros: así es la historia del fútbol, los sobresalientes eclipsan a los que no alcanzan su altura.

Zanetti vuelve a la selección en un acto de justicia. Basile, que en sus dos primeras convocatorias no lo había elegido, abrió la puerta para el regreso. Y es lógico, recurre a un hombre que, desde que debutó en 1994 con Passarella hasta hoy, sigue siendo la mejor opción para el lateral derecho de la selección argentina.
(Foto: Fotobaires.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

sábado, 20 de enero de 2007

Saviola cumple con su parte

“Y saca un conejo de la vieja chistera”, entona el poético cantautor catalán Joan Manuel Serrat en una de sus muchas muy célebres canciones. En esta oportunidad la vieja chistera es el Fútbol Club Barcelona, uno de los más grandes del mundo y del cual el Nano es fanático. Y el conejo no es otro que Javier Pedro Saviola, ese estupendo delantero surgido en un destello de las inferiores de River. Desde su regreso al conjunto culé, las oportunidades no abundaron para el Pibito y por eso aprovechó al máximo esta última que le dio el técnico Frank Rijkaard. Se despachó entonces con los últimos seis goles que marcó su equipo: dos en el partido de ida por la Copa del Rey ante el Alavés, uno en la derrota en el clásico ante el Espanyol y un hat trick en la revancha antes los vascos.

Su desembarco en la Ciudad Condal fue en la temporada 2001/2002. Recibió en aquella oportunidad el dorsal número siete, el cual estaba cargado de condimentos: Figo acababa de dejarlo para irse al Real Madrid en una de las transferencias más importantes de la historia del fútbol español. No le pesó la responsabilidad y la respuesta la dio con 21 goles. El siguiente año fueron 19 los gritos y 20 en la 2003/2004. Pero pese al más de medio centenar de anotaciones con la camiseta blaugrana y a transformarse en uno de los preferidos de la afición que cada fin de semana colma el Camp Nou, la directiva encabezada por Joan Laporta decidió su salida del club. Nunca se supo con claridad el motivo del destierro catalán, el principal trascendido fue su alto sueldo.

Lo recibió el Mónaco y en el principado ratificó su vocación de verdugo de arqueros rivales. Luego mantuvo los mismos colores, pero esta vez en el Sevilla, donde fue uno de los valores más destacados en el equipo que obtuvo la Copa UEFA y la Supercopa de Europa. Fueron dos temporadas con algo más de 30 goles, pero ni la glamorosa estadía monegasca, ni la fiesta sevillana parecieron mostrar al mejor Saviola. Poco le importó esto a José Pekerman, quien no sólo lo incluyó en el plantel que participó del Mundial, sino que lo colocó como titular. No hubo error: fue uno de los más altos rendimientos de la albiceleste en la competencia futbolística más importante del planeta.

Finalizado el frustrado intento de conseguir en Alemania la tercera consagración a nivel mundial de la selección argentina, regresó al Barça sin hacer ruido. Sabía que el técnico no lo tenía entre sus preferencias y que debería luchar contra una dirigencia que nunca quiso su retorno. Pero el delantero apostó a sus condiciones y al aprecio que sabía despertaba en la afición catalana. Los recientes goles hicieron que quienes no confiaban en él se rindan ante este extraordinario delantero por quien no deja de clamar el público blaugrana. Tal vez por eso los popes del Barcelona ya estén pensando en renovarle el contrato para no quedar más adelante en evidencia.
(Foto: Lanacion.com.ar)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

lunes, 8 de enero de 2007

Grupos ganadores

Los dirigentes del los clubes argentinos cuentan con un salvo conducto. Se trata de los llamados grupos inversores. En momentos en los cuales el mercado de pases parece un avispero, estas sociedades dicen presente con un rol protagónico. Entonces, las comisiones directivas de las instituciones los utilizan de dos modos: para asegurarse los servicios de un jugador al que no pueden acceder por sus malas administraciones o las de quines los antecedieron, o bien para, testaferros mediante, engrosar sus cuentas con las ventas de sus mejores figuras.

Lo cierto es que estos grupos nada invierten. Juegan plenos en una ruleta que tiene un solo número. Invertir implica la posibilidad de perder. Son entonces grupos ganadores, no grupos inversores. Se aseguraran ganancias por cifras imposibles para cualquier otro negocio enmarcado dentro de la ley. Porque es preciso señalar esto, en la mayoría de los casos toman las medidas necesarias para que los negocios que llevan adelante no tengan ningún viso de ilegalidad.

Caso paradigmático es el de River y la venta de Gonzalo Higuaín, a partir de la cual las sospechas se hacen inevitables. El grupo empresarial que adquirió parte de su pase tuvo, menos de tres meses después, una ganancia del 75 por ciento en dólares al ser transferido el juvenil delantero al Real Madrid. Sobre este tema, en diálogo con Víctor Hugo Morales por radio Continental, Héctor Gimberg, tesorero de River, aseguró que Higuaín fue adquirido por el grupo económico cuando no era tenido en cuenta ni había tenido ningún roce internacional. Una falacia. Al día siguiente de la entrevista, el equipo de Competencia precisó que al momento que River hizo la operación el delantero de 18 años era titular, había jugado Copa Libertadores y era el goleador del conjunto de Núñez en aquel torneo. El riesgo para quienes lo compraron era nulo: ya se trataba de un jugador de varios millones de dólares en el mercado internacional. Si a esto se suma que según el presidente José María Aguilar todos los ejercicios económicos en su gestión han tenido saldo positivo, ¿por qué se hizo una venta así, en la cual el club dejó de ganar mucho dinero? Operaciones como estas han sido moneda corriente en los últimos años en la institución millonaria.

Por el lado de Boca, presentado como una panacea en el fútbol argentino por su presidente Mauricio Macri, cabe recordar que ni bien asumió el empresario en el club de la Ribera dio lugar a la conformación de un grupo que cotizaba en la Bolsa porteña y con el cual empresarios cercanos a él se alzaron con varios millones de dólares por las ventas de importantes jugadores, entre ellos Palermo y Samuel. En la historia reciente llama la atención la política de Boca de haber dejado libres a varios jugadores que después se insertaron bien en las ligas de distintos países.

Independiente, Newell´s y Racing también han tenido en la última década procederes nefastos en lo que remite a la compra y venta de jugadores. En tanto, recientemente, desde Rosario Central un grupo económico mostró su poder al correr del camino a Leonardo Astrada, empujándolo a renunciar a la dirección técnica del conjunto de Arroyito.

En esta historia de pases y millones hay distintas responsabilidades. Por acción y por omisión. Las primeras, obviamente las más pesadas, comprenden a los dirigentes corruptos y los empresarios que se manejan en la misma sintonía. Las segundas tienen que ver con la utilización a la que se prestan los jugadores y con la inacción de los asociados a la hora de fiscalizar a sus dirigentes.

Pero no todo está perdido y podrido. Ahí está Vélez, una muestra de cómo con un proceder decente se puede dar pelea contra todos; contra los más poderos por historia futbolística, contra los poderes de la AFA (que permite los negocios de estos grupos económicos) y contra las preferencias del multimedio más influyente. El ejemplo del club de Liniers demuestra que es posible llegar al éxito de un modo honesto, aunque es evidente que son pocos los que se benefician con un actuar que transita en sentido contrario.
(Foto: Fotobaires.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com

martes, 2 de enero de 2007

Sobre oferentes y administradores

En el mundo del multimillonario negocio que gira entorno a la transmisión televisiva de los partidos del torneo local se suma un nuevo actor de peso: Telefónica. Una nota del periodista Gustavo Veiga, publicada en el diario Página 12 y titulada “La AFA busca salidas para la televisión”, asegura que la mega empresa de capitales españoles estaría dispuesta a desembolsar 2.500 millones de dólares para quedarse con los derechos para la televisación del torneo doméstico por los próximos 10 años. Si bien el contrato que le otorga exclusividad a las empresas que hoy tienen los derechos vence en el año 2014, la intención de la AFA, de no conseguir el aumento que les reclama, sería darle la concesión a los nuevos oferentes lo antes posible.

Los clubes del fútbol argentino reciben hoy alrededor de 30 millones dólares por año (una cifra por demás menor para la envergadura del negocio) y Telefónica multiplicaría ese monto al girar a la sede de la calle Viamonte 250 millones de la moneda estadounidense por temporada. El intento del emporio ibérico abre una camino hasta ahora desconocido: una instancia de puja entre empresas que dé lugar a una licitación, ya que al interés de Telefónica y los actuales usufructuantes del negocio (TSC y Trisa) podría sumarse alguna otra empresa dando lugar a una competencia que derive en una mejora en los ingresos de los clubes.

Pero una lectura lineal no permite ver lo que se esconde bajo la superficie. Existe un problema que es aún más grave que el dinero que se le privó de ganar a los equipos del fútbol argentino en los últimos años. Se trata de quien administra los millones que se reciben actualmente y los que puedan recibirse en el futuro. Esa persona no es otra que Julio Grondona, titular de la AFA desde hace más de 25 años y vicepresidente de FIFA. Entonces, si bajo su conducción antes no se le dio a los clubes lo que merecían, por qué habría de hacerlo de aquí en más. Es decir, podrá haber más dinero, pero eso puede ser incluso contraproducente de acuerdo a como se lo utilice.

Hasta el momento, quines tienen los derechos televisivos pagan una escueta suma por el cotizado producto que comercializan, pero a esto se agrega que desde la AFA se hace un uso al menos cuestionable de ese dinero. Sin dudas por ser hábil al extremo, Grondona puso a los dirigentes del fútbol argentino a comer de su mano y a los que se le opusieron, salvo contadas excepciones, logró asegurarles un ostracismo eterno. De este modo, mayor cantidad de dinero podría derivar en mayor poder para Grondona en tanto portador de una billetera todavía más abultada para firmar cheques a los dirigentes que se acercan a su escritorio rogando por dinero-oxígeno y para continuar haciendo de cada viaje de la selección un tour de lujo. De este modo, asegurarse los votos que lo mantengan al frente de la AFA es una tarea por demás sencilla.

Por su puesto que de esto no se desprende que mejor seguir como hasta ahora. La cifra para transmitir los partidos debe ser incrementada, de modo incluso de otorgar a los clubes una especie de retroactivo por lo que se les privó de ganar en el pasado. Pero el problema principal es quien administrará ese dinero, ya que si todo sigue como hasta ahora mayores ingresos tendrán como resultado más desigualdad entre los clubes poderos y los de menor convocatoria, seguir debilitando a las ligas del interior, amparar y fomentar procederes al margen de cualquier reglamentación, generar más negocios para los amigos de la casa y todas clase de manejos oscuros que han sido una constante desde hace dos décadas.
(Foto: Fotobaires.com)

Patricio Insua
patinsua@gmail.com